En su análisis en redes sociales sobre el desplegado de la presunta defensa de la libertad de expresión en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, de 650 escritores, académicos e intelectuales, calificados como neoliberales, el periodista Julio Hernández López concluyó que dicho panfleto que se publicó en la mayoría de diarios es totalmente refutable.
“… los 650 y sus falsas premisas. Me parece que es importante no estigmatizar, ni arrinconar ni pretender exterminar por la vía del denuesto a quienes están en una posición, a quienes no logran levantar cabeza y qua creen que levantando cabezas intelectuales y académicas podrán hacerlo.
“Creo que vale la pena entrarle al debate ideológico y refutar de manera abierta lo que dicen algunos de estos participantes porque eso sí, debo decirlo, este tipo de expresiones en otros países han servido de puente, invitación o incitación para que luego otro tipo de organismos internacionales conectados con estos mismos grupos comiencen a proclamar a nivel internacional: ¡la dictadura en México! ¡la democracia está en grave riesgo en México! ¡no hay libertad de expresión en México!
“Yo creo que hay que señalar, hay que refutar, hay que debatir. Yo por lo pronto refuto todo lo que se dice en ese desplegado o la parte que ya he explicado y creo que es hora de debatir, de plantear las cosas claramente, más allá de la información … decir las cosas abierta como son…”
Los intelectuales que hoy vituperan al presidente Andrés Manuel López Obrador son los émulos de aquellos que se subieron al denominado “avión de redilas”, esto es a la apertura democrática, compra de conciencias, de Luis Echeverría y que asistieron a una gran cena de gala para ser embozados para que reconocieran las virtudes de su gobierno represor.
Como hoy no hay avión de redilas ni apoyos económicos como lo tuvieron en esa época no les queda más que llorar en su desplegado que, como diría el mismo Luis Echeverría a los estudiantes opositores a su visita en la UNAM, sería calificado del “coro fácil”. Pocas plumas dignas se desmarcaron, según el mismo Enrique Krauze, del acercamiento seductor de Luis Echeverría, como la de Octavio Paz, Daniel Cosío Villegas y Gabriel Zaid. Este último referenciado por el presidente López Obrador en su mañanera donde expuso su posición con respecto al libelo.
En su mañanera de viernes 18, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que “hay protestas. Ayer los intelectuales orgánicos sacaron otro desplegado hablando de que se afecta la libertad de expresión. No sé cómo se les afecta si sacan un desplegado quienes guardaron silencio cómplice durante las atrocidades del periodo neoliberal y sale el desplegado en todos los medios de información.”
Dijo que aún no había revisado “pero seguramente en la radio, televisión, en todos los periódicos… está, por ejemplo, en El País de España en toda la prensa conservadora. Todo este grupo siempre apoyó las política neoliberales y ahora se sienten ofendidos cuando deberían ofrecer disculpas porque se quedaron callados cuando se saqueó al país y luego es demostrable que ellos eran bien atendidos por el gobierno.”
Recordó que, como lo dijo antes, “a Letras Libres, de Krauze, le compraban prácticamente toda la edición, la compraba el gobierno, la revista Nexos también, mes con mes, siete mil ejemplares le compraba el gobierno. Yo entiendo, cinco sexenios consecutivos viviendo al amparo del poder público los hace reaccionar de esta manera. Nosotros no vamos a censurar ni a persuadir a nadie. Van tener garantizadas todas sus libertades. No somos autoritarios, no es el caso de los gobiernos que los apoyaban, que censuraron a Gutierrez Vivó, a Carmen Aristegui, pero además que mantenían una política de control absoluto a los medios, con honrosas excepciones, pura prensa vendida.
Calificó a los 650 firmantes del desplegado como un “corporativo, un agrupamiento conservador y es entendible que actúen de esa manera”. Y respecto a una nota que se publicó en el diario Reforma con el encabezado “Alertan intelectuales: odio puede llegar al río”, López Obrador aclaró: “Yo no odio, yo soy pacifista y no hay odio, lo que hay es honestidad. Honestidad intelectual y honestidad en lo económico. Se acaba la corrupción. Esa es mi respuesta.”
“Respeto a todos, y me gustaría que ellos hicieran un análisis de contenidos de medios, que revisaran, que pongan sobre la mesa. A ver si el señor Gabriel Said que es un hombre muy inteligente aunque muy conservador, pero es inteligente, que ponga sobre la mesa todos los periódicos y haga un análisis. Además a él le gusta hacer estas investigaciones sencillas y profundas, nada más que lo domina su conservadurismo. Sería muy bueno porque lo considero, a pesar de su conservadurismo, honrado.”
Y alentó: “que ponga a Reforma, El Universal, todos los periódicos en la mesa y que vea la forma tendenciosa en que se hace periodismo en México y que me conteste sobre esto. Nunca, Gabriel, se había atacado tanto a un presidente desde Madero como ahora. Y esto es muy parecido a lo que le hicieron a Madero, desde la prensa conservadora, escritos conservadores, intelectuales conservadores; poetas, Gabriel, conservadores.”
Añadió que “es cosa de saber y Gabriel lo conoce perfectamente, el comportamiento de Díaz Mirón, cómo se ponía en contra de Madero y cómo se ponía del lado hasta arrastrarse de Victoriano Huerta y así otros poetas y otros intelectuales. Es muy parecido; por eso es muy interesante el momento que estamos viviendo. No es de confrontaciones, no es de odios, es de definiciones y de aclarar y de que haya diálogo.”
“Ellos se dedicaron a aplaudir y a quemar incienso a los gobiernos neoliberales. Ahora es otro tiempo pero que bien porque de esta manera podemos ayudar a que se desarrolle más la conciencia cívica. Todo esto va ayudando al cambio de mentalidad, a que la gente vaya teniendo más información y que decida con libertad y con criterio.
¡Extra! ¡Extra!
Y la opinión (Editorial) de La Jornada calladita, salvo la pluma crítica de Julio Hernández López. Recuerdo cuando laboré en dicho diario que una vez comentó su directora Carmen Lira que lamentaba que los articulistas pusieran como fuente en sus escritos o referentes a otros diarios y no las mismas notas de La Jornada. Hoy debiera lamentarse no sólo de su decadencia biológica sino de la ausencia de principios de izquierda cuando ese diario debiera ser el primero en enarbolar la defensa de la crítica a la prensa neoliberal que hace el presidente de la República. Bien lo dijo Miguel Angel Granados Chapa, quien renunció al diario junto con Humberto Musacchio, en contra de la represión que veían venir en contra del sindicado independiente, “México necesita otro diario de izquierda”. Otro de verdadera izquierda.
¨Presidente de la ONG Franature
