Las campañas políticas avanzan inexorables con dirección a ese primer domingo del mes de julio; se vaticinan grandes cambios, no sólo en el Estado de México, en el país entero, razón del crecimiento ineludible de la corriente morenista, que parece multiplicarse por doquier, consecuencia lógica de su líder y candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.
Sabedor de las condiciones que se reflejan en las muchas encuestas oficiales, no oficiales y “patito” que existen, le dan una clara ventaja al tabasqueño por encima de sus contendientes, aún incluyendo de último minuto a Jaime Rodríguez, a quien, no fue la suerte, sino una resolución del Tribunal Electoral que dejó a todos quietos, con la instrucción precisa de agregar en el escenario de nueva cuenta al político norteño. El peje ha encontrado gran concha para evitar caer en la provocación, como se lo han recomendado sus asesores, según palabras de él mismo, no se despeina e incluso llama a la paz, como el hermano mayor cuando ve a sus menores pelearse, con palabras paternalistas y con un tono de dulzura, no se peleen, arreglen sus diferencias, parece decirles, más bien, en su ya clásico tono de burla.
Nunca como ahora la clase política, la prensa y hasta la sociedad (gran parte de ella), están a la expectativa sobre los candidatos que puedan surgir del partido del Movimiento de Regeneración Nacional, con el interés de saber quiénes son, porque el sentir de la mayoría es que se puede estar hablando de los que después de ese día, cambien la forma de ver el mapa político en la entidad mexiquense, el avance sostenido que se ha manifestado, parece ser irreversible.
Todo esto es el resultado de una constante campaña de López Obrador, de nadie más, ha sabido controlar todo el desarrollo de su candidatura, la cual ha venido trabajando incluso cuando aún estaba en el PRI, en donde se dio cuenta que por méritos propios no podría adelantar a los que forman una natural fila de candidatos ya arropados desde sus inicios para preparar su camino hacia los pinos, por lo que emigró junto con otros talentos hacia el PRD, en donde se topó con el que le dio vida a ese partido, Cuauhtémoc Cárdenas, en consecuencia fue construyendo su camino aún desde las alturas de ese partido, para darle forma a su movimiento en Morena, finalmente, su creación.
Nadie entonces podía quitarle la posibilidad de ser el candidato a la presidencia, y a pesar de los ridículos de nombrarse “Presidente legítimo”, continuó con su lucha, la cual, muchos de sus incondicionales la califican como una verdadera vocación democrática por no cesar en ella, pero, fallan en el calificativo, porque más bien, se volvió para el tabasqueño una desmesurada obsesión por el poder, con sueños de grandeza más allá del simple hecho de ganar la silla del águila, con la condición exigente de ser reconocido su mandato, aún no ganado, como el mejor y a la altura de la independencia y de la mismísima revolución mexicana.
Pero, ¿cuál es la razón de que Amlo y por ende Morena haya despegado en la aceptación, por encima de los otros partidos políticos de México? Durante los muchos años en campaña, no sólo de la presidencia de la república, sino de su natal Tabasco, ha acuñado la idea de que PRI y PAN son lo mismo, al grado de que ya son conocidos por una gran parte de la población como el PRIAN, de los demás partidos ni se ha preocupado en desgastarse, porque fijó al enemigo preferido que bautizó como “la mafia del poder” y en consecuencia, como los responsables de todo lo malo que sucede en el país. Aunado a ello, aprovechó cada vez que tuvo la oportunidad, en salir sí o sí en cada spot de los candidatos de Morena, como el de Delfina Gómez candidata al gobierno del Estado de México, que ni hablaba, mientras sus enemigos permanecían, dormidos.
Esta condición, una vez identificado el enemigo a vencer, convenció a los ciudadanos, que únicamente existen dos partes en este momento, los buenos y los malos, los que están con Morena y los que no, “la mafia del poder” y “nosotros” como se refiere siempre a su movimiento el tabasqueño, blancos y negros, no hay cabida a nadie más, porque incluso a los que ahora se les identifica como “los chairos” echan en el mismo costal a todos los que no concuerdan con los ideales de AMLO, sin importar que salgan a defender su posición neutra en la contienda, no hay, no existe para ellos, convencidos por su líder, están con López o no, así de simple, así de sencillo.
Pero, en realidad ¿representa un cambio verdadero como lo anuncia en sus spots? Es complejo hacer cambios de la noche a la mañana en cualquier lugar y de cualquier cosa, más cuando se trata de un país republicano como lo es éste, no es nada sencillo ni simple, como para que pueda concebirse del solo deseo que así sea, acabar de tajo con delincuencia, corrupción, falta de empleo, etcétera, no podrá lograrse por el arribo al poder de cualquiera de los candidatos, de ninguno.
Si hay algo que ha sabido explotar López Obrador, es precisamente señalar a los que han tenido el poder en el gobierno, como los responsables, como ya lo dije anteriormente, pero en especial, que se erige como el único y auténtico capaz de marcar la diferencia para lograr el cambio que logre mejorar todo, en absoluto, aunque el resultado de cada entrevista que le hacen, de cada ocasión que sin sus asesores, “mete la pata”, se refleja a un verdadero personaje, sin talento, con muchas fallas, intolerante, a pesar de sus muchos defensores que tiene, porque parece que salen a decir, “lo que López quiso decir es…” lo que refleja un adelanto de lo que, en caso de ganar, será su sexenio, una constante rectificación de sus resbalones, que créanlo, serán muchos.
Finalmente y ya que así los ha colocado y así parecen verse a los ojos de los mexicanos, si PRI y PAN forman ese combinado diabólico, ¿por qué no hacerlo realidad? Tal vez así emparejarían la contienda, o, ¿acaso tienen una sorpresa para el último momento? Ya veremos.
El resultado de los muchos años en campaña que ha venido realizando de manera impune el tabasqueño, se reflejará en la entidad mexiquense, en donde materialmente fue él y no la candidata de su partido, quién más se promovió, ese es el punto, y esa será la consecuencia.