En días pasados, en el marco de la tradicional celebración del Día de Muertos, me di a la tarea de hacer un recorrido por el Panteón General “La Soledad”, camposanto icónico de la ciudad de Toluca y en cuyos terrenos descansan los restos mortales de varios personajes históricos de esta capital mexiquense.
Desde hace doce años los integrantes del “Grupo Toluca”, formado por jóvenes voluntarios, organizan recorridos guiados con el objetivo de promover tanto el turismo como la permanencia de nuestras tradiciones, caracterizándose como personajes de ultratumba que relatan las historias detrás de algunas de sus respectivas lápidas.
Sin embargo, como una de las tantas situaciones que la contingencia sanitaria por Covid-19 nos ha hecho cambiar, este año el recorrido presencial no fue posible, ya que se ha priorizado el cuidado de la salud de todos los ciudadanos al evitar las aglomeraciones. Por tal motivo el Ayuntamiento de Toluca, a través de la Dirección de Cultura, ha realizado algunas transmisiones para así mantener esta actividad que forma parte del Festival Cultural del Alfeñique.
Con el objetivo de conocer más a fondo estas dinámicas, me reuní con Raúl Villagrana Briseño para visitar el Panteón General. Raúl es un toluqueño, el principal promotor del recorrido, proyecto que inicialmente planteó dentro de su investigación profesional que lo acreditó como licenciado en Turismo por la Universidad Autónoma del Estado de México. En este documento se incluyen además investigaciones sobre la historia de este cementerio, además de indagar en los relatos, las leyendas y las anécdotas acerca de los difuntos que yacen en este panteón.
Su historia data de 1883 y en 1889 el Ayuntamiento adquirió un terreno de sesenta mil metros cuadrados para su ampliación. Asimismo, su fachada, la administración y la vivienda del vigilante fueron construidas en el año de 1892. Un dato curioso es que la distribución de los sepulcros fue designada a la antigua usanza, privilegiando las clases sociales al ubicar a “la primera clase” en el pasillo central y ubicando al resto de estratos económicos en los costados.
Al iniciar nuestro recorrido, una de las primeras tumbas que pudimos observar es la correspondiente al Doctor Juan Rodríguez, quien fungiera como Presidente Municipal de Toluca y en cuya administración se realizó el trazo del Panteón General; al avanzar nos encontramos con los mausoleos de las señoritas Matilde Gómez Tagle y Lucía del Mazo Villaseñor, mismos que son representativos de la arquitectura de la época del Porfiriato al estar coronados por ángeles que, de acuerdo con la creencia popular, les harían ganar indulgencias para alcanzar el cielo con mayor rapidez.
Una de las criptas que más curiosidad genera entre los visitantes del cementerio es la perteneciente a la Señora Rosario Morales de Muñoz, ya que tiene la forma del tronco de un árbol cortado, en cuyo interior reposan tres polluelos y en su base se observa la figura de una paloma muerta; de acuerdo con las investigaciones de Raúl Villagrana, esto significa la vida interrumpida y el rompimiento de la familia al fallecer la madre.
Para efectos de estas breves líneas que cada quince días tengo el gusto de compartir con ustedes, mencionaré por último el monumento en honor al General José Vicente Villada, quien fue Gobernador del Estado de México y en cuyo mandato se erigió el Panteón General “La Soledad”, como una de las muchísimas otras obras públicas representativas de nuestra entidad. Uno de los datos más loables y bondadosos del General Villada es que cedió su apellido a bastantes niñas y niños huérfanos de la capital mexiquense.
Finalizo con la confianza de haber sembrado la semilla de la curiosidad en quienes me leen, incitándoles a conocer más sobre la historia, las leyendas y las tradiciones de nuestro estado, y con la esperanza de que, al continuar con las medidas sanitarias para cuidar todos de todos, en el año dos mil veintiuno podamos asistir a los recorridos presenciales por nuestro icónico Panteón General “La Soledad”.