Hace unos días leía un artículo del Fondo de Población de las Naciones Unidas sobre el papel fundamental de las NIÑAS, describiéndolas como “el futuro de la población”, haciendo énfasis en la importancia de considerar a este grupo como centro del desarrollo.
Las niñas de 10 años representan el rostro humano del éxito o fracaso de los esfuerzos que la comunidad internacional realizará en torno a alcanzar el desarrollo inclusivo y equitativo que promueve la Agenda 2030. En este sentido, es urgente crear una conciencia colectiva para entender que el apoyo de su familia, su comunidad y su nación, en un marco del pleno ejercicio de sus derechos y construcción de ciudadanía, es fundamental para que logren prosperar y contribuir a hacer realidad el futuro que todos deseamos.
Es importante señalar que el 40% de las niñas más pobres del mundo no puedan gozar de las ventajas de la inversión mundial en el desarrollo, en nuestro país el panorama no es muy alentador, para las más de 20 millones de niñas que habitan en él, empezando porque la educación inicial no es prioridad del gobierno, situación que ha quedado de manifiesto con una serie de decisiones como la cancelación del Programa Estancias Infantiles, espacios de atención y desarrollo integral en la etapa más importante para los seres humanos, siguiendo por la eliminación de las Escuelas de Tiempo en las cuales un importante porcentaje de niñas, recibían su único alimento del día, entre muchas otras acciones como minimizar a las más de 300 mil niñas que han sido vendidas y obligadas a casarse, anteponiendo usos y costumbres a sus derechos humanos, quedando en absoluta vulnerabilidad, siendo esclavizadas con tareas domésticas y agrícolas y en gran medida sometidas a abusos sexuales como el caso de Angélica, quien fue encarcelada y después excluida de su comunidad tras resistirse a que su suegro la violara. ¿Qué estado de derecho protege a nuestras niñas?
La educación sin duda es la base para que nuestras niñas puedan alcanzar sus metas, es irresponsable limitarlas a que sean una lista de clientela electoral, en lugar de brindarles oportunidades de éxito profesional, laboral y personal.
Que este día internacional de la mujer, sea la ocasión de reflexión para hacer equipo e impulsar todas las acciones necesarias para eliminar los obstáculos a los que se enfrentan nuestras niñas en el camino a la adultez. Es fundamental ajustar los marcos legales que estipulen la igualdad jurídica; la prohibición de todas las prácticas nocivas contra ellas, fortalecer el acceso a una educación segura y de calidad, la promoción de una atención de salud universal; una educación sexual integral y por supuesto garantizar su seguridad en un país marcado por la violencia.
Que esta fecha nos llame a la acción para que, desde un enfoque de inclusión, igualdad y protección de derechos, generemos las condiciones para que nuestras niñas hoy, adultas del mañana, transiten por las diferentes trayectorias de sus vidas con la seguridad de que podrán alcanzar sus sueños. ¡Su tiempo es hoy, mañana será muy tarde!
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