*Los muertos y desaparecidos en el Edoméx
En los últimos años, el Estado de México ha sido testigo de una preocupante oleada de desapariciones y muertes que han conmocionado a la sociedad y han puesto en evidencia la fragilidad del sistema de seguridad y justicia en la región.
Según cifras alarmantes, hasta el año 2020 se reportaron un total de 3,756 personas desaparecidas en la entidad, de las cuales 361 fueron localizadas sin vida. Esta problemática, lejos de ser una mera estadística, representa un doloroso recordatorio de la vulnerabilidad de los ciudadanos y la urgente necesidad de medidas efectivas para garantizar la seguridad y la justicia.
El caso de los 5 jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno, es sólo una muestra de los cientos que duelen tanto a la sociedad; pero este caso en especial, parece ser parte de prácticas macabras que desaparecen y terminan con vidas humanas, sólo por diversión o como advertencias, de parte de las bandas delictivas, que ya no sólo se conforman con robar y llenar de drogas a las comunidades, si no que ahora se “divierten” con actos atroces sin importar que las víctimas sean hijos, hermanos, esposos, sobrinos o amigos de alguien, todos son sacrificables.
*Aterrizando el tema en el territorio mexiquense
La situación de los desaparecidos y muertos en el Estado de México no puede ser ignorada ni trivializada. Cada individuo desaparecido o fallecido tenía una vida, una familia y sueños por cumplir. Detrás de cada caso hay historias de angustia, incertidumbre y dolor que dejan una marca indeleble en la sociedad.
Los familiares y amigos de las víctimas merecen respuestas y acciones concretas por parte de las autoridades para esclarecer lo sucedido y buscar justicia.
El problema se agrava cuando se cuestiona la capacidad y voluntad de las instituciones encargadas de investigar y prevenir estos casos. La impunidad y la falta de resultados tangibles minan la confianza de la ciudadanía en el sistema de justicia y, a su vez, fomentan la sensación de que la violencia y la desaparición pueden quedar impunes.
Es fundamental que las autoridades trabajen arduamente para reforzar sus estrategias de investigación, promover la transparencia y rendición de cuentas, y colaborar con organismos independientes para asegurar que ningún caso quede en el olvido.
Además de la labor gubernamental, es esencial involucrar a la sociedad en su conjunto. La prevención y la denuncia ciudadana son pilares fundamentales en la lucha contra esta problemática.
Campañas de concientización y educación sobre los riesgos y las formas de protegerse pueden ayudar a reducir la vulnerabilidad de los individuos. Asimismo, es crucial establecer canales de comunicación seguros para que los ciudadanos puedan reportar situaciones sospechosas sin temor a represalias.
No obstante, solucionar este problema requiere de un enfoque multifacético. La inversión en programas de desarrollo social, educación y empleo puede ayudar a abordar las raíces de la violencia y la inseguridad en la región.
Es fundamental que las autoridades colaboren estrechamente con organizaciones de derechos humanos, expertos forenses y organismos internacionales para asegurar que las investigaciones sean rigurosas, imparciales y transparentes.
En resumen, la situación de desaparecidos y muertos es una tragedia que no puede ser pasada por alto. Requiere la atención y el compromiso tanto de las autoridades como de la sociedad en su conjunto.
La justicia, la transparencia y el respeto por los derechos humanos deben ser los pilares sobre los cuales se construye una respuesta efectiva a esta problemática. Es hora de unir fuerzas y trabajar juntos para honrar la memoria de las víctimas y construir un futuro más seguro y justo para todos.