Nelson Mandela decía que: "La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo", en este sentido, debe llamar a la atención y la acción, el retroceso educativo en nuestro país, aún antes de la pandemia, más de 4 millones de menores en México no iban a la escuela y unos 600 mil estaban en riesgo de abandonarla, por casi dos años las escuelas mexicanas cerraron sus puertas lo que de acuerdo con datos del INEGI, se tradujo en 5.2 millones de niños, adolescentes y jóvenes que no se inscribieron al ciclo escolar 20-21, sin que las autoridades correspondientes impulsaran alguna estrategia para contrarrestar la deserción escolar, lo cual acentúa la desigualdad de oportunidades educativas entre los sectores más vulnerables, dejando al descubierto las grandes carencias que como país tenemos en este rubro fundamental para desarrollar una mejor sociedad.
Aunado a esto, la Auditoría Superior de la Federación, publicó un informe en el que encontró irregularidades financieras en la Secretaría de Educación Pública (SEP), en el periodo que comprende de febrero 2021 a septiembre 2022, mismas que podrían ascender hasta los 830 millones de pesos, los cuales no han sido aclarados por quienes en ese momento tuvieron la responsabilidad al frente de dicha Secretaría.
Sumado a eso, la desastrosa decisión de desaparecer, el Instituto Nacional de Infraestructura Educativa (INIFED), institución que se encargaba de la asignación y transferencias de recursos para la construcción y mantenimiento de la infraestructura escolar, mismas que no han logrado ser subsanadas por el deficiente y opaco programa La Escuela Es Nuestra, así como la lamentable eliminación del Programa Escuelas de Tiempo Completo, espacios en los que 3.6 millones de estudiantes, contaban con un horario educativo ampliado, mientras sus madres y padres trabajaban.
Por si esto no fuera suficiente, los contenidos de libros de texto gratuitos, que comenzarán a utilizarse en el ciclo escolar 2023-2024, no han sido sometidos a consideración como marca la Ley, a la fecha no se tiene noticia o convocatoria alguna relacionada con la consulta que debe llevarse a cabo para garantizar que el criterio para su edición esté orientado en los resultados del progreso educativo y científico, en este sentido, presenté exhorto a las personas titulares de la Secretaría de Educación, de la Dirección General de Materiales Educativos y de la Dirección General de Desarrollo Curricular, así como al Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación a dar cumplimiento puntual a las disposiciones legales para la elaboración y actualización de estos materiales.
La revisión de estos documentos, es un proceso delicado que requiere análisis profundo y responsable de lo que en ellos se plasma, no podemos permitir que la educación de la infancia esté repleta de errores ortográficos y cargas ideológicas. Es obligación del Estado garantizar una educación de calidad que brinde a las próximas generaciones las herramientas necesarias para alcanzar sus metas. Este es un asunto de todas y todos, no permitamos que con base en experimentos se hipoteque el futuro de lo más valioso que tenemos.
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