Toda nación tiene el gobierno que merece

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Toda nación tiene el gobierno que merece

Domingo, 01 Octubre 2023 00:05 Escrito por 
 Alfredo Albíter González Alfredo Albíter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Joséph de Maistre en su obra “Consideraciones de Francia” escribió la frase “toda nación tiene el gobierno que se merece”, aunque si bien ésta surge por la crítica que el autor hace a la Revolución Francesa, no puede apartarse la asertiva afirmación a los demás países que conforman el conjunto global.

A través del tiempo y, sobre todo, con el uso demagógico de la mayoría de políticos, se ha utilizado el involucramiento del pueblo para sustentar sus decisiones; en el peor de los casos, para cuando éstas no son las adecuadas; por lo que frases como “el pueblo decidió”, o “en nombre y representación de los ciudadanos”, entre muchas otras que son unas verdaderas joyas, culpan, materialmente, a ese ente de las mil cabezas por los errores cometidos.

Tal afirmación ha dado lugar a infinidad de discusiones de entre los que defienden su significado y los que lo rechazan, aunque no puede aceptarse, como en todo, como una verdad absoluta para ninguna de las dos, pero sí, genera la oportunidad de revisar el entorno político y social.

En el caso de México, a muchos políticos les “saca ronchas”, porque siempre se acomodan para presumir que son impolutos, algo así como la divinidad a la que debe rendirse reverencias como agradecimiento por darle la oportunidad a la comunidad de ser quien representa su voluntad. Aunque, a decir verdad, en cuanto termina el mandato constitucional se desvela la verdad.

¿Quién es culpable?

La fortaleza política del país podría distinguirse en la división de poderes, apoyados en la creación de instituciones dedicadas a salvaguardar una sana estabilidad. A pesar de que la democracia materialmente está en pañales, de a poco, pero avanzaba en la materialización de un sistema democrático acorde a nuestra identidad. Aunque el lastre de la corrupción se niega a ser desterrada, pues es complicado llegar a 0, más bien, eso es una utopía.

El papel que juega el ciudadano común, y que por lo regular resulta ser el más afectado, también es parte del sistema; a querer o no, su participación es fundamental en ese entorno ¿Quién puede negar el involucramiento voluntario o involuntario en un acto de corrupción? O ¿se debe aceptar que se puede seguir escudando en la idea de que es únicamente el gobierno la fuente de donde emana toda la corrupción?

De acuerdo a la Percepción de la Corrupción de 2022 que divulgó la organización Transparencia Internacional, en la evaluación que se aplica a 180 países, México ocupa el lugar 126, aunque aparentemente ha recuperado dos lugares al encontrarse en septiembre en el lugar 124, no por eso, deja de ser una posición lamentable.

Sin embargo, frases como la de “acabar con la corrupción”, como otras, tales como “acabar definitivamente con la pobreza”, “generar riqueza”, o “acabar con la inseguridad”, son manejadas desde el gobierno apoyado en estadísticas que muchas de las veces se acomodan para lucimiento del gobernante en turno; por eso, son los organismos independientes que intentan evidenciar la trampa, aunque no siempre lo logran, es más, son pocas las veces que el impacto de sus referencias repercuten realmente.

El presidente Andrés López Obrador lo sabe y se sirve de la complejidad de la medición para presumir un avance significativo, que a la postre, terminará por darle en la frente de esa masa amorfa que compone la sociedad mexicana; ofreció acabar con la corrupción, y, sin embargo, todo su entorno supura el fétido cáncer.

Como muchas veces lo hace, el mandatario ocupa versiones difíciles de comprobar; “en el México prehispánico no había corrupción”, dijo; tal aseveración no la apoya con prueba alguna, es, como muchas otras referencias, las utiliza con el propósito de vanagloriarse. No obstante, en el caso de aceptar que no había en esa época tal flagelo, ya que, presume, lo trajeron los españoles ¿qué papel juega él entonces, si se toma en cuenta que tiene ascendencia española?

“Para que quede más claro, aunque se genere polémica, porque siempre digo lo que pienso: en el México prehispánico no había corrupción, la corrupción llegó con los invasores. La primera fiebre del oro, ahí están los libros del Chilam Balam, hablando de la codicia de los invasores europeos”, dijo. Claramente se ve la intención del mandatario, que es la de generar polémica, como él mismo lo afirma. Otra cortina de humo. México como país, no existía entonces, aunque López siempre quiere dar la impresión de defender la cultura, él mismo es el resultado de la mezcla de los originarios con los españoles.

El presidente acomoda el discurso con la intención de repudiar a los que no comulgan con su forma de hacer política, y de paso, mantiene el encono en contra de los que han forjado un patrimonio, pero no puede ignorar que muchos de aquellos a los que les reprocha, están trabajando de la mano con su gobierno, y otros, pertenecen a la clase media, pero también los hay quienes pertenecen a la franja de la pobreza y que desean abandonarla, lo que no se puede lograr únicamente con programas sociales destinados a plantar dinero escaso en manos vacías.

También, sentenció: “México ha resistido porque en sus raíces existen esos antecedentes de honestidad en el pueblo, son virtudes que se han mantenido con el paso del tiempo, que se heredan de generación en generación”, es evidente el uso demagógico de esas supuestas virtudes, ya que intenta fortalecer un matiz propio a su concepto del pueblo bueno y sabio.

México, como muchos otros países, tiene el gobierno que merece, desde el ejecutivo, el legislativo y el judicial, pasando por los Estados y Municipios, todos, son conformados por personas que surgen del pueblo, ya sea bueno y sabio o no, pero son parte de él, son, su esencia, y como los puede haber corruptos como los que son honestos, pero a final de cuentas forman parte de un todo. En términos prácticos, es tan corrupto el que lo decide, como el que lo permite.

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Alfredo Albíter González

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