Hace unos días festejamos el día de la niña y el niño, una fecha muy importante para los más de 38 millones de 0 a 17 años que viven en nuestro país, pero más allá de la celebración considero que este día es la oportunidad ideal para hacer un alto en el camino y reflexionar ¿cuál es la realidad a la que se enfrente la infancia mexicana?
Las cifras están ahí y son devastadoras, detrás de cada número se esconde la vida de una niña o de un niño a quien le fue arrebatada la posibilidad de vivir o ser feliz. Según datos de la OCDE, 67% de la niñez mexicana sufre algún tipo de violencia, a diario 3.6 niñas, niños y adolescentes mueren por esta causa. De acuerdo con REDIM, en México cada día durante 2021, se reportó la desaparición de 14 niñas, niños o adolescentes, es decir, 5 mil 110 casos y se tiene registro de 2,240 homicidios de personas menores de edad, el año pasado.
2.3 millones de menores son adictos a droga y alcohol, mientras que entre 30 y 35 mil menores de edad son reclutados de manera forzada por el crimen organizado. Ocupamos el deshonroso primer lugar en abuso sexual infantil. De un universo de terror de 16,700 cuentas de pornografía infantil: 12, 300 son mexicanas, lo que nos ubica en el primer lugar mundial en producción y consumo de esta aberración.
Si a esto sumamos la indiferencia y la nulidad de políticas públicas enfocadas a la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes el resultado es desolador. ¿si los niños mexicanos votarán, estarían en el abandono histórico en el que se encuentra este sector tan importante y vulnerable de la sociedad?
Durante poco más de 3 años, millones de niñas, niños y adolescentes han sido olvidados, vulnerados y silenciados, con acciones como: el recorte de recursos a programas relacionados con la educación básica, el cierre de las más 9 mil estancias infantiles que daban cuidado y atención a más de 300 mil niñas y niños, los 3.6 millones de alumnos afectados por la eliminación de Escuelas del Tiempo Completo, 87.3% de las 27 mil 063 se localizaban en zonas rurales y el 70% de los alumnos que asistían consumían ahí su primer alimento del día y en muchos casos el único.
En materia de salud hemos perdido 1,600 vidas llenas de sueños e ilusiones en la espera de medicamentos contra el cáncer, continuamos exigiendo que niñas y niños sean vacunados contra COVID, no existe garantía para la aplicación del tamiz neonatal y tamiz auditivo neonatal, estudios indispensables para recién nacidos; escasez de vacunas del cuadro básico, nula respuesta para implantes cocleares, falta de presupuesto para equipamiento de Unidades Básicas de Rehabilitación. Estas acciones reflejan de cuerpo entero a un gobierno sin rostro de niñez, ¿con qué corazón se gobierna si la infancia no es tu prioridad?
Es urgente unir esfuerzos para proteger y garantizar los derechos fundamentales de la niñez, pasar de decir feliz día de la niña y el niño a generar las condiciones necesarias para que esa felicidad sea la que los acompañe en el día a día, recordemos que es más fácil construir infancias fuertes que reparar adultos rotos.
