Una de las cosas más bonitas y divertidas que tiene la política mexicana es la amplia capacidad de los analistas para especular todo cuanto sea posible con la única razón de, en algún momento, poder decir: ven lo dije.
Ante la falta de información confiable, los espacios de opinión se llenan de nombres posibles sobre alguien que seguro será protagonista de una noticia o encabezará alguna dependencia gubernamental… y si no él, seguro otro u otro u otro; de tal manera que a alguno se le debe atinar.
Claro que las opiniones son muy válidas, y hasta interesantes, pero lo cierto es que cuando situaciones como la del nombramiento del gabinete de Alfredo del Mazo Maza se hacen presentes resulta que el Edomex necesitaría como 50 secretarías para darle espacio a todos los que se mencionan.
No, no todos los nombres que aparecen en los medios estarán forzosamente en la lista final, en muchos casos se trata de filtraciones o “favores” que se piden para ser mencionados con el objetivo de parecer más (a veces menos) de lo que realmente se es; son tiempos de buscar subir los bonos, aunque sea en la opinión pública.
Después de todo, resulta que no hay especulación que valga y la única lista que cuenta es la que nadie ha podido obtener (quizás ni siquiera esté lista aún). Claro que son viejas tácticas de manejo político y cualquier otro pretexto que quiera inventarse, en estricto sentido periodístico, o es esa lista o ninguna.
Por lo pronto vale la pena seguir leyendo especulaciones y “filtraciones” por el mero gusto morboso de ver quienes se apuntan y promueven con la intención de ser vistos por quienes ni los ven ni los oyen.
La lucha por las plazas de alto nivel, las candidaturas y las pluris ha hecho de la especulación una actividad cada vez más entretenida, pero ello genera cierto grado de desinformación entre la gente que, una vez definidos los lugares, se desconcierta entre lo que había escuchado antes y lo que ocurrió realmente; en fin, así pasa cuando lo que importa es ser visto y nada más.