Para hacer frente “a un problema que por años ha lastimado a la sociedad: la violencia”, se creó la Estrategia de Seguridad para el Estado de México “Construcción de la paz con seguridad e inteligencia”, la cual consta de cinco ejes: Atender las causas, Más y mejores policías, Inteligencia e investigación, Coordinación y Reinserción social.
El pasado jueves 7 de diciembre, la gobernadora, Delfina Gómez Álvarez, encabezó -en el municipio de Nezahualcóyotl- la presentación de dicha estrategia.
Un día después por la mañana, el viernes 8 de diciembre, durante la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz -la 59 de esta administración estatal-, se dio a conocer que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México informó “una tendencia a la baja de delitos de alto impacto en lo que va del año, comparado con 2022”, anunció la gobernadora, Delfina Gómez Álvarez, en sus redes socio digitales.
En el mensaje, añadió que eso era una buena noticia. “Vamos bien en estrategias y con la ayuda y denuncias de todos ustedes. Seguimos trabajando para lograr un estado en paz”, subrayaba el mensaje. Habría un golpe de “otra realidad” horas más tarde.
El mismo viernes 8, en Texcaltitlán, pobladores del municipio se enfrentaron con integrantes de un presunto grupo delictivo que les cobraba “derecho de piso” desde hacía años. El resultado: 14 personas muertas (10 presuntos delincuentes y cuatro pobladores), así como siete heridos (cinco habitantes de la localidad y dos personas vinculadas al grupo que cometió la agresión).
Circularon -en redes socio digitales y medios de comunicación- fotografías y videos del enfrentamiento, así como de las víctimas.
Naturalmente, el hecho significó una primera crisis para el Gobierno del Estado de México, como resultado del proceso de descomposición social e inseguridad que se ha extendido durante los últimos años en la entidad, además de que acredita que la política de “abrazos, no balazos” promovida por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, no ha sido eficaz para reducir los índices delictivos.
Una crisis se define -de acuerdo con la Real Academia Española (RAE)- como “Cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados”, como “intensificación brusca de los síntomas de una enfermedad” y “situación mala o difícil”, entre otras acepciones. El síntoma era evidente y delicado.
Naturalmente, los sucesos de Texcaltilán acreditan que la inseguridad es un grave problema que desde hace más de una década se ha extendido en diferentes regiones del Estado de México y que durante los últimos cinco años se ha acentuado. En el caso del sur de la entidad, es un secreto a voces que los grupos delictivos han tomado el control de muchas actividades económicas y las denuncias no han surtido efecto.
De hecho, la impunidad ha alentado a los delincuentes a aumentar sus acciones fuera de la ley, en virtud de que las autoridades no han castigado sus actos.
Como ejemplo de ello, en el informe a medios que -oportunamente, hay que reconocer- encabezó la gobernadora Gómez Álvarez, el sábado 9 de diciembre, para dar a conocer las acciones emprendidas ante el enfrentamiento en Texcaltitlán, el fiscal estatal, Luis Cervantes Martínez, explicó que como antecedente, “este grupo criminal lo tienen relacionado con la acción del 18 de marzo de 2021, en el municipio de Coatepec Harinas, donde perdieron la vida 13 elementos de seguridad, ocho de ellos de la Secretaría de Seguridad del estado y cinco de la Fiscalía”.
Además -de acuerdo con el comunicado oficial emitido el mismo sábado-, el fiscal señaló que “este grupo criminal fue el responsable, junto con su líder, alias ‘Payaso’”, a quien se le iba a detener el 14 de junio de 2022 por elementos de la propia Fiscalía, con apoyo de la Secretaría de Marina, de la Defensa Nacional y la Secretaría de Seguridad, y “tuvieron un enfrentamiento en Texcaltitlán, donde 12 delincuentes perdieron la vida”.
En la gestión de la crisis, además de informar a la opinión pública sobre lo sucedido, la gobernadora visitó este lunes 11 -tres días después del enfrentamiento- el poblado de Texcapilla del municipio de Texcaltitlán, que fue el sitio preciso donde se registró la pelea entre sus habitantes y el grupo delictivo.
En un hecho sin precedentes -al menos en los últimos tres gobiernos estatales-, la gobernadora estuvo en la comunidad para dialogar con la gente, escuchar sus demandas y girar instrucciones a las instancias de su administración para atender a los deudos y ofrecerles apoyo psicológico, además de solicitar a la Secretaría de la Defensa Nacional que coordine operativos de seguridad en las comunidades de la región.
Habrá que reconocer que la titular del Poder Ejecutivo envió un poderoso mensaje de autoridad al visitar el lugar del enfrentamiento, aunque eso también la compromete más para que se resuelva el clima de inseguridad en esa región.
Ese actuar y los resultados que se acrediten en la vida cotidiana de las y los mexiquenses, serán más efectivos que las conferencias mañaneras donde la tónica ha sido minimizar los sucesos de violencia y evadir la presencia en sitios de conflicto.
#TodoComunica
Se ha logrado estabilidad política para el Ayuntamiento de Toluca con la toma de protesta del presidente municipal suplente, Juan Maccise Naime. Ahora le corresponderá normalizar la operación del gobierno local y gestionar la crisis reputacional que le ha pegado a su partido. Reto de grandes dimensiones.
