Cada que hay elecciones en México, los partidos políticos se ven cada vez menos competitivos y más desprestigiados, a colación de las actividades partidistas que en muchos de los casos hacen a un lado a las bases que les da alma y vida a su actividad proselitista, por privilegiar espacios para las posibles candidaturas a unos cuantos, que por lo regular son los de siempre, en una actividad muy alejada de ser democrática, lo que ha hecho posible que en la mayoría de los municipios y distritos sean controlados y dominados por un selecto grupo que dice representar miles de votos.
En cada distrito, municipio, delegación o colonia, existe un grupo que apoya a un cacique, el cual tiene control sobre las decisiones importantes de su comunidad; aunque no siempre esa decisión es lo mejor para sus vecinos, pero siempre será buena para él o ella, como líderes, porque de ello depende el control que presuma tener a quienes en algún momento le van a pedir garantice un determinado número de votos; por consiguiente, estos líderes se convierten en auténticos mercenarios del voto.
El tiempo que llevan las encuestadoras para satisfacer la necesidad de medir a través de sondeos en qué posición se encuentra algún posible cuadro para ser considerado en una candidatura, relativamente es poco, en algún momento representaron un parámetro para ubicar la pieza que podía garantizar el triunfo en las urnas. Pero todo esto se fue degenerando, al grado de que existen muchas empresas que dicen contar con la mejor y más avanzada fórmula para medir de una forma infalible a cualquier posible candidato, pero no todas ellas son objetivas, porque depende del contratante.
La necesidad de conocer a su mejor carta, es de lógica elemental, de otra manera se estaría apoyando a quien no tiene ninguna representación; sin embargo, esto tampoco es determinante, porque hay entidades políticas que hacen a un lado las preferencias de su militancia, para terminar imponiendo al que sea designado por parte de ese selecto grupo que ya se señaló. Sin importar, claro está, el enojo que manifieste su militancia, respecto del rechazo del seleccionado.
¿El resultado? Bueno, pues salta a la vista, los elegidos no pueden garantizar un buen desempeño, cualquiera que sea el espacio de representación social que les hayan obsequiado, y tenemos que ser testigos de que, en especial, lo hacen como mejor les parece, y aún peor, quedándose con lo que le corresponde a sus conciudadanos.
Entonces, ¿en dónde quedó la idea de elegir democráticamente al que representará por un determinado tiempo a su comunidad? El privilegiado, que no el elegido en forma democrática, se reunirá con las bases de su respetivo partido político, esas personas que conforman ese soporte que de nueva cuenta intentarán llevar, como siempre lo han hecho, un buen número de votos a las urnas.
Lo peor para ellos es cuando aparecen, en las diferentes encuestas, nombres diferentes a los que se tenía considerados, y son conocidos pero no gozan de buena salud política; y es cuando empieza la rebatinga para llevarse a sus filas a los mejores posicionados, por lo que la idea de contar con alguien que comulgue con los principios básicos que le dieron origen al instituto, quedan en el olvido.
Porque lo más importante es, ha sido y será conservar el poder; por eso se echa mano incluso hasta del medio artístico o de deportistas reconocidos por la mayoría de los mexicanos, aunque no tengan ni pizca de idea sobre el quehacer de la actividad a la que hará de abocarse, parece ser que no es lo más importante. Y para ejemplos, sobran, tenemos a un presidente municipal de Cuernavaca que fue muy buen jugador y como edil ha dejado mucho que desear; a una diputada que nadie sabe cuántas iniciativas presentó, pero, más bien, esto parece ya una costumbre.
Ahora, en Ocoyoacac los priistas de ese municipio andan molestos y no cesan con protestas en contra de su instituto político por la precandidatura del ex Timbiriche, Eduardo Capetillo, ya que consideran que el PRI se equivoca al considerarlo y dejar a un lado a personas con mejor arraigo en el lugar.
Las cosas no andan bien para el PRI en varios municipios, eso lo saben perfectamente; resultará interesante observar qué es lo que van a hacer para revertir las cosas que no pintan, de acuerdo a las encuestas más serias, de color rojo; más bien, se ve un color un poco más obscuro, en especial, en la zona conurbada al valle de México, contando desde luego al más importante, Ecatepec de Morelos.
Pues esperemos a ver cómo se resuelve lo de Capetillo y cómo se armarán todos los contendientes para dar la batalla en esta campaña próxima.