Estoy convencido de que para alcanzar la paz se tiene que trabajar conjuntamente en dos momentos: primeramente mediante el fomento de los valores intrínsecos a cada individuo para abonar a la reconstrucción del tejido social, con el propósito de procurar estabilidad y armonía para quienes sean partícipes de esta circunstancia. En segundo término, será indispensable evitar las estrategias reactivas que únicamente están orientadas a erradicar la violencia por medio de la imposición de un designio o una fuerza por encima de la otra; en cambio, optar por implementar estrategias preventivas, encauzadas a incidir positivamente en el origen de los problemas sociales, minimizando así el crecimiento de los mismos.
La gobernanza de paz debe entenderse como una acción integral, sin dejar de lado el principio de Max Weber, el cual refiere que el Estado se obliga a procurar el monopolio legítimo del uso de la violencia con la finalidad de proteger a los ciudadanos; de aquí que, sin contravenir esta máxima weberiana, el Estado debe promover estrategias acompañantes que permitan aminorar las distintas hostilidades públicas.
Abordo este tema porque brindar alternativas de solución encaminadas a promover la cultura de la paz es justamente el principio que guía las acciones de la Subsecretaría de Desarrollo Político, para lo cual desplegamos a lo largo y ancho de la entidad, foros, pláticas, talleres y mesas de trabajo que permiten construir ejemplos prácticos y efectivos sobre gobernanza de paz. De esta manera, los actores en quienes nos enfocamos van desde servidores públicos, académicos, alumnos, padres de familia, organizaciones de la sociedad civil hasta ciudadanos que, en general, buscan nutrir sus conceptos a través del conocimiento práctico; pero sobretodo quienes pretenden construir escenarios de paz tanto para sí mismos, como para la sociedad a la que pertenecen.
Permítanme relatar un ejemplo a nivel microcontexto con resultados alentadores, del cual recientemente fui testigo. Un caso de éxito de “Encuentro de Paz”, en la comunidad de Santa María Totoltepec, perteneciente al municipio de Toluca; lugar en el que tuve la oportunidad de escuchar al grupo de niñas, niños y adolescentes de la Banda Tradicional Infantil “Jesús García Lovera”.
Se seleccionó este sitio debido al alto índice de delincuencia que en él se presentaba, y escribo se presentaba, ya que gracias a la acertada intercesión de autoridades gubernamentales y vecinos del lugar se lograron recuperar los pequeños espacios públicos con los que ahí se cuenta, teniendo como objetivo el ser utilizados constructivamente por los habitantes de la zona. Es en este marco que cobra relevancia la participación de la Maestra Hilda Saquicoray Ávila, Directora de la Orquesta Sinfónica Juvenil de la Universidad Autónoma del Estado de México, quien por medio de la música y el exitoso involucramiento de los menores en actividades culturales, ha promovido la erradicación de las conductas antisociales que existían en ese entorno.
En esta última parte quiero destacar los trabajos de la Subsecretaría que represento, la cual, con la implementación de mesas de trabajo entre maestros, padres de familia, integrantes de organizaciones sociales y autoridades auxiliares, ha logrado impulsar proyectos que dan solidez a los conceptos y prácticas relativas a la gobernanza de paz (como este caso en particular) al asegurar la colaboración de quienes están involucrados directamente con los menores.
Así, derivada del éxito obtenido, la propuesta que consideramos asequible es la réplica del proyecto mencionado en zonas de igual o mayor vulnerabilidad en el Estado de México, llevándolo a cabo continuamente de la mano de las autoridades auxiliares y de las organizaciones de la sociedad civil. Será a partir de la repetición del modelo, que generaremos mecanismos de integración para motivar a niñas, niños y adolescentes, quienes gracias al arte y la cultura serán impulsores de alternativas positivas para el desarrollo social, resultando en la reducción de los índices delictivos en su comunidad y, lo más importante, estaremos formando ciudadanos conscientes de sí mismos y de su función dentro de su entorno político y cultural.