Continuamos comentando de los comerciantes emigrantes de otros estados a nuestra bella Toluca; en la década de 1930-1940:
Ignacio S. Miranda: él, como otros destacados comerciantes de la epoca, procedía de Teloloapan, Guerrero; en donde, en sus mocedades, se dedicaba a la agricultura; más tarde fue zapatista, más tarde comerciante en Tampico y en San Luis Potosí. Llegó a Toluca en el año de 1930 para asociarse con su cuñado, el también comerciante don J. Concepción Salgado, en la tienda que por entonces estaba establecida en Independencia número 26. Cuando pasa el incendio antes mencionado, del negocio A la Gran Barata del señor Curi, don Nacho se comportó como un héroe evitando que el fuego pasara al comercio propiedad de su cuñado Chon.
Don Nacho adquirió posteriormente La Sevillana, que después habría de trasladar al número 12 de avenida Juárez, comprando la casa propiedad de la señorita Garduño y anteriormente del señor Pedro López, hermano de don Santos López Rodríguez. Ignacio fue un rico agricultor de aquel entonces que, para no olvidarse de la agricultura, y teniéndolo como un pasatiempo altamente remunerativo, adquirió un rancho en Metepec, denominado La Lamina o San Lorenzo, que habría de vender posteriormente a don Felipe Chávez. Actualmente se localizan oficinas del gobierno estatal como la Secretaría del Campo, Secretaría de Desarrollo Urbano y Obra, Secretaría de Medio Ambiente entre otras.
Este rancho introdujo la modalidad de sembrar maíz a chorro, de la variedad hibrida H-24; este proceso consistía en ir depositando la semilla en forma continua, a diferencia de la técnica anterior que consistía en ir depositando espaciadamente unas cuantas semillas. Así, ante el asombro de los agricultores vecinos y del propio ingeniero Salvador Sánchez Colín, recogía una cosecha con un rendimiento de seis toneladas por hectárea, que en aquella época era algo notable.
Volviendo al tema de La Sevillana, es interesante describir la fotografía del interior de esta tienda, donde a la manera tradicional se exponían los productos en un armazón o anaquel con un mostrador al frente, la mercancía se exhibía perfectamente bien acomodada, apareciendo también colgadas bolsas para envolver las mercancías, destacando las velas de parafina, que en 1936 valían según su tamaño, de dos a cinco centavos; en la imagen se pueden apreciar las básculas, muy usadas en esa epoca, la Fairbanks, con plataforma y cubierta, y las modernas Toledo, con carátula visible, que permitían al cliente cerciorarse del peso de la mercancía que compraba. El propio don Nacho contrató a un lugareño de San Pablo Autopan para que le leyera en su dialecto a sus paisanos, el peso de las mercancías, así se aseguraban de recibir el kilogramo de 1000 gramos y no de 800, como acostumbraban a despachar muchos competidores. Se aprecia en la fotografía a la señorita Felicidad Miranda, al señor Víctor Ponce, al señor García, hermano de don Maximiliano, y al dependiente mayor, sobrino de don Nacho. El señor Ignacio Miranda se retiro del negocio de los abarrotes en el año de 1963.
Otro gran comerciante guerrerense asentado en Toluca fue el señor José Ma. Cuevas, casado con la señora Elodia Román, padres de Esthela, Malena y del geólogo José Ángel. Don Chema fabricaba un licor de marca Masquín, cuyo reparto a los pueblos vecinos lo hacía a bordo de una camioneta tipo panel último modelo. Era afortunado en el juego, pues se sacó varios premios mayores en la lotería.
Guanajuato; llegaron para avecindarse en nuestra Toluca los comerciantes entre ellos algunos muy conocidos que tiempo después se dedicaron al servicio público; Agustín Gasca Mireles padre y abuelo de Agustín Gasca Aguilar y Agustín Gasca Pliego, Hilario Carrillo, Maximiliano Caballero, Ramiro Márquez y hermano, Luis Badillo, Vicente Vallejo, Epigmenio Velázquez, Camilo Orosco, Miguel Calderón y Gabriel Corona.
Agustín Gasca Mireles, cuyo padre fue Margarito Gasca Rodríguez y su madre doña Margarita Mireles Basaldúa nació en Mineral de Pozos, Guanajuato, el 28 de mayo de 1886, quien a los 13 años empezó a trabajar en una fábrica de jabón de los señores Villafaña; a los 15 se empleó como cuidador de un túnel de la mina de Angustias. Tres años después se trasladó al mineral de Pachuca, Hidalgo, y posteriormente, conociendo de la bonanza del mineral del Oro, Estado de México, estableció ahí un pequeño negocio de abarrotes, en el barrio de El Mosquito, en 1906.
Para 1913 año de su boda con la señorita Cruz Aguilar del Moral (28 de mayo 1913), ya era propietario de las tiendas La Noche Buena, La Esmeralda y La Vencedora.
Durante su residencia en El Oro era muy frecuente que, atraídos por el auge económico de este mineral, llegaran partidas de militares revolucionarios que luchaban entre sí para adquirir víveres y mercancías ocasionando graves trastornos económicos y de seguridad pública, por lo que don Agustín decidió irse a radicar a la ciudad de Morelia, Michoacán, que era la principal fuente de bastecimiento de esa zona.
Por lo tanto, el día 20 de febrero de 1915 abordó el tren para la estación de Tutelnango, México; pero no pudo tomar rumbo a Morelia ya que el único tren programado para ese día era uno de carga, con dirección a Toluca, y teniendo encima la amenaza de las fuerzas militares toma la fuerte decisión de subirse al convoy que lo trajo a esta ciudad ese mismo día.
Durante una buena temporada quedaron interrumpidas las comunicaciones de la Ciudad de México y El Oro, lapso en el que se percató del movimiento comercial de esta plaza, por lo que decide vender sus propiedades en El Oro y, con su cuñado Hilario Carrillo formó una pequeña sociedad llamada Carrillo Gasca, en la casa número 12 del Portal, que actualmente se llama Madero.
Para el año de 1919, decidió establecer su propio negocio en la esquina de Libertad (hoy Hidalgo) y Galeana.
Cabe mencionar que en la época que vivió en El Oro, llegó un señor del sur del estado a solicitarle trabajo, de inmediato se le proporcionó y al poco tiempo le dio el cargo de jefe de la sucursal de La Noche Buena; ¿saben de quién se trataba……? de Filiberto Gómez Diaz hermano de don Abundio y suegro de don Wenceslao Labra Moll quien años después se convertirían en gobernadores de nuestro Estado.
Don Filiberto casado con doña Eleazar Hernández de Gómez tienen a su primogénita Rita (gran amiga de mi padre del que suscribe) y don Agustín recibe la invitación para que le llevara a bautizar (padrino); empezando así una amistad que duró toda la vida.
Corre el año de 1924, siendo gobernador del estado el general don Abundio Gómez Diaz, cuando don Agustín es elegido flamante Presidente Municipal de Toluca por vez primera; posteriormente fue diputado en el Congreso Local cuando el coronel Carlos Riva Palacio ocupa el cargo de Gobernador; en el año de 1929 don Agustín es elegido por segunda ocasión como Presidente Municipal, siendo Gobernador su gran amigo el coronel Filiberto Gómez Diaz.
Fue uno de los fundadores del Partido Socialista del Trabajo, el cual durante el gobierno del presidente Plutarco Elías Calles, se fusionó a otros más para formar el Partido Nacional Revolucionario del que también fue fundador, este instituto años después toma el nombre de Partido Revolucionario Institucional.
Siendo por vez primera Presidente Municipal en el año de 1924, se inicia la pavimentación de las principales calles de Toluca dando suma importancia al abastecimiento de agua potable por medio de la perforación de pozos.
Para el año de 1932 don Agustín se aleja de la actividad política para dedicarse íntegramente a sus negocios de abarrotes, ferretería y distribuidora de cerveza.
Antonio Luis Badillo y otros más; don Antonio fue dueño de la tienda El Carmen, que se localizaba en la esquina del callejón del Carmen y Plaza España, era primo hermano de Carmen, la maestra Delfina, Luis y Alfonso, su hermana se casó con Albino Posadas, quien fue dueño de El Centro Comercial tienda ubicada en Plaza España y Juárez.
Hilario Carrillo, socio de Agustín Gasca en un negocio en Toluca, también hizo escala en el Oro, procedente de Guanajuato. Fue cuñado de Maximiliano Caballero, hablaremos de él más adelante al referirnos a su comercio ubicado en la calle de Arteaga, hoy Lerdo oriente.
Igualmente, los guanajuatenses Ramiro y Carlos Márquez, antes de llegar a Toluca pasaron por El Oro, estableciéndose en esta ciudad de Toluca con una tenería y taller de zapatería en la casa 4 de la calle de Salazar.
Más adelante hablaremos de algunos comerciantes originarios de Guanajuato y de otros estados, al comentar de sus respectivos negocios. Tal es el caso de Manuel J. Solís, procedente de Ciudad Guzmán, Jalisco, y del michoacano Filiberto Cedeño, entre otros.
Los Mexiquenses: Entre los comerciantes procedentes del interior del Estado de México que se avecindaron en Toluca para establecer sus negocios podemos mencionar a los siguientes: Atlacomulco; Los Monroy Cárdenas, entre los que estaban Ernesto, Cireneo, Alfredo, Eduardo, Adolfo, Armando, Daniel y Rafael; de Jocotitlán, don Luis Correa padre de los hermanos Delia, Humberto y Héctor; Rafael Mondragón, de Ixtlahuaca; Mucio Cardoso Gómez, de Temascaltepec; Ciro Estrada, de Coatepec Harinas; Manuel y José Estrada Hernández, de Chiltepec; Rafael Tapia, de Almoloya de Alquisiras; David Flores Barrueta, Mariano Salgado y J. Refugio Almazán, de Amatepec; Carpóforo Aranda, de Almoloya de Juárez; don Eduardo Hernández, de Zinacantepec; Macario y Federico Álvarez, de Huixquilucan; Tomas D. Pérez y Elías Gutiérrez, de El Oro; Roberto Aguilar, cuñado de don Agustín Gasca Mireles y del doctor Rodolfo Salgado, quien se dedicó en Toluca a los molinos de nixtamal casado con Elisa Salgado, sus hijos fueron: Roberto, Raúl, Javier, Lucia, Magdalena, Concepción y Sara; viviendo en Independencia número 54.
En relación con lo anterior, en Toluca, hubo algunos comercios de connotados profesionistas que seguramente los abrieron como pasatiempo o hobby remunerado, sin ser un elemento de sostén; entre estos establecimientos estaban:
La Acacia, ubicada en el número 24 de Villada, era una miscelánea dedicada el expendio de efectos de escritorio y artículos escolares, mercería y tlapalería; comercio propiedad de la familia del afamado notario Gabriel M. Ezeta, estaba a nombre de su esposa, doña Remedios Uribe. El establecimiento se abrió en 1916 o 1917 y dejó de ser de la familia aproximadamente en 1933 o 1934; este negocio tenía una puerta hacia el exterior y un aparador de aquellos tiempos que en la noche se cubría con una serie de tablas. Para abastecer el negocio; se proveían en diversas casas de la Ciudad de México, (otrora Distrito Federal), como La Sirena, antigua ferretería que se incendió en los años cincuenta, en donde adquirían Amalita y Albertina las anilinas; compraban los artículos de mercería en la Gran Sedería, de un señor Albert, y los cuadernos de papel fino, en la papelería de Enrique Gutiérrez M.; que se encontraba en la calle de Balderas.
Este establecimiento era muy conocido por todos los escolares y personas que sabían de la calidad de los productos que ahí vendían. En el interior de esta misma casa funcionaba una imprenta fundada en 1910, también propiedad de la familia de don Gabriel M. Ezeta. En la calle de Libertad (hoy Hidalgo), existía un comercio de confecciones y artículos de sedería, propiedad de la señora Amalia Muñoz de Enríquez, esposa del maestro don Heriberto Enríquez, destacado poeta y maestro toluqueño; doña Amalia era maestra de labores femeniles en la Normal de Señoritas y en la Escuela Hogar, de esta ciudad.
Por otro lado, el Hotel León de Oro de la calle Libertad (Hidalgo) se encontraba en el terreno que hoy ocupa el Hotel Colonial y precisamente en los bajos funcionaba el establecimiento El Ancla, donde se podía adquirir mercería, efectos de escritorio y artículos escolares; este negocio era de la profesora Luz Bracamontes, catedrática en la Normal de Señoritas y en otras escuelas más.
En la avenida Independencia, antes Calle Real y frente a la Normal de Señoritas estaba el negocio La Colmena, miscelánea muy conocida en el rumbo y sobre todo en Toluca, ya que ahí vendían unos exquisitos tamales muy apreciados por los toluqueños. Esta tienda cuya dueña era la maestra Margarita Márquez, directora de la Normal Anexa, era atendido por su sobrina Amadita.
La miscelánea La Selecta, propiedad de la profesora Ma. Del Carmen López de Benavides mamá de Laura Beatriz y Alberto Benavides, estaba ubicada en Independencia, junto al Jockey Club y frente al templo de la Veracruz.
Continuará……….!!