El pasado domingo la plancha del zócalo y las principales plazas de más de cien ciudades a los largo y ancho de país se pintaron nuevamente de rosa, miles y miles de ciudadanos conscientes y comprometidos en un impresionante acto de patriotismo y de amor a México, manifestaban su preocupación por el constante ataque a los organismos garantes de libertad y democracia por parte de quienes encabezan el Gobierno y de quien pretende continuar con este movimiento de odio, destrucción y venganza que desde el 2018 tanto daño ha hecho a nuestra tierra. Es de la mayor incongruencia que quien llegó al poder gracias a la democracia hoy pretenda destruirla.
Sin titubeos, una vez más la ciudadanía organizada y responsable, alzó la voz en defensa de las instituciones, pero también ante el descontento del contexto actual de nuestra bendita Patria, hoy tan lastimada por los altos índices de violencia, secuestros, homicidios, feminicidios, en manos de una delincuencia organizada que parece no dar tregua en ningún espacio, este sentir debe verse reflejado el próximo 2 de junio en la jornada electoral, la participación activa y congruente de todas y todos, es indispensable, entendiendo que: los contrapesos en las Cámaras son imprescindibles para poder seguir transitando en libertad, lo que está en juego es el avance o un retroceso muy peligroso. El poder decidir a quienes queremos como nuestros representantes es fundamental para la vida democrática de nuestro país.
Hay quienes pretenden minimizar lo ocurrido en las principales calles del país, pero lo que vivimos genera esperanza, pese a que quitaron nuestra bandera, en el edificio de la Suprema Corte nuestro símbolo patrio ondeaba en libertar, un claro mensaje de lo que se vivía en la plancha del zócalo, la exigencia de respeto a las instituciones y al voto libre. La jornada histórica del pasado 18 de febrero debe ser la hoja de ruta y motivación para seguir avanzando en unidad, reconciliación y conciencia del país que necesitamos, con oportunidades, libertad y paz.
La sociedad ya despertó, estamos listos para defender nuestra tierra, no renunciemos nunca a nuestra responsabilidad como ciudadanos, no es el poder lo que está en juego, es el México que vamos a heredarle a las futuras generaciones, ellas y ellos son quienes deben inspirarnos todos los días, no puede ser la polarización y el rencor lo que sigan marcando el rumbo, México y las próximas generaciones merecen más, mucho más.
