Después de una ardua jornada en el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) se corroboró la victoria en las urnas de Alfredo del Mazo Maza, con lo que el excandidato priista recibió la tan ansiada constancia de mayoría que lo acredita como gobernador electo para el periodo 2017-2023.
Lo cierto es que, de nueva cuenta, no fue un proceso electoral limpio y, eso va por todos los partidos participantes; cada uno de ellos recurrió, en mayor o menor medida, a las viejas prácticas chapuceras para la obtención del voto.
Durante la jornada del 4 de junio pasado corrieron noticias de todos los partidos haciendo algo que no se podía hacer en algún punto del territorio mexiquense, por eso es de llamar la atención que, con cierto grado de cinismo, ayer PAN, PRD, PT y Morena se levantaran de la mesa al momento de la entrega de la constancia.
La oposición justificó su berrinche infantil diciendo que las formas del IEEM y los tiempos establecidos no eran los apropiados (traducción: no se hizo cuando queríamos y entonces pataleamos y nos vamos) aunque en realidad pareció que solo no querían estar ahí cuando el PRI fuera premiada, vaya falta de “fair play”.
A final de cuentas los tricolores presentes en el Consejo General del IEEM aprovecharon el control absoluto que les cedieron sus contrapartes y convirtieron el lugar en un jolgorio donde los gritos y vítores al recién nombrado gobernador electo no se hicieron esperar.
Pedro Infante hizo popular la canción de “La burrita” que una estrofa dice “Pobrecita la burrita ya no quiere caminar, da unos pasos pa’ delante y otros tantos para atrás”; así nuestra democracia, como la burrita, cuando parece que avanza en madurez viene el momento de demostrarlo y va de vuelta en retroceso.
Así, pese a los berrinches infantiles (acaso meramente para guardar las apariencias), la elección ha sido calificada y el gobernador electo ha recibido su constancia, consumatum est la elección estatal 2017, ahora a lo que sigue que no es poca cosa la papa caliente que le dejan en las manos.
