Mientras degusta de un plato de cereal con yogurt, acompañado de melón y miel, el hacedor de los proverbios irreverentes recuerda a un maestro universitario que siempre decía: “¡jovencito, usted nomás viene a calentar el pupitre!”. Ya regresaremos al tema pero, por el momento, llamó la atención como Toluca se bañó de guinda, al meritito estilo tricolor, con acarreados de la ciudad de México y Tabasco, de Texcoco y Ecatepec, en fin, quizá 10 mil reunidos frente a la estatua del generalísimo “Morelos”. Ahí desfilaron las “fichas” de Andrés, los “destapados”, esos que su índice ungió para sucederlo cuando se vaya a La Chingada (¡ojo! es su rancho allá en Tabasco, tranquilos).
La celebración fue una mera entonación del sublime recuerdo de sus orígenes priístas, pero vociferando humillaciones a sus oponentes y que “retemblara en sus centros la tierra”. El mitin es ilegalmente un acto anticipado de campaña, “express advocacy”, aunque es lo de menos. Saben y les han hecho creer que la ley, si les prohíbe, se “la pueden pasar por el arco del triunfo”. Su visita a Toluca tenía de trasfondo encajarle a los priistas un bofetón, intimidarlos con arrebatarles el más grande de sus bastiones, la “joya de la corona” del poder que anhelan, aunque Delfina, Higinio, Fernando Vilchis y hasta Gabriela Gamboa, nomás fueron comparsa extinguida de la pasarela de Claudia Sheinbaum, Marcelo Luis y Adán Augusto.
Morena quiere el poder. Lo anhela con la misma fuerza de su resentimiento, y lo intentan arrancar con la propia herencia del adoctrinamiento priísta, si, con su formación política, aprendida de la Escuela Nacional de Cuadros, la más grande de Latinoamérica, surgida bajo la esencia del Instituto “Reyes Heroles”. Y es que, el Revolucionario Institucional dejó de formar militancia y permitió el crecimiento del rencor en sus entrañas. Olvidó darle oportunidad a sus cuadros políticos, y siguió “apapachando” a los cacicazgos, quienes les heredaron el poder a sus hijos. Sabían que perpetuarse era un error; entendían que mermaban sus fuerzas pero, no les importó. Olvidaron la lección del 2000 con Fox y la del propio AMLO en el 2018.
A la escuela de formación del PRI se infiltraron espías, como lo hicieran en México, en su momento, Ramón Mercader y León Trotsky. Astutamente, los de guinda les arrebataron al tricolor a sus “fieles” miembros. Fíjese –comenta el hacedor de los sótanos insolentes-, allá por la década de los 20´s, el Partido Nazi de Hitler, eligió a la juventud alemana para impulsar un movimiento de “regeneración” ¿le suena la palabra? El nazismo logró convencer a millones de jóvenes alemanes desde las aulas. Corea del Norte hizo lo mismo, en las aulas impulsa su rechazo a la tecnocracia y a la democracia. La izquierda se apodera del mundo y al mero estilo de Maquiavelo, ataca con ráfagas de dudas a la iglesia, se fortalece al Ejército y se hacen alianzas con grupos criminales. ¿Qué mejor poder que el miedo?
Algunos dirán que no hay bases para tales afirmaciones y cierto, no existen, son sólo suposiciones, como aquellas que advertían que México se convertiría en la Venezuela de Maduro. Los discursos son los mismos, los programas de “Bienestar” son iguales. La escuela de Morena, del otrora PRI, tiene como cátedra “la rebeldía y el divisionismo” y su ideología es hacer copy page de la izquierda dictatorial de Maduro; de Ortega y Somoza; de Díaz-Canel y Evo Morales… De la escuela de formación de cuadros priista surgió el nuevo gobierno de Morena, y mi profesor seguro le diría al PRI: “¡jovencito, usted nomás viene a calentar el pupitre!”… Mi twiter @raulmandujan
Raúl Mandujano Serrano
Periodista, intolerante a la estupidez. Creador de las crónicas irreverentes del Sótano Uno, columna editorial premiada con la presea Manuel Buendía. Analista político y social.