Después de la publicación de la investigación conocida como “estafa maestra” y las respuestas del rector de la Uaeméx, Alfredo Barrera Baca, así como del ex rector y actual presidente de la Codhem Jorge Olvera García, queda claro que todo se centrará en que ya han solventado a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y asunto terminado.
De ser así, la historia habría llegado a su fin pero aquí hay cosas que no cuadran y que no entiendo que ningún reportero en las respectivas entrevistas haya preguntado, como por ejemplo: si todo fue solventado a la ASF y no había nada malo ni raro ¿por qué extinguir al Fondict y desaparecerlo del escenario?
Si como dijo Jorge Olvera, todo estaba bien en los procedimientos de contratación de la Uaeméx ¿por qué entonces cambiar las formas y los procedimientos en que se realizaban las adquisiciones en la Universidad?
En ninguno de los dos casos se hizo referencia o intentó explicar el tema de las empresas fantasma que se contrataron. Solventar a la ASF no significa que todo se hizo como debía hacerse, sino que solo se le respondió al órgano auditor de la nación como dicen los libros que se le debe responder.
Tampoco se habló de investigación interna o de búsqueda para saber qué está ocurriendo en la Universidad porque, por supuesto, Fondict era el órgano más expuesto pero ¿qué pasaría si se auditara y revisaran las finanzas de todos los centros de investigación de la Uaeméx? ¿Encontraríamos algo como lo que se encontró en Fondict?
La actitud que mostraron tanto Barrera Baca como Olvera García parece ser más la de alguien que trata de enterrar al muerto y que nadie hable, más que la del que busca averiguar qué y quién lo mató para deslindar responsabilidad y, sobre todo, evitar que vuelva a pasar.
No obstante los hechos y las inconsistencias ambos académicos enfrentaron preguntas cómodas y a modo para poder salir a decir que no pasa nada porque, como diría el príncipe de la canción (ahora que se está poniendo de moda citar cantantes) “ya lo pasado, pasado y no me interesa”.