Hoy el periodista tenía antojo de un chocolate caliente con unos buenos churros. Entró a esa cafetería que tanto le agrada de, óigalo usted bien, 1935, allá en el centro histórico. Mientras bebía del espumoso jarro, en el fondo se escuchaba una música glutinosa: No me pidas perdón, que ni tú te lo crees. Esas lágrimas son falsas, Como falso fue tu amor… Mire Usted, por allá de 2015, en páginas de internet españolas, figuraba una noticia: La actriz Anna Allen, compartía anécdotas de su invitación en los premios “Oscar” y haber estado junto a Julia Roberts en la ceremonia. Su página mostraba fotos de los Oscares y de sus participaciones en The Big Bang Theory y otras series. Era una vida exitosa en Hollywood peeeeero… Nada más mentiroso que ello.
Ya ven como son los periodistas de espectáculos, y luego españoles no pos ta’ cañón. Pues estos insolentes descubrieron que las imágenes de la ceremonia y en sus supuestas participaciones en series hollywoodescas, eran viles y burdos montajes arreglados con Photoshop. Ana Allen fue objeto de burlas en redes sociales y de denostaciones por parte de los medios de comunicación, al descubrirse sus mentiras así que, humillada, cerró sus páginas y desapareció sin dejar rastro.
El amanuense come de su churro mientras observa la calle a través de ese ventanal que está en la pared, a un costado de la mesa ¿Por qué recordar una triste historia de mentiras tecnológicas perturbadoras? Se explica. Hace unos días llamó su atención la historia de Marilyn Cote. Ella logró la fama publicitando su consultorio como “Neuropsychology Clinic Marilyn Cote” y se presentaba como psiquiatra con varios premios y estudios internacionales. Además, destacaba menciones que le habían otorgado en universidades como Harvard y Oslo.
Argumentaba su fórmula para curar la depresión en siete días y recetaba a sus pacientes medicamentos controlados. Además, promocionaba sus servicios de psiquiatría en México y Estados Unidos, y presumía un doctorado en neurociencias, destacando entre sus clientes a reconocidos artistas, empresarios y gente “pesada” de la política.
La cuenta en “X” de Charlatanes Médicos denunció a Cote. La evidenciaban con las recetas que expedía y que firmaba con cédulas profesionales como médico cirujano, médico psiquiatra y psicóloga clínica, con la ubicación de su consultorio en el Fifty Doctors Hospital, un edificio de especialistas médicos ubicado en Puebla. Solo que todo era una vil patraña. Incluso su fotografía de identidad publicitaria es totalmente distinta a como es ella en realidad. Tras el escándalo, los supuestos personajes de la farándula, el deporte y la política se han deslindado de ella. “No tengo idea de quién es esa persona” –dijo Laura Pausini-.
Charlatanes aduladores de IA
En internet y en redes sociales mentir es fácil. Por ello se han apropiado de estos espacios tantos y tantos políticos. Ni siquiera es necesario poner tu fotografía en el perfil de tu página. Sólo mentir y mentir…Y en un mundo “en pañales” en temas de tecnología, hacerse pasar por quien no eres, suplantar a alguien o engañar y extorsionar es muy fácil. Los casos de Ana Allen o Marilyn Cote solo son dos renglones de unas listas inmensas de charlatanes, brujas o hechiceras, candidatos o funcionarios electos… Hoy el desarrollo de la Inteligencia Artificial junto a la adulación tecnológica debería ser etiquetada como una pandemia de este siglo.
El reportero sorbe el último trago de su taza mientras se sigue escuchando como fondo musical Mentirosa, traicionera, y yo que daba por ti la vida entera… Mentirosa, embustera, Basta de tanto ruido, este cuento se acabó… Nos vemos en otra historia. Mi X @raulmandujano