Una expresión utilizada por la alianza opositora “Va por México”, después de los procesos electorales estatales hace poco concluidos, fue precisamente “¡Hay tiro!”, como para recordar aquella expresión deportiva en son de pelea.

Cuando empecé mis andares en la política me preguntaban qué hacía un ingeniero en estas lides y en broma contestaba que en la política llegué a comprender que dos más dos no necesariamente son cuatro, pueden ser 3.5 o 3.8 incluso hasta 4.1, pero que difícilmente serían cuatro. Winston Churchill, el gran estadista inglés, a quien admiro, en una frase que se le atribuye decía que un político debe ser capaz de predecir qué va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene y explicar después por qué no pasó lo que predijo. De este mismo personaje rescatemos otra frase: “la crítica puede que no sea agradable, pero es necesaria, cumple la misma función que el dolor en el cuerpo humano, llamar la atención sobre algo no saludable”.

Así pues, haciendo un análisis del proceso electoral pasado, pretendo unirme a quienes buscan dar respuesta a la pregunta sobre si Morena ya ganó en el 2024 o se puede avizorar una contienda cerrada. Ciertamente, los partidos políticos tradicionales atraviesan por una crisis desde hace tiempo, así lo establecen los autores Richard S. Katz y Peter Mair en su libro “Democracia y cartelización de los partidos políticos”. Los autores se cuestionan el hecho de que al fallar estos, falle la democracia. Si bien es cierto que la era de la democracia liberal, que tiene como eje a estos institutos, parece estar pasando, entre otras cosas por su ensimismamiento, actualmente tenemos muchas más preguntas que respuestas.

Algo debe estar pasando cuando tantas personas saltan de un bloque ideológico a otro. Da la impresión de que la democracia no está cumpliendo con su finalidad y que las/os ciudadanas/os se sienten insatisfechos por los resultados de sus gobiernos. Esa insatisfacción se traduce en votar por un partido diferente al del gobierno en turno. Por ejemplo, en Oaxaca, estado destruido por las lluvias, eligen a quienes eliminaron los recursos de reconstrucción y en Quintana Roo, donde se destruye el medio ambiente, eligen a los destructores de la selva.

Pero, entonces ¿la batalla está perdida? Carlos Trigos, a quien le agradezco permitirme la publicación del material que expongo, un politólogo de la Ibero hace un análisis muy interesante. Las cifras que analizó Trigos muestran que las/os ciudadanas/os suelen tener mayor participación en los procesos electorales presidenciales (Tabla 1). En 2018 la participación fue del 61%, mientras en los estados que tuvieron elección el 5 de junio, la participación fue del 46% (el Estado de México y Coahuila no son concurrentes con la presidencial, luego trataremos ese tema).

Tabla 1

Aún con esa condición, el PAN incrementó su votación, pues ganando sólo una elección logró en casi 100 mil votos más. En el caso del PRI el incremento fue de 30 mil votos. Estos aumentos repercuten en la coalición “Va por México”. Como se muestra en Gráfica 1.

Gráfica 1

Para el caso de la coalición “Juntos haremos historia” se presenta el fenómeno contrario, según nos muestra la Gráfica 2. Morena perdió del 18 al 22 más de 400 mil votos. El PT perdió la mitad de su votación de 362,004 a 153,004. Así que la coalición disminuyó su votación en 500 mil votos, a pesar de haber ganado cuatro de las seis gubernaturas en disputa.

Gráfica 2

La proyección que se presenta en la Gráfica 3 muestra que la probabilidad de que este fenómeno continué en la elección 2024 es muy alta. Es decir ¡Sí hay tiro!, pero es menester mencionar varias conclusiones de este ejercicio:

1. La mayor participación está favoreciendo a la oposición; 2. Cuando la gente quiere cambio sale a votar a pesar del clientelismo y la compra de voto; 3. La tendencia de voto es creciente para la oposición; 4. Los pésimos resultados del gobierno federal pesan en el ánimo de los electores; 5. Gana quien tiene una estructura social trabajada (no necesariamente partidista) y actuante; 6. El mayor impacto se alcanza cuando se abanderan, con honestidad, causas ciudadanas auténticas. 7. La narrativa de la campaña es creíble, su mensaje provoca emociones y es empática con el sentir ciudadano; 8. Se tiene buenos candidatos, que comunican con su carisma y trabajan incansablemente. Si “Va por México” se mantiene unida y logra cumplir estas condiciones, entre otras, así, sí hay tiro y la palabra la tenemos las/os ciudadanas/os. Sólo nosotros tenemos la posibilidad de decidir qué proyección de futuro queremos para nuestro país, más de lo mismo o cambio.

Referencia de la tabla y las gráficas:
https://twitter.com/Trigos_18/status/1535141020249296898?s=20&t=VoKbOYlf5QhRv31tGi3aXg

*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.
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