La actualidad política del Estado de México, sin duda, está enmarcada por un proceso sin precedentes de tal magnitud, donde las alianzas y el sospechosismo imprimen un ambiente que con total certeza habrá de ser parte del anecdotario de la política mexiquense.
Y es que, en medio de la lucha de poderes que significa formar dos bloques contendientes por un número importante de distritos federales, locales y ayuntamientos, no puede perderse de vista que, a la luz pública, esta dinámica parece representar más, un juego de intereses de personajes y grupos, que a los verdaderos intereses de una sociedad que históricamente ha vivido en la incertidumbre, por las decisiones y acciones de los representantes del gobierno.
Visto de esta forma, en la figura de la coalición Morena-PT-Nueva Alianza, se observa una poderosa fuerza que habrá de buscar el contener los embates de la oposición, sabedores de las deficiencias mostradas y evidenciadas con fallas relevantes en varios de los municipios donde en la jornada electoral pasada, recibieron la confianza ciudadana. Sin embargo, cuentan también con la aún fresca memoria colectiva y el efecto que la esfera nacional pueda continuar generando en el ánimo social.
Por su parte, gracias a nuestro singular sistema de partidos y una debatible sensibilidad política, lo que podría parecer una imagen casi dantesca, tricéfala y de contradictorios ideales, y a pesar de que el pasado revela sus conflictos y sinsabores, la coalición conformada por el PRI-PAN-PRD, se ha confirmado ante el descontento de un porcentaje importante de la militancia y sobre todo, de los aspirantes que verán truncadas sus aspiraciones por cederle su lugar a políticos otrora rivales en la contienda. Sin embargo, dada la maquinaria sociopolítica que respalda la historia de los tres partidos, seguramente vendrán a posicionarse con categoría en los municipios donde aguarda aún un número considerable de voto duro; lo que podría significar según los pronósticos, la victoria en algunos de los territorios más importantes gobernados por Morena y sus aliados, a casi tres años de su triunfo en las urnas, y que en la opinión de muchos ciudadanos, no pudieron gobernar a la altura de las expectativas del electorado.
Por último, es conveniente acotar que, son muchos también los municipios donde cada fuerza política ha decidido no hacer equipo e ir en busca del triunfo en solitario, una característica de los municipios que manifiestan gobierno exitoso y que, basados en sus resultados individuales, ven factible no ceder ante aliados y rivales. También los hay, quienes, con la confianza, mas no certeza, de ser una oposición sólida y confiable, buscarán arrebatar esos espacios.
Los tiempos más complejos parecen estar a la vista, la carrera ha comenzado; los ciudadanos alertas y los políticos tronándose los dedos.
