Hoy hablaremos de un ilustre toluqueño: don Germán Ignacio Roth Durán
Hombre visionario, oriundo de Toluca, aportó su talento y calidad humana para trascender y dejar huella en la ciudad a la que tanto quiso, pues a él se le atribuye la construcción de casas para personas de escasos recursos. Funda el Club de Leones, sin olvidar su desempeño como accionista y consejero del Banco Mexicano de Toluca, otrora Banco Agrícola y Ganadero, así como su apoyo al Instituto de Protección a la Infancia del Estado de México (IPIEM), antecesor del hoy Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México (DIFEM). Dedicado además entre otras cosas a los ranchos de la familia y a la minería en el sur del estado, específicamente en Sultepec, -actividad que deja más tarde-, Germán Roth reconstruye su vida personal y logros, a través de las palabras de su hija, mi querida amiga Lucía, quien expresa admiración por su padre y al hombre que la forjó y cuya enseñanza de valores le permite ahora dedicarse a su hogar (casada con mi buen amigo Enrique Muñoz Samayoa) y a los negocios, el gran legado de su ilustre padre don Germán.
Alrededor de los años 50, Roth Durán habitaba una casona antigua en la Avenida de Villada casi esquina con avenida Hidalgo, donde acostumbraba todos los días pararse en la puerta vestido de traje, con sombrero y un clavel en el ojal, para saludar cortésmente a quienes pasaban por ahí; esa era la Toluca de antes donde todos se conocían.
Nacido en el famoso edificio de La Campana un 31 de Julio de 1897 en avenida Independencia N° 25, es el primero de cuatro hijos del matrimonio formado por doña Elvira Durán y don Germán Roth Roth, de origen suizo-alemán, quien por cierto, junto con Santiago Graff, inició la Cervecería de Toluca y México S. A.
A su hermana Anita prácticamente no la conoce, ya que fallece por muerte de cuna y en 1936 muere su hermano Carlos Ricardo, quien después de un noviazgo de 10 años con la señorita Elena Salgado (tía Nicy), hermana de don Juan Salgado Almazán, contrae matrimonio y muere a los seis meses de haber contraído nupcias, por lo cual Germán se hace cargo de sus padres, mientras que su hermana Leonor se casa con el general Breceda, quien al obtener nombramiento como embajador se ven en la necesidad de vivir en diferentes países (gran experiencia).
Germán Roth Durán cursó sus primeros años de estudio en el colegio “Rebsamen”, colegio privado a donde acudían alumnos de la clase social más destacada de la ciudad de Toluca, sin embargo, a la llegada de la Revolución Mexicana optó por continuar su formación académica primero en la ciudad de México, con los padres jesuitas, donde ingresó al colegio Mascarones y a su regreso a Toluca continuó sus estudios como alumno en el Instituto Científico y Literario de Toluca y al concluir en esta institución, viajó junto a sus hermanos a la ciudad de Nueva York, donde estudió ingeniería Minera y formó parte de la Sociedad de Geografía de Chicago.
Regresó a la ciudad de Toluca a la mitad de la década de 1920, donde estuvo por poco tiempo ya que decidió trasladarse a vivir a Sultepec, para poner en práctica sus conocimientos; donde dio gran auge a la industria minera de ese municipio.
A partir de 1927 y hasta 1961 en que él personalmente vigilaba los trabajos de explotación de las vetas que pertenecían a la Compañía Minera Guadalupe, que había adquirido su padre conjuntamente con don Santiago Graff en la última década del siglo XIX (1896), las cuales habían suspendido sus actividades de explotación y extracción de mineral, por el movimiento armado que inició en 1910 y que se extendió a todo el territorio nacional, una vez que esto terminó logró explotar la mayoría de las vetas de las que era propietario y realizó estudios en terrenos adyacentes en las que encontró nuevas vetas con excelentes resultados lo que propició que todas ellas dieran fruto y algunas con alta ley en los minerales que de ella se extraían.
Con el fruto de su trabajo comenzó a adquirir varias propiedades en esta ciudad de Toluca, a partir de 1940; no descuidando las que eran de su padre, entre las propiedades que adquirió están el Rancho San Gabriel, ubicado en el municipio de Metepec y la casa de la avenida José Vicente Villada marcada con los números 4,6 y 8 y que en la actualidad corresponden a los números 103, 105 y 107 respectivamente para después regresar a Toluca, donde vivió en la casa Villada N° 10 y en el rancho de sus padres ubicado en lo que hoy es el Club de Golf San Carlos municipio de Metepec, actualmente habitado el famoso casco por su hija Lucy casada con mi buen amigo Enrique Muñoz Samayoa quienes procrearon tres hijos Germán, Enrique y Lucy.
(Un paréntesis especial en esta narrativa es en lo personal el haber vivido mi juventud en la década de los 70´s, las reuniones con nuestros amigos en la famosa casa de Villada 103, 105 y 107 donde mi amiga Lucy nos invitaba a pasar una agradable tarde oyendo música y después un poco de baile y ya para el anochecer su mamá doña Lucía (qepd) nos invitaba a pasar al comedor a cenar estando en cada lugar nuestro personificador; entre los amigos que nos llegábamos a reunir en la referente casona están Teresa, Isabel y Lulú Macedo Sánchez Henkel, Lucía y Magola García Rendón Macedo, Alma Pérez Leyva, Leticia Ceballos Lechuga, Ivonne y Miriam Abraham, Patricia Salgado, Liz Ozuna, Amalia Gómez Salas, Gabriela Monroy Yurrieta, Enrique Muñoz Samayoa, Alejandro Rodríguez Azueta; Jaime, Felipe y Julián Pulido López; Gerardo y Alejandro Calderón Lanz, Pedro Chuayffet Chemor y un servidor Gerardo R. Ozuna Rivero). Grandes recuerdos ¡¿o no mi estimada Lucy?!
Hombre de esencia altruista se casa con Doña Lucía Jasso, hija de Julián Jasso y Amparo Pérez Pliego, oriundos de Toluca y mismo nombre que lleva su hija.
Al formar parte del Patronato del Hospitalito y siendo Consejero del IPIEM, realizó acciones en beneficio de la comunidad al donar varias casas en distintos puntos de la ciudad; tal fue el caso de la Colonia Irrigación o la Sánchez entre otras, con el objetivo de que fueran utilizadas por familias de escasos recursos.
Al ser un hombre de decisiones firmes, que sabía escuchar, llevó a cabo aportaciones económicas y organizó a sus amigos para llevar a cabo eventos para la edificación de la actual Catedral de Toluca y del Seminario Diocesano, propiedad donada (Rancho La Garceza), por otro gran altruista y filántropo don Santos López Rodríguez , siendo obispo Arturo Vélez Martínez.
Amante de la música clásica y dedicado lector, Germán Roth Durán no reparó en ayudar a la gente. Lucy su hija recuerda una anécdota de su padre, y en su rostro se dibuja la sonrisa combinada con nostalgia “un día metió a la casa a un vagabundo para que pudiera bañarse, le dio ropa, comida y luego el señor se fue, ya no lo volvimos a ver”.
Por su calidad humana que lo caracterizaba es como funda el Club de Leones de Toluca el 11 de Junio de 1946 y se convierte en su presidente con 22 miembros entre los que destacaban: Juan Salgado Almazán, Agustín Gasca Mireles, Antero González, Federico Hardy, Felipe Molina Reyes, Alberto Chemor, Porfirio Alcántara, Abel Moreno Terrazas, Enrique Robiou, Agustín García López, Gustavo A. Barrera, Alfredo Pino, Jesús García Luna González, Antonio Pliego, Eduardo Vilchis, Jorge Alva, Emmanuel San Martín, Octavio Márquez, Jesús Salgado, Manuel Rosas y Felipe Chávez Becerril.
Por otro lado a Germán le toca vivir la venta del rancho de la familia, ubicado en las afueras de Toluca y en donde hoy se ubica el Club de Golf San Carlos, así como las colonias Infonavit San Gabriel y Casa Blanca, patrimonio del cual los Roth solo conservan el casco de Hacienda San Gabriel.
En el último tramo de su vida, asume el papel de coleccionista de arte y por el orden que siempre lo acompañó y que le permitió llegar a la cúspide, el cumplimiento de horarios, era regla natural de sus itinerarios que terminan al fallecer el 26 de junio de 1989 a la edad de 92 años en la casa marcada con los números 103, 105 y 107 de la calle de José Vicente Villada.
Don Germán Roth Durán es recordado como un enamorado de Toluca, a la que impregnó su decisión, sensibilidad y capacidad para configurar obras humanitarias de gran alcance, así edifica la herencia, con la que le gustaría ser recordado, como el hombre cortés y altruista, que disfrutó de jugar conquián y gustoso de viajar en carretera, llegando a realizar recorridos de Toluca a San Antonio Texas, ahora es recordado por su hija como excelente esposo y padre.
Sus mejores amigos, Roberto Henkel, Juan Salgado Almazán, Enrique Robiou, Emmanuel San Martín, Guillermo Molina Reyes, Remedios Albertina Ezeta, Eduardo Vilchis, Enrique V. Enríquez, Gustavo Barrera Graff; las niñas Hernández (Lupita y Yola) así les decía don Germán, Raúl Libien, Carlos Scougall, Felipe y Jesús Chávez Becerril, Jaime Pons, Esther y Rosa Pliego, Jorge Ceballos entre otros grandes amigos que cultivó a lo largo de su altruista vida.
Por eso la historia de una ciudad se construye sobre la calidad humana de quienes la habitan, la viven, la sienten y se fundamenta en la fraternidad de sus ciudadanos y se mantiene viva por el legado que habrá de formar parte a las nuevas generaciones.
Un regalo para mi estimadísima Lucía Roth Jasso de Muñoz Samayoa y familia.