José María Luis Mora y la Constitución de 1827

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José María Luis Mora y la Constitución de 1827

Domingo, 09 Agosto 2020 00:08 Escrito por 

José María Luis Mora fue electo diputado al Congreso Constituyente del Estado de México, habiendo desempeñado funciones de gran importancia en le estructuración política y administrativa de la naciente entidad.

De la antigua y vasta extensión territorial que ocupaba la Intendencia de México surgió, con un territorio mutilado, el nuevo Estado, al que dieron vida el patriotismo y tesón de los hombres a quienes correspondió el privilegio de asistir a tal acontecimiento. Entre ellos merecen mención especial don Melchor Múzquiz, como gobernador y José María Luis Mora, entre los diputados.

En las actas del Congreso Constituyente del estado se recogieron las interesantes intervenciones de Mora; su lectura es de importancia para el total conocimiento y estudio de este personaje que vivió y actuó en un trascendental periodo de la vida legislativa de México.

El nombre de José María Luis Mora es imprescindible en la historia del Estado de México y a él corresponde ser uno de los pilares sobre los cuales se fincó el ser político de dicho estado. Muchas de las discusiones legales que le dieron personalidad jurídica, nacieron del pensamiento de Mora; sus eficaces intervenciones como orador revelan la capacidad y la fuerza de un auténtico representante popular (pudo haberlo sido con ventaja en cualquier organismo parlamentario del mundo). Una clara inteligencia, vasta cultura, conocimiento del medio para el cual legislaba, serenidad de juicio que se revela en su dialéctica precisa y segura, son algunas de las virtudes, que apoyadas en un nítido patriotismo hicieron de Mora un gran legislador.

El Estado de México debe a José María Luis Mora algunos de los mejores de su vida y de su pensamiento.

Disposiciones del Congreso:

Posteriormente el propio Congreso expidió las siguientes disposiciones:

Reglamento interior para el Congreso del Estado de México; Ley dictada por el Congreso Constituyente del Estado de México para la Organización de los Cuerpos Municipales del mismo Estado; Proyecto de Decreto para la Administración de Justicia en el Estado de México; Proyecto de Decreto para la Organización de la Hacienda del Estado; Reglamento para el Supremo Tribunal de Justicia del Estado de México y finalmente la Constitución Política del Estado de México, sancionada por su Congreso Constituyente el 14 de febrero de 1827, publicada el 26 del mismo mes.

La reseña que a manera de exposición de motivos antecede a esta Carta Política, fue elaborada por el ilustre liberal José María Luis Mora, presidente del Congreso Constituyente, habiendo quedado integrado este por José Francisco Guerra, Manuel Cotero, Pedro Martínez de Castro, Manuel Villaverde, José Domingo Lazo de la Vega, Alonso Fernández, Manuel de Cortázar, Francisco de las Piedras, Antonio de Castro, José Ignacio de Nájera, Baltazar Pérez, Mariano Tamariz, Ignacio Mendoza, José Calixto Vidal, Joaquín Villa, José María de Jáuregui, secretario, y José Nicolás de Olaez, secretario. Este primer Código fundamental del estado, fue expedido por el gobernador don Melchor Múzquiz.

Al Congreso Constituyente y a su primer gobernador Melchor Múzquiz le corresponde el honor de haber dado vida y forma legal al nacimiento del Estado de México.

El territorio con el que nació el Estado de México fue el mismo que correspondía, en esa época, a la Independencia de México. Se calcula que su extensión fue de 120 mil 800 kilómetros cuadrados, aproximadamente.

En su jurisdicción se comprendía toda la actual ciudad de México (otrora Distrito Federal), la mayor parte del estado de Guerrero, integra la porción de tierra con la que se formaron los estados de Hidalgo y Morelos, así como la comprendida en el distrito de Calpulalpan, perteneciente hoy en día al estado de Tlaxcala.

Los límites del vasto estado en 1824 eran los siguientes: al Norte lindaba con lo que fueron las intendencias de San Luis Potosí; al Oriente con Puebla; al Sur con el Océano Pacifico y al Occidente con Guanajuato y Valladolid, hoy Morelia capital del hermoso estado de Michoacán.

Las desmembraciones sufridas en el territorio original del estado, acontecieron en épocas diversas. Razones de índole socio-política explican esta enorme contribución que ha dado el Estado de México a través de su azarosa historia, al progreso del país.

En relación a lo anterior en su obra inédita “Breve Historia del Estado de México”, el abogado e historiador Enrique González Vargas (gran amigo de mi padre), señala como sigue los caracteres esenciales de ese interesante sistema legal.

“La Constitución federal del Estado de México, del 14 de febrero de 1827, es obra del notable sociólogo de la Reforma, licenciado José María Luis Mora, y es digna de formar parte de su obras sueltas, tanto por la originalidad que presenta en la evolución del Derecho Constitucional Mexicano como por lo avanzado, para su tiempo, de los principios renovadores de la sociedad mexicana”.

Esa Constitución consta de 237 artículos, sin transitorios, divididos en siete títulos, subdivididos a su vez en capítulos, con rubro.

Por otro lado:

Hoy hablaremos de un gran personaje egresado de la escuela de la vida con maestría en la experiencia y doctorado en la posibilidad de verla y amarla todos los días. El es don Amador López Osorio, “El cura Hidalgo”.

En lo personal lo recuerdo por la relación de amistad que tuvo con mi padre don Juan de Dios Ozuna Pérez quien comentaba que "El cura Hidalgo” así le decía mi padre y yo me preguntaba ¿por qué?, era tan sencillo al simplemente ver su gran parecido a don Miguel Hidalgo y Costilla.

Les comento que mi padre me aclaraba que don Amador era un experto en la ciudad de Toluca lo mismo hablaba de las familias, casas, personajes toluqueños, así como de los puentes que cruzaban el río Verdiguel.

El río en referencia acarreaba desperdicios de las curtidurías de Lerdo o Hidalgo en la parte poniente de nuestra ciudad; el primer puente, el San Bernardino, le sigue el del Molino ubicado en Quintana Roo esquina con Lerdo donde hoy en día luce esplendoroso un consorcio inmobiliario.

Le seguía el de San Fernando, en la esquina de Pedro Ascencio y Aquiles Serdán a un costado del Palacio de Justicia o en parte de él, que por cierto decía don Amador que fue cruzado por el Cura Hidalgo, cuando pernoctó en lo que hoy es el referente y emblemático Museo José María Velasco.

Seguimos en relación a lo anterior con el puente de los lavaderos ubicado en la Plaza de los Mártires, el de Huitzila y el del bulevar de los Maestros.

Don Amador contaba también que la ciudad de Toluca contó con dos grandes inundaciones, una en 1929 y la segunda en 1933.

También recordaba como nadie, las grandes vecindades que había en Toluca, algunas ya desaparecidas, comenzando por la de Parras, la de la Capellanía, que estaba por el rumbo de la Merced así como la de los Delgado. Había otra cerca de su casa, en donde su señor padre elaboraba dulces típicos, entre Rayón y Juárez, sobre la avenida Hidalgo, y anteriormente fue terminal de los camiones Herradura de Plata y más antes una vecindad en la que existían pasillos, casas, lavaderos y cuartos.

Hombre de dichos, poesía y una extraordinaria memoria, besaba las manos de las damas para saludarlas muy caballerosamente, y cuando le preguntaban cómo estaba les contestaba como “Mango amarillo y chupado”.

A don Amador se le conoció como el “Cura Hidalgo” por el gran parecido que tenía en las gráficas y pinturas que hay sobre el Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla.

El personaje en referencia participó de joven en la organización de un frente de taxistas, luchando también por la creación de un frente cívico.

Durante muchos años mantuvo a las palomas que pululaban cerca de nuestra catedral. Referente a la desaparición de estas, hubo dos versiones, una de un vecino de los que habitaban en los altos de nuestros emblemáticos Portales, las atrapaba para cenárselas o almorzárselas y otra que alguien de la catedral las envenenó porque dañaban la fachada. (Recuerdo muy bien en mi adolescencia este bonito espectáculo de las palomas).

Se formó la sociedad teatral “Leopoldo Gutiérrez de Lara”, actor cómico toluqueño, que se dice fue orientador de doña Virginia Fábregas, el grupo se proponía fomentar el teatro y lo presidia el entusiasta toluqueño Amador López Osorio.

En el Ayuntamiento de Toluca trabajo por muchos años, de 1961 a 1997, recibiendo la presea Estado de México en el año de 1994. Realizó sus labores en el ayuntamiento en el Departamento de Limpia, tiempo después en el de Nomenclatura, siendo su sueño dorado el de ser regidor que nunca se le cumplió, a pesar de haber fungido como presidente del PRI Municipal contando con un gran acervo fotográfico sobre Toluca.

López Osorio nació en Toluca, el 30 de Abril de 1920, participando activamente en la creación del Salón Presidentes del Ayuntamiento de Toluca, obra que culminaba en septiembre de 1972, proporcionando en su mayoría las fotografías de los presidentes municipales, mismas que fueron reproducidas en lienzo. (Por cierto esos grandes y espectaculares espejos que lucen en el salón de Cabildo fueron donados en su momento por la distinguida dama toluqueña Rosita Molina del Castillo).

Don Amador contrajo nupcias con la señora Maximina Martínez con quien procrearon nueve hijos, falleciendo un 19 de enero el entusiasta toluqueño y descansando en paz quien por amor a nuestra Toluca la conoció a fondo.

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Gerardo R. Ozuna

Toluca: Rescatando identidad