En la entrada de una universidad de Sudáfrica se encuentra el siguiente mensaje: “Para destruir una nación no se requiere de bombas atómicas o misiles de largo alcance. Solo se necesita BAJAR el nivel de EDUCACIÓN”, “EL COLAPSO DE LA EDUCACIÓN ES EL COLAPSO DE LA NACIÓN”.
Este mensaje debe llamarnos a la reflexión, la atención y la acción urgente, respecto al contexto actual de la educación en nuestro país, aún antes de la pandemia, más de 4 millones de niñas y niños en México no iban a la escuela, situación que se agravó considerablemente por el aislamiento, sin que las autoridades correspondientes impulsaran alguna estrategia para contrarrestar la deserción escolar, dejando al descubierto las grandes carencias que como país tenemos en este rubro, aunado a esto y a decisiones al vapor, sin análisis y sin responsabilidad, como la desaparición del INIFED, las Estancias Infantiles y las Escuelas de Tiempo Completo, por dar algunos trágicos ejemplos, hoy se vive un grave retroceso en un sector fundamental para el desarrollo de la sociedad.
Por si esto no fuera suficiente, un tema respecto al que alertamos hace meses, los contenidos de libros de texto gratuitos, que comenzarán a utilizarse en el ciclo escolar 2023-2024, no fueron sometidos a consideración como marca la Ley, a pesar del exhorto que realizamos desde la Cámara de Diputados a las autoridades y dependencias educativas y de las manifestaciones de la Unión Nacional de Padres de Familia, no se realizó convocatoria alguna relacionada con la consulta que debe llevarse a cabo para garantizar que el criterio para su edición esté orientado en los resultados del progreso educativo y científico, ¿el resultado? múltiples deficiencias como: el desconocimiento de los planes y programas de estudio, el escaso e inconsistente contenido de matemáticas, errores conceptuales, gramaticales y de organización, materiales que no consideran los rezagos ya profundizados por la pandemia, la predominación de reflexiones ideológicas y políticas en los materiales para los docentes.
Son serios y preocupantes los desequilibrios en la selección de contenidos en su mayoría desarticulados y dispersos, no se puede seguir abonando a la división y polarización desde los libros de texto ¿qué no somos todos mexicanos? Es obligación del Estado garantizar una educación de calidad y corresponde a todas y todos hacer nuestra la lucha para que se brinde a niñas, niños y adolescentes una educación de excelencia, como lo dicta el artículo 3° Constitucional, otorgándoles más y mejores herramientas para alcanzar sus metas. ¡#ConLosLibrosNo!
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