El machismo es el primogénito del patriarcado, en tanto este último configura el sistema que instituye creencias, valores, pautas culturales, respuestas o formas de comportamiento para hacer creer que los hombres tenemos la indiscutible supremacía sobre la otra mitad del mundo, las mujeres.
Los machistas somos: lo mejor, lo peor o mejor aún, lo deleznable. Todavía más, quienes tenemos la razón a toda costa, sin límites. Somos patriarcas quienes regurgitamos el infundado punto de vista que nos agolpa diariamente, sin esperar réplica, excepto que proceda de un jefe masculino. Quienes orquestamos la vida social en senderemos que se aprecian, decimos, con desdén, que nadie o pocos merecen saber de nosotros.
Los machistas descendemos de nuestras creencias mítico-religiosas, debido a que nos hacen profesar que somos descendientes del hombre-creador; de Adán, de Abraham o de Moisés.
Somos mandones a rajatabla debido a que ninguna mujer, en los relatos bíblicos, nos cuentan que fuimos troquelados. Ellas acatan; nos dejan valorar. Salvo María y María Magdalena, en la muerte o en el olvido, nos toca conceder piedad.
Con base en nuestra religión judeo-cristiana, les hicimos pensar a los demás que –a través del cristianismo– todo lo debemos a los hombres, en tanto que somos en parte: Dios, Hijo, Espíritu Santo y otros más, porque los masculinos hemos sido incluidos para seguir abonando a dicha cultura patriarcal.
Cuando observo diariamente estas expresiones, contemplo lo siguiente: Es machista quien se pasa el semáforo, porque nadie o pocos lo ven en tanto hombre o mujer. Impositivo, quien llega a un sitio atestado, pero busca que se le atienda a él o ella primero; nada más porque se trata de esa persona de alcurnia que hiede a rico o peor a vetusto. Machismo puro y malandrín quien actúa con preguntas o improperios que maldicen: ¿Quién me atiende a mí, que soy San Cuilmas? Comete el agravio de machista, la mujer u hombre que se salta toda norma o disposición anunciada para hacer valer la suya, sin apego a nadie.
Machista es la señora que le dice a su hijo varón que él manda; que consigue ser atendido cuando lo diga porque su ferviente deseo así lo mandata. Machista es la mujer que le enseña a su vástago que su hermana o hermano menor debe obedecerle porque se trata de él. Un machista no atina cómo ayudar a que este mundo sea mejor. Machista es...
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