La llegada de Ernesto Nemer Álvarez al PRI es un evidente mensaje para todos los miembros del Revolucionario Institucional mexiquense: se va a poner orden en la casa y se va a hacer de la única forma posible, recurriendo a la férrea disciplina que ha formado cuadros por tantos años y que ha mantenido al partido en el poder estatal.
No es extraño, entonces, que surgiera información respecto a investigaciones al interior del partido sobre el material “clasificado” que, durante la campaña, llegó a manos de la oposición, lo que ha generado gran expectativa en el priismo mexiquense.
Sin embargo, para algunos analistas, el tema de las filtraciones pudo haber sido parte de la estrategia para la ganar la contienda y es que, a final de cuentas, lograron que los rivales hablaran e incluso difundieran spots de Del Mazo a través de sus canales.
Es decir, a través de filtrar videos o documentos, lo que se logró en realidad es que la oposición diera espacios en medios y redes sociales a parte de la campaña que, tras la filtración ya no se reconocía pero que, en estricto sentido, llegaba a los votantes quienes eran el destinatario final.
Verdad o mentira, lo cierto es que mucho material llegó a manos de la oposición y determinar de dónde salió la filtración no será sencillo; en la campaña priista participaron varios equipos que respondían a distintos amos (no necesariamente al candidato o al jefe de campaña).
La investigación abierta al interior del PRI puede ser leída como una cacería de brujas contra los enemigos internos, como un manotazo en la mesa para advertir que no se tolerarán más acciones de este tipo o como una manera de ocultar que en la estrategia el tricolor jugó con sus rivales y, posiblemente, lo vuelva a hacer.
Ahora los opositores y en general cualquiera que esté en una campaña, deberá tener más cuidado en el manejo de las filtraciones porque podrían estar siendo usados para publicitar en tiempos y espacios a sus rivales utilizando su soberbia contra ellos.