¡Qué año tan complicado hemos vivido, cuánta incertidumbre, cuánto miedo! sin duda alguna el enfrentarnos a lo desconocido nos mantuvo en un estado de alerta continuo: acatando las medidas sanitarias para prevenir los contagios, siguiendo los protocolos de trabajo implementados en nuestros respectivos ámbitos laborales con el objetivo de reducir la movilidad social, sin dejar a un lado la atención a la ciudadanía, manteniendo las actividades esenciales que permitieron fortalecer la economía local y evitaron una recesión económica, la cual, ineludiblemente tendría dimensiones inusitadas; en fin, atentos a un sinnúmero de actividades que nos permitiesen, como ha indicado nuestro gobernador Alfredo del Mazo Maza, cuidar todos de todos.
En este sentido, retomaré la definición de “crisis” que, de acuerdo con la Real Academia Española (RAE), significa un cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados. Y es que definitivamente nuestras vidas han cambiado en la mayoría de sus aspectos, y no sabemos con certeza si volveremos a las dinámicas en las que nos desenvolvíamos antes de la pandemia o si extenderemos las actividades novedosas que hemos implementado como respuesta a la crisis de salud pública.
Ciertamente la emergencia sanitaria escaló de forma vertiginosa a nivel global, era el 11 de marzo de 2020 cuando la Organización Mundial de la Salud declaraba oficialmente al Covid-19 como pandemia y para finales del mismo mes ya se había expandido a 190 naciones, provocando que poco más de la mitad de la población mundial se encontrase sujeta a medidas de confinamiento que impactarían de manera importante el desarrollo económico mundial; la velocidad de respuesta para preservar la integridad de la ciudadanía tuvo que ser inmediata, presentando a su vez opciones de mejora en la mayoría de los sectores gubernamentales desde el nivel internacional, hasta el nacional.
Por supuesto que toda crisis abre paso a un abanico amplísimo de oportunidades, la pandemia por Covid-19 ha sido un desafío particularmente urgente para los gobiernos que han tenido que demostrar su capacidad de resiliencia, ya que tienen la responsabilidad de garantizar seguridad y certidumbre ante panoramas inciertos.
De acuerdo con Carlos Miguel Rodríguez de Caires, autor de “La resiliencia como atributo gubernamental”, la construcción de resiliencia en los gobiernos requiere un cambio institucional desde cuatro niveles interdependientes de la acción pública: el nivel meta, constituido por el sistema social; el nivel macro, asociado al marco institucional; el nivel meso, concretado en las políticas públicas; y el nivel micro, atribuible a las estrategias y acciones organizacionales e individuales. Razones por las cuales la innovación ha tenido que ser uno de los ejes rectores de toda acción gubernamental para proteger la integridad de las personas.
Es así que, en congruencia con las actividades puestas en marcha por el Gobierno del Estado de México, en la Dirección General de Desarrollo Político tuvimos la gran oportunidad de aprovechar las tecnologías de la información para seguir en contacto con las y los ciudadanos, mantenerles informados y continuar capacitándoles. Llevamos a cabo mesas de análisis y opinión con la participación de expertos entre los que destacaron catedráticos, funcionarios públicos, empresarios y periodistas, quienes impartieron temas de gran relevancia para afrontar de una mejor manera las nuevas realidades.
Además, instauramos “La hora de la Sociedad Civil”, un espacio enfocado a la capacitación de las OSC, con el objetivo de dotarles de las herramientas necesarias para enfrentar los múltiples retos que deben sortear para continuar con esquemas de operación exitosos, porque como en diversas ocasiones lo he mencionado, en esta Dirección General somos creyentes y promotores de la gobernanza participativa porque la sinergia entre sociedad organizada y gobierno siempre reducirá los esfuerzos y maximizará los resultados en beneficio de las y los mexiquenses.
En suma, retomo una frase icónica de John F. Kennedy: “Sé consciente del peligro, pero reconoce la oportunidad”; hagamos que los cambios post pandemia nos permitan renovarnos como sociedad, sumarnos en el ejercicio de una ciudadanía activa y así fortalecer el tejido social.
Finalmente, no quiero dejar pasar la ocasión para agradecer el trabajo de todo el equipo adscrito a la Dirección General de Desarrollo Político, sin su valiosa colaboración sería imposible enfrentar esta crisis; a la ciudadanía en general, mi gratitud por su compromiso en el cuidado de la salud, gracias infinitas por no claudicar. A través de esta, mi última colaboración del año, quiero aprovechar también para desearles una feliz navidad y un próspero año nuevo. ¡Nos leemos en 2021!