Hace algunos meses me preguntaron sobre la viabilidad de que México ganara en el juicio en contra de las empresas fabricantes de armas de fuego de Estados Unidos, que interpuso inteligentemente el canciller Marcelo Ebrard. Respondí que no conocía a fondo el tema, pero que me parecía una estrategia interesante apelar a los efectos de una venta irresponsable de armas a sabiendas de que pararían en nuestro país.
En aquel momento, a decir verdad, no dimensioné los efectos que la demanda pudiese tener en el propio territorio norteamericano. Hoy sabemos que muchos fiscales de distrito, así como procuradores de varios estados de aquella nación respaldan la demanda mexicana. Sin lugar a dudas la polémica demanda pone en el centro que los fabricantes de armas saben y tienen pleno conocimiento del destino final de las armas que venden, a pesar de que en nuestro país se encuentra prohibida la venta y posesión, además, las armas han causado la muerte de miles de personas, por lo que su negligente proceder debe cesar y reparar los daños.
La admisión de la demanda podría tener una significativa relevancia, pues México podría solicitar, con base en el número de serie de las armas que ha decomisado, conocer quiénes han sido los compradores originales de ellas y atacar de raíz el tráfico ilegal de armas a nuestro país.
Además del apoyo que esta demanda ha recibido por las instituciones jurídicas americanas, ahora se suma la opinión pública que, después de los lamentables tiroteos sucedidos en varios estados de ese país en las últimas semanas, se encuentra sumamente susceptible para modificar las leyes para la comercialización de armas en Estados Unidos.
Sin lugar a dudas los próximos días serán cruciales y el momento político social favorece la posibilidad de que la demanda sea admitida y continúe el juicio con todos sus efectos y consecuencias jurídicas. Estoy claro y cierto que las empresas fabricantes ofrecerán, llegado el momento, un acuerdo reparatorio que beneficie a las familias de las víctimas. Sin embargo, el avance significativamente mayor será la posibilidad de conocer la trazabilidad de las armas que se han introducido ilegalmente a México para combatir el tráfico ilegal. A pesar del inmenso y poderoso cabildeo que lleva a cabo la industria bélica en Estados Unidos, hoy las cosas empiezan a cambiar debido a los excesos y masacres ocurridas en suelo norteamericano. Sin duda es un caso jurídicamente muy apasionante que terminará en la Corte Suprema de aquella nación y veremos muy activa a la polémica Asociación del Rifle defendiendo la Constitución Americana. Punto a favor del Canciller Marcelo Ebrard y de su equipo de trabajo.