Los años 80´s en nuestro país estuvieron marcados sensiblemente por una de las más grandes tragedias que se vivieron a nivel mundial, el terremoto de 8.1 grados en la escala Richter sacudiendo a la CDMX y destruyendo parte de ella y teniendo cientos de víctimas, así como de damnificados.
La imagen de un Miguel de la Madrid, encanecido, enfundado en una chamarra, caminando entre las ruinas de la capital del país, se quedaría profundamente anidada en la memoria colectiva junto con las imágenes del último noticiero grabado en las instalaciones de Televicentro (hoy Televisa), que se derrumbó parcialmente.
La reacción de los miles de voluntarios, así como de las diferentes organizaciones civiles y gubernamentales como lo vivido precisamente después de 32 años hace unos días sacando otra vez esa fuerza y solidaridad como mexicanos que somos con una identidad propia una #FuerzaMéxico; con sus propias manos, trataban de levantar los escombros de los edificios de ciudad Tlatelolco de las casas y edificios de la colonia Roma y restos del Hospital Juárez entre otras edificaciones.
Esta tragedia cambio totalmente la fisonomía de Toluca y el estilo de vida de una población que, de por si no tenía un ritmo tranquilo, pues había comenzado la década con una de las crisis más severas que se recuerde. Se tenía a un país con una economía cerrada con pocas posibilidades de crecimiento.
La vida política en el Estado de México en el periodo de 1981 a 1990 fue dinámica, se tuvo cinco gobernadores: 1975-1981 fue Jorge Jiménez Cantú; 1981-1986, Alfredo del Mazo González; 1986-1987 Alfredo Baranda García; 1987-1989, Mario Ramón Beteta Monsalve y de 1989 a 1993, Ignacio Pichardo Pagaza.
En esta misma década, la administración municipal de Toluca fue encabezada y dirigida por: 1981-1984, Emilio Chuayffet Chemor; 1984-1987, Agustín Gasca Pliego, 1987-1990 Laura Pavón Jaramillo.
La escuela de cerámica y Porcelana ubicada en prolongación Marie Curie, Colonia Científicos, en Toluca, fue inaugurada en 1981, esta fue una colaboración entre el Ayuntamiento de Toluca y la Asociación Mokichi Okada.
El mural de la escuela preparatoria número uno “Adolfo López Mateos” fue inaugurado en 1982 por el rector Ingeniero Agustín Gasca Pliego; en esta obra se intentó plasmar un ensayo de pintura integrando muro y piso, en un total de 430 metros cuadrados; la técnica que uso el artista, Orlando Silva Pulgar fue la piroxilina.
Coliseo de Toluca; la historia del inmueble, ubicado en la acera sur de la Plaza González Arratia sobre la calle de Hidalgo, se remonta al siglo XIX cuando se construyó e inauguro en 1851 para albergar el Mercado Riva Palacio; posteriormente fue rebautizado como Mercado Hidalgo, edificación que en los años treinta del siglo pasado se incendió y donde se construyó el Teatro Municipal, bajo la supervisión del arquitecto Vicente Mendiola, quien consideraba esta obra un “pecado de juventud”. De aquel mercado solo quedaron las columnas como testigo silencioso.
El 30 de diciembre de 1949, cuando Alfredo del Mazo Vélez gobernaba el Estado de México emitió el Decreto Número 88 donde se “autoriza al Ejecutivo Estatal enajenar al mejor postor, el inmueble conocido como “CINE COLISEO REVOLUCION”, ubicado en la Avenida Libertad de esta ciudad, destinando sus productos a la construcción de un Hospital Civil en esta misma ciudad”.
El cine Coliseo de Toluca fue demolido en 1981 durante el trienio del entonces Presidente Municipal José Antonio Muñoz Samayoa.
Restaurante; “La Cabaña Suiza”
Las tradiciones e identidad de la ciudad, también se manifiestan a través de la gastronomía. A lo largo de los años se han instaurado un sinfín de restaurantes que más allá de ofrecer alimentos a los comensales ofrecen tradición en sus platillos, el ingrediente principal se convierte en el amor y la historia de la ciudad que involucra a los que la integran.
El Restaurante “La Cabaña Suiza” que estuvo ubicado en Paseo Tollocan, Colonia Santa Ana Tlapaltitlán (hoy Hotel Marriott), fue gran referente en nuestra querida Toluca, traspasando limites fuera del Estado de México, que le permitió ser reconocido y muy representativo para los toluqueños, por su presentación y preparación de comida internacional por poner a la mesa la mejor comida contemporánea, así como su presentación de nacionales e importadas, era el lugar ideal para pasar un rato agradable con la familia, amigos y pareja. Como no recordar esos extraordinarios momentos tomando un buen whisky en amena compañía alrededor de esa gran chimenea, esos eventos en sus salones (el tradicional Alpino), años después su grandiosa terraza (donde le pedí matrimonio a mi adorada esposa).
Este restaurante fue testigo fiel de la trascendencia de más de 35 años de la conocida y famosa familia Visetti (originaria de Suiza) en la gastronomía que ha recorrido un largo camino en la industria restaurantera.
La primera generación de este negocio familiar data con el primer establecimiento denominado “La Cabaña Suiza” que estuvo en funcionamiento por más de 25 años, muy pronto se hizo tradicional en el mercado y en Toluca por la elaboración de sus exquisitos platillos y la combinación de la comida suiza con la internacional.
La persistencia y sabiduría y porque no comentarlo ese don de gentes de atender personalmente a los comensales (parte del origen de su excito) de Don Kurt Andrea Visetti Vogelbach quien fue el iniciador de este establecimiento mejor reconocido como “La Trucha”, de origen suizo, llego a nuestra ciudad como ingeniero químico trabajando para empresas de gran prestigio como la Nestlé hasta que llegó el momento que se independizo y tuvo el capital necesario para abrir su propio restaurante, quien llego a ser de los mejores no solo en Toluca sino que muy pronto en el país por sus famosos platillos como el Osobuco, sesos a la mantequilla negra, codornices, un delicioso chateaubrand o un pallard suizo y, esos deliciosos postres como el pastel suizo, el selva negra, sus exquisitos profiteroles bañados en jarabe de chocolate o el famoso babaroa.
Entre las principales satisfacciones de este restaurante está el haber ganado el premio de “Cuchara de Plata”, por su alto reconocimiento y aceptación incluso internacionalmente, hecho que provoco que este establecimiento no solo se convirtiera en tradicional y típico para los toluqueños sino para todo el país.
Este interés por el mundo de la gastronomía, sino que se caracterizó por ser una persona enérgica y líder, también es recordado como un magnifico anfitrión al que le gustaba jugar a la lotería.
Además, demostró su pasión por el futbol, fue presidente del deportivo Toluca entre 1987 y 1989, periodo que se caracterizó por la contratación de jugadores tales como Ricardo “Tuca” Ferretti, Enrique Washington Olivera Y Roberto Maschiarelli, entre otros. En 1989 conquistó la copa cuando venció a los leones Negros de la U de G bajo el mando de Héctor Sanabria como director técnico.
Gustaba mucho de los animales domésticos, en especial de los perros San Bernardo que por mucho tiempo fueron simbólicos en el logotipo de La Cabaña Suiza.
Visetti no solo dio a la ciudad de Toluca, sino también hizo mucho por ella y por el deportivo y a varios años de su deceso sigue siendo recordado por todos nosotros los toluqueños como una persona emprendedora que aun no siendo mexiquense le dio a nuestro Toluca mucho reconocimiento.
Su hijo nuestro buen amigo Rodolfo Kurt Visetti dal Molin hace unos 13 años aproximadamente decide continuar con el negocio bajo el nombre de “El Suizo” para hacer mención a su lugar de origen, con la experiencia de trabajar toda su vida como restaurantero, con estudios en su país natal, sigue con la tradición de su padre y asegura que su sueño se ha convertido realidad estando al mando de lo que inicio su maestro de vida, bajo la filosofía de atender al cliente como se merece, todos los días se dispone generar ideas nuevas para que los logros obtenidos por su padre sigan en el presente y sirva de ejemplo para las próximas generaciones de su familia.
Hoy en día, el restaurante se ha consolidado como uno de los mejores por su alta gastronomía y tecnología utilizada para mejorar su servicio, además de ser testigo de las diversas personalidades gubernamentales y empresariales, así como de la sociedad toluqueña que han asistido para degustar una deliciosa comida acompañada de un buen vino en un lugar cálido y ameno.
Hoy en día la tercera generación está preparada para que, entre platillos y tradiciones, siga creciendo lo que en su tiempo inicio un gran y distinguido personaje Don Kurt Andra Visetti Vogelbach.
General Rubén Ozuna
Por otro lado, me permito escribir como un homenaje a la memoria del Gral. Bdger, Rubén Ozuna Pérez (hermano de mi padre) publicando parte de su interesante autobiografía, misma que en trazos generales proyecta una vida plena de valía, hombría, patriotismo, a sus amigos y a su patria chica.
Su entrañable amor a México lo llevo a prepararse para servirlo incansablemente en las filas del glorioso Ejército mexicano, en el Servicio Exterior y en uno de los poderes del Gobierno de la República.
Sirva el ejemplo de su inteligencia, de su espíritu de servicio y justicia social, así como de grandeza de alma y corazón, de ejemplo a las futuras generaciones.
Estos apuntes biográficos relatan etapas esenciales de su vida, desde la niñez, transcurrida en el adusto hogar paterno de su solar natal, hasta su intervención ciudadana en la política nacional como Diputado por el VII Distrito Electoral al XLIII Congreso de la Unión y presunto candidato al Gobierno de su Estado.
Su esperanza fue que su esposa y su hija (mi querida prima Yeya Ozuna), cuando muriera, se acordaran de él, no por su actuación militar y política, sino por su comportamiento en la vida y en el hogar, como esposo y padre, repitiendo cada vez que se le recuerde nuestra sencilla oración diaria:
“Padre nuestro, que estas en los cielos…”
Cuarenta y nueve años de servicios a la Patria en la gloriosa carrera de las armas, sin hacer de ella una carrera lucrativa. Durante cuarenta y nueve años de su vida dedico integro sus actividades físicas e intelectuales al servicio de las armas.
Nació en Sultepec, Edo de México el 18 de septiembre de 1902. Sus padres, Don Juan Ozuna Arce, hombre probo a carta cabal, enérgico, trabajador y de excepcionales cualidades varoniles, liberales y revolucionarias, sinceras y convencidas. Su madre Eustolia Pérez Carbajal, dama de excelsas virtudes, trabajadora incansable, la naturalidad de trato y excelsitud de alma ganaban la voluntad de quienes la conocían, madre ejemplarmente católica y amorosa. Nunca le dio crédito a la maledicencia y siempre tuvo una disculpa piadosa para las faltas ajenas. Cuando ocurrió su fallecimiento, en Sultepec, el 30 de enero de 1914, sin distingos sociales, todo el pueblo agregó se al duelo.
Sus abuelos paternos lo fueron don Francisco Ozuna y doña Isabel Arce y los maternos Framan Pérez y doña Ma de Jesús Carbajal.
Su padre murió el 9 de abril en 1962 a los 97 años, sobreviviéndole a su madre 48 años, su deceso coincidió con la Defensa Heroica del pueblo de Sultepec, contra el ataque de las hordas o de Jesús H. Salgado, y en cuya defensa su padre participo en forma destacada.
Enumero por precedencia a sus hermanos: Juan y Francisco, este último nació en Sultepec a las 10:45 pm del día 16 de julio de 1897, a quienes no conoció; Emelia, dedicada al hogar, sin haber terminado sus estudios por el prematuro de su madre, casada con el señor Jesús Solalinde González; Alfredo, que murió a la edad de 13 años, el día 15 de abril de 1916, a las 6:00 am, en la casa número 1 de la calle de Degollado, víctima de un cobarde asesinato por un salvaje zapatista de las fuerzas del llamado teniente Coronel Crispín Sámano; Ana María (c.p.t.) casada con el señor Enrique Millán Miranda; Evangelina, maestra normalista y fundadora de la escuela de educadoras en el Estado, fallecida el 14 de octubre de 1962, y Juan de Dios,(mi adorado padre), funcionario federal y diputado al Congreso del Estado y diputado federal así como líder de la Confederación Nacional Campesina en el Estado, casado con Pilar Rivero Mota.
Siendo su padre administrador de Correos en la ciudad de Chihuahua, contrajo segundas nupcias con la señorita Soledad Carmona, el 13 de febrero de 1928, de este matrimonio nacieron sus medios hermanos Sergio y Francisco Javier, fallecidos muy pequeños; Albertina, quien falleció el 8 de mayo de 1942, a la edad de nueve años; Rosa María ya fallecida y sobreviviendo Jorge Luis.
Por orden del C. Presidente de la República, Manuel Ávila Camacho, fue nombrado Oficial de Enlace con el Comando de la Defensa Occidental en la II Guerra Mundial, por lo que se trasladó a San Francisco, California. Ahí conoció a la señorita Ma. Delia Luna Velázquez, de la cual se enamoró por sus innumerables virtudes, contrayendo matrimonio el 20 de noviembre de 1943, en el Consulado Mexicano, de la ciudad antes citada, siendo nuestros padrinos de boda el Sr. Constantino D. Malta y su esposa Ma. De Jesús Velázquez de Malta, a quien cariñosamente les llamamos Susy Malta.
Se trasladaron a su patria, México, y su unión fue bendecida con la llegada de su hija, mi prima Delia (Yeya) que nació en la ciudad de Toluca el día 18 de febrero de 1945.
Su hija Yeya estudio Educadora siguiendo los pasos de su hermana Evangelina (mi tía), y contrajo matrimonio el 7 de diciembre de 1968 en la ciudad de Toluca con el licenciado en turismo Alfonso García García.