Iniciemos felicitando al gobernador. No han sido fáciles estos 5 años, y no lo serán tampoco los siguientes 365 días. ¿Recuerda Usted aquel, su primer 15 de septiembre de 2017, luego de tomar protesta como gobernador? –pregunta el incómodo periodista mientras sorbe un trago de su café americano matutino-, bueno, Alfredo del Mazo y Eruviel Ávila compartían el balcón central de Palacio de Gobierno, para lanzar las lisonjas a los héroes que nos dieron patria.
Si, era la conmemoración del 207 aniversario de la Independencia de México. Ahora festejamos 212 años libres y nuestro gobernante ahora pinta canas en su totalidad, con un brillo platinado, siempre con ese semblante serio, apretando los dientes, inexpresivo y sólo esbozando una leve sonrisa cuando entrega sus tarjetas rosas. 525 mil distribuidas en los 125 municipios; si, esos plásticos cargados con 600 pesos quincenales para amas de casa.
Terremoto 2017
Fue un inicio complicado para el heredero de Del Mazo Vélez, aquel que gobernara la entidad cuando en Europa iniciaba la segunda guerra mundial. Pero en ese 2017, Alfredo Jr. andaba contentito, estrenando la silla de Lerdo 300, la de tapiz de terciopelo rojo. Cuatro días después, el 19 de septiembre, en plenos festejos patrios, “retemblaba en su centro la tierra”, como aquel 1985, en la misma fecha. El terremoto afectó 7 mil 565 viviendas. Mil 800 fueron pérdida total, además de 3 mil 645 escuelas dañadas. Reconstruir el estado cambiaría su plan de gobierno.
2018 revés electoral
En el 2018, el efecto AMLO repercutió en la entidad. El Programa de Resultados Electorales Preliminares del IEEM, anunciaba el triunfo de la coalición “Juntos Haremos Historia”, conformada por Morena, PT y PES, en 54 de los 125 municipios del territorio estatal, así como en 42 de las 45 diputaciones de mayoría.
El partido del gobernador Del Mazo, sufrió su más duro revés electoral en la historia reciente y tendría un Congreso de oposición morenista. A partir del primero de enero de 2019, la mayoría de los municipios serían gobernados por la “oposición”. Alfredo debía negociar y alejarse del conformismo de muchos priístas incómodos.
El reto 2023
Ahora Alfredo, al cierre del sexenio, debe tomar una gran decisión. Se encerrará a candado y piedras en su despacho, con Eric Sevilla, el presidente estatal de su partido, y elegir a su propia “corcholata”, “destapar a su tapado”, como diría el genial Abel Quezada, que inmortalizara el “tapadismo” mexicano en una viñeta. La liturgia no debe esperar mucho, porque el diseño de estrategias políticas está en curso, y ya tomó delantera Morena con su Delfina. Así que la determinación deberá informarla, primero, a las señoras y señores Laura Barrera, Elías Rescala, Alejandra del Moral, Ana Lilia Herrera, Ernesto Nemer y Ricardo Aguilar, e inmediatamente después a sus bases y sectores.
El conflicto se agrava porque, deberá decidir, entre su tradicional herencia política y la dinastía “Atlacomulco”, o acceder a que Enrique Vargas vaya al frente de la coalición con el PAN y PRD. En juego está el futuro del PRI. Por ello, a Alfredo le toca defender el último bastión priísta (junto con Coahuila, pero el padrón mexiquense es más grande). Debe hacerlo con su guerrero o guerrera más fuerte, que no debe ser seleccionada por simpatías, consejos ancestrales, caciquismos, con la intuición o el corazón.
Sugería Maquiavelo, en “El príncipe”, “lograr el poder, como ese fin que lo justifique... y tener los medios de coacción disponibles, cultivar los vicios necesarios, ser más temido que amado, o ser, a la vez, el zorro y el león”… Solo digo. Hasta otro Sótano. Mi Twitter @raulmandujano