Fue hace más de medio siglo que nació el equipo de futbol americano de la Universidad Autónoma del Estado de México, esos Potros Salvajes que muy pronto se ganaron la simpatía de la comunidad universitaria y de toda la ciudad de Toluca.
El club creció tanto que no tardaron en construirle un estadio, el Alberto Chivo Córdova, así como designarle una amplia partida presupuestal de la Universidad para su sostenimiento.
Sin embargo, pasados los años se diversificaron las prácticas deportivas en la UAEM y llegó el equipo profesional de fútbol, el cual en la era de Crisóforo Zárate Machuca (qepd) se le amplió el presupuesto hasta dejarlo casi a la par del de americano.
Pasaron los años y el equipo de futbol ganó mayor espacio en interés en la UAEM, de tal manera que los Potros de americano debieron administrarse mediante un Patronato, mientras que el de soccer fue guiado por la dirección de deportes de la Universidad.
Con el tiempo los Potros Salvajes fueron relegados a otro espacio, se les acondicionó el emparrillado del JJ Pichardo en los campos de Prepa 1 y dejaron el estadio de Ciudad Universitaria exclusivamente para el equipo de futbol soccer.
Ambos equipos crecieron a la par de la UAEM, cada uno en su liga se volvió protagonista hasta alcanzar campeonatos nacionales, en el caso de futbol hasta llegar a la División de Ascenso, nada menos que la antesala de la Primera División del futbol mexicano.
Sin embargo el crecimiento de estos equipos ha rebasado a la propia UAEM, sobre todo el de futbol profesional, quien exige una inversión económica millonaria que no tiene la Casa de estudios.
El semestre pasado intentaron ceder la administración a un particular pero el experimento fue desastroso, no sólo en lo futbolístico, también en lo económico y hasta en lo gerencial, dejando incluso una mala imagen ante la Federación Mexicana de Futbol.
Los Potros se han convertido en un equipo incómodo. Para la Universidad porque no hayan de donde conseguir recursos para mantenerlo, aunque tampoco han diseñado una mercadotecnia para que pudiera ser en cierta medida autosuficiente.
Después, en los deportistas verde y oro tampoco ha caído nada bien que tengan que ceder sus espacios deportivos para que puedan ser utilizados por el equipo profesional de fútbol soccer, la más reciente de estás incomodidades fue con los jóvenes de futbol americano que fueron sacados de su gimnasio para que entrenarán los del equipo de Ascenso.
Los peor es que para los propios jugadores y cuerpo técnico del equipo está siendo incómodo jugar en esta escuadra llena de inestabilidad financiera, con pagos retrasados y hasta una reducción en la nómina que dejará una plantilla limitada, en número y calidad.
De seguir así, Potros de Ascenso están destinados a desaparecer, a qué la franquicia sea vendida al mejor postor y dejar en la UAEM solo futbol estudiantil, amateur porque con el profesional parecen no poder.
