Las pasadas elecciones del mes de junio dejaron varías experiencias que todos los partidos políticos deben tomar en cuenta para replantear sus estrategias, su operación, su poder de comunicación y, sobre todo, la movilización de su electorado en un ambiente dificultado por la pandemia.
En el caso de morena no ha existido el menor asomo de reflexión colectiva.
Quienes militamos en el movimiento de transformación no hemos hecho un ejercicio colectivo de reflexión que nos lleve a modificar los errores o afianzar aquello que se realizó bien. Por eso, es necesario que morena empiece por lo básico. Organizarse desde adentro y crecer hacia afuera. No puede seguir secuestrada la dirección por unos cuantos grupos que tienen y retienen el control de la afiliación a la medida de sus intereses y sus antojos.
En los hechos, tratan de impedir la afiliación para hacerse de los órganos del partido y a partir de ello, conseguir candidaturas. Seguir por ese camino es un grave error. Morena tiene que seguir siendo un amplio movimiento que represente a todos los sectores de la población. Este partido no nació para ser un partido burocrático como cualquier otro que conocemos y eso es parte de su éxito electoral. Por ello, todo aquel que quiera pertenecer a este movimiento debe tener las facilidades para hacerlo, sobre todo en medio de esta crisis sanitaria.
Quienes dirigen a morena en el país deben de aprender a no vivir en el internismo, sino levantar la vista hacia la sociedad en su conjunto, ver a quienes nos decimos representar e invitarlos a sumarse en este esfuerzo. Morena no debe de caer en el simplismo de pensar que porque ganamos lo seguiremos haciendo. Nuestro movimiento en forma de partido tiene que aprender a desterrar las prácticas del pasado, sobre todo, tratar de sacudirse las ineptitudes de una burocracia partidaria que solo quiere administrar al partido como si de una franquicia se tratara.
Por eso, morena en el Estado de México está llamando a iniciar con un recuento de lo logrado y lo perdido, las causas y razones, que es lo que espera la ciudadanía, qué dejamos de hacer y qué nos falta por entender. A partir de ello debemos de actuar colectivamente para garantizar una dirección que ayude a la conciliación y deje atrás las mezquindades de los intereses grupales.
Requerimos una dirección que ayude a dar conducción al proceso de selección de candidato o candidata de morena a la gubernatura de nuestra entidad. Necesitamos sentar las bases para tener un proceso interno donde se cuente con piso parejo. Todos, absolutamente todos y todas quienes deseen apuntarse tienen virtudes y defectos. Todos y todas tienen, por mandato legal y constitucional, exactamente los mismos derechos para participar.
Evidentemente que para poner orden y que nada se salga de cauce, lo que primero se requiere es que tengamos órganos de dirección, no cometamos el error más bizarro en la política: no pongamos las carretas por delante de los bueyes. Todo a su tiempo. Paso a paso.
