Hasta parece broma que, analistas, comentaristas y hasta una buena parte de la sociedad civil puedan darse cuenta que hay colores y personajes en la política que tienen que trabajar mucho para volver a recuperar la confianza y consideración que una vez tuvieron, que los políticos pretenden ocultar. Disfrutar de tal privilegio por parte de los mexicanos no es cosa menor, pues las malas decisiones que en su momento y bajo su representación se tomaron, se fueron perdiendo, no eran eternas.
Beatriz Paredes Rangel, gran política, ex gobernadora de Tlaxcala y que siempre ha militado en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), carga en las espaldas con el desprestigio que fue acumulando su partido por años, no obstante, su experiencia y vida pública hablan por sí mismas, es, por mucho, una de las más congruentes y experimentadas en lo que queda del tricolor.
Tal vez demasiado tarde para la hoy senadora, coquetea con la posibilidad de alcanzar la candidatura a la presidencia de México en representación del Frente Amplio por México, sin embargo, las condiciones no le favorecen del todo, no a ella, sino a cualquiera otro que pretenda asumir esa posibilidad dentro del PRI, ya que, actualmente, el instituto está trabajando en la recuperación de una imagen perdida hace decenios.
Es Xóchitl, la más aventajada en la carrera por la candidatura mencionada, actualmente es reconocida y aceptada por una gran parte de organizaciones civiles, de las que no tienen interés en identificarse con un partido en particular, pero que han emprendido con determinación y compromiso, un complicado camino para dejar a un lado al partido actualmente gobernante; por lo que, sabedores de que la construcción de una coalición que amalgame a la mayoría de partidos opositores, será la única vía para dicha conquista, han puesto todo su empeño en lograrlo.
La senadora panista, que no es panista, pero sí, se ha encumbrado en las preferencias de los que no comulgan con la 4t, lo que es resultado, como ella misma lo ha confesado, del maltrato que ha recibido del presidente Andrés López Obrador, que, queriendo o no, ha hecho de la política hidalguense la más seria contendiente para las elecciones presidenciales del 2024.
Es un hecho que la aparición de Xóchitl no tiene nada contento al mandatario, por eso, continuamente le lanza ataques de esos de los que acostumbra, ya que aparentemente le ha empezado a quitar el sueño, porque la elección para la presidencia en favor de uno de sus candidatos la sentía fácil y montando en caballo de hacienda.
El frente opositor con el surgimiento de Xóchitl empezó a intranquilizar los deseos del tabasqueño, porque nadie, de los ya conocidos cuadros de oposición podía hacerle frente sin salir raspado; bajo amenazas, perseguido por la UIF y hasta por la FGJ, parecía no haber rival, y cuando alguien pretendía hacerlo, inevitablemente salía tiznado como consecuencia de las menciones que desata desde el salón Tesorería todos los días el inquilino de palacio.
Pero aparece Xóchitl, que, al parecer, se encuentra más curtida de lo que podía suponerse, desequilibró a López, quien, sin mejores argumentos que los que conoce y que ha utilizado con éxito durante todo su sexenio, se lanzó a la cacería de la panista, consciente que, con ello, sus incondicionales le secundarían.
Sólo que esta vez la senadora no se fue a refugiar a su escaño, evitando a los medios de comunicación, todo lo contrario, desde el desdén de la orden que ganó en la suprema Corte de Justicia de la Nación para poder acceder a una de las mañaneras y resarcir el daño por tergiversar lo que había señalado respecto de los programas sociales, el dueño de las mañaneras no se lo permitió, y la dejó tocando a la puerta Mariana, que nadie le abrió.
Eso contribuyó a que Gálvez fuera impulsada y reconocida por su arrojo por un buen número de mexicanos que no están de acuerdo en la forma en la que dice gobernar el originario de Macuspana, y sin pensarlo, empezaron a apoyarla, al grado que, al día de hoy, se ha convertido en la más seria contendiente de los candidatos oficialistas.
La reacción de la congresista hizo que mucha gente volteara a verla y a tener interés por conocer de quien se trataba, aunque ya tiene tiempo en la política, Xóchitl no era tan conocida como lo es ahora, de pronto, la visita a su perfil y comentarios fueron más frecuentes, el interés por conocer de ella creció exponencialmente.
En política, es de la mayor importancia dar el primer paso, como el que ha dado la hidalguense, no es poco, pues ya tiene presencia ante políticos más conocidos y otros con bastante tiempo en campaña como para no llamar la atención, pero, no debe ser únicamente hasta ahí a donde debe llegar, si su intención es ganar y no únicamente competir, necesita presentar un proyecto real, serio y alcanzable.
Por el momento, responderle al presidente la ha proyectado de buena forma hacia el buen humor social, nadie se había atrevido de forma directa y con la ley en la mano a desafiar al poderoso, por eso es que llama tanto la atención; además, es mujer, empresaria, y con decisiones propias, un coctel que no agrada nada al mandatario.
Sin embargo, Xóchitl aún tendría que pasar lo acordado por los partidos de la coalición que conforman el Frente Amplio por México y organizaciones civiles, midiéndose a Paredes Rangel el próximo día 3 de septiembre, fecha en la que habrá de culminar con un sondeo de encuestas y votación para elegir a su representante.
A pesar de que la propuesta es democrática, existe el riesgo de ocasionar una fractura en el frente, porque de alcanzar la instancia de elección, sin que alguna de las dos decline por la otra, se abrirían heridas de muy complicada sanación para unir fuerzas y perfilar a la elegida para vencer a la poderosa maquinaria que tendrán enfrente.
Al respecto, Alejandro Moreno “alito”, presidente nacional del PRI, adelantó que habrá un pronunciamiento al respecto, y dejó entrever que la senadora Beatriz Paredes estaría declinando en favor de Xóchitl Gálvez, aunque, la senadora tlaxcalteca salió a decir otra cosa, por lo que todo quedará en suspenso hasta el miércoles.
