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Miércoles, 05 Febrero 2025 00:03 Escrito por 
Alfredo Albíter González Alfredo Albíter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Momentáneamente el gobierno de México toma un respiro ante el embate que materialmente desde el primer día de gobierno el presidente Donald Trump ha emprendido contra nuestro país, ya sea por el problema que provoca la muerte de miles de estadounidenses por causa de las adicciones; ya sea por la migración y, por lo que ha mencionado en repetidas ocasiones el poderoso gringo: el abuso del comercio que han ejercido sus socios, Canadá y México.

Trump mantuvo, no únicamente a sus socios del T-MEC en vilo, sino a toda la comunidad internacional, pasando desde luego por China. La amenaza de la imposición de aranceles de forma unilateral viola todo acuerdo comercial, eso; todos lo saben y por supuesto que lo sabe el empresario convertido en presidente de nueva cuenta.

Al final, se impuso la visión empresarial del singular personaje, arrinconó y sometió a sus socios. Respecto de lo que corresponde a México, el anuncio que salió a ofrecer la presidente Claudia Sheinbaum como un gran logro, puede dejar en evidencia que esos diez mil elementos de la guardia nacional que harán servicio de vigilancia de la frontera norte, no son por obra de la casualidad, o porque el gobierno mexicano espontáneamente así lo determinara, sino que responde a la exigencia de aquel.

El camino apenas comienza, el estadounidense poco a poco avanza hacia lograr sus propósitos; que, primordialmente, es el de cumplir sus promesas que hizo a sus ciudadanos, quienes le ofrecieron todo su apoyo. Es ese su objetivo, y hará lo que sea necesario para cumplirlo. Ya lo dejó sentir.

A los gobiernos de México, Canadá, Colombia y demás países que dependen en gran medida del comercio con el poderoso del norte, parece que les está haciendo falta contar con estrategia que responda con diplomacia y habilidades que puedan hacer frente a la versión del Trump recargado.

No será poniéndose al tú por tú como lo pretendió hacer Gustavo Petro, presidente colombiano, quien muy valiente lo retó, y más tardó en mostrarse muy salsa, que en recular para cuando la presión le llegó a los aparejos; pero tampoco lo es minimizando lo que determinó hacer con la imposición de aranceles en contra de México, como se atrevió a declarar Claudia Sheinbaum, que no creía que lo hiciera.

Al final, ambos mandatarios: Petro y Sheinbaum, tuvieron que rectificar para evitar que el agua terminara por ahogarlos. Lo anterior, con independencia de lo que declararon a sus ciudadanos. Tampoco nadie puede esperar que ante sus respectivas naciones, aceptaran que en las pláticas con Trump pudieron convencerlo de nada; ese discurso pueden ofrecerlo al interior de sus respectivos países, nada más.

El gobierno de México ganó únicamente un mes para replantear una estrategia, es lo que obtuvo, y nada más; por el momento, aún el problema no ha sido superado y la relación con Trump apenas comienza; así que, se podría decir que ante la embestida inicial ya se puede observar la forma en la que operará en adelante el mandatario estadounidense.

La colocación de los elementos de la guardia nacional para vigilar la frontera norte, puntualiza cuál será el camino a seguir en la relación bilateral, es tan solo una pequeña parte para Trump, quien está muy lejos de quedar satisfecho con eso. Sabe y conoce su poder, y lo utilizará en el momento que así lo crea necesario.

Al gobierno mexicano le urge replantearse la posición que le ofreció al empresario-presidente gabacho, para actuar con cautela y habilidad, ya se debió dar cuenta que no se puede poner al mismo nivel, porque simplemente el más perjudicado será el país azteca; ya lo dijo Trump, sabe que puede afectar a los estadounidenses con sus medidas, pero también advirtió que lo entenderán y seguirán apoyándolo.

Al respecto, es necesario recordar que cuando el gobierno de López Obrador decidió dejar sin gasolina a todo el país, gran parte del pueblo lo apoyó, a pesar de las pérdidas que eso representó y a pesar de que muchas voces advertían que no había, ni hubo como se demostró posteriormente, ninguna guerra contra el “huiachicol”.

Entre Donald Trump y el ex presidente mexicano existen muchas coincidencias, ambos se empecinan en ir de frente y nada ni nadie los hará rectificar, aunque sus decisiones afecten a sus gobernados. Es por eso que llama la atención la posición de Sheinbaum, al no creer en las amenazas del republicano.

Por eso, salir a decir que “convenció” al presidente Trump, únicamente anima a su porra, porque de ser el caso, ¿en qué momento rectificó aquél respecto de calificar al gobierno de mantener una alianza con el crimen organizado como lo señaló en un comunicado?

El comunicado emitido por la Casa Blanca, asegura que: “las organizaciones mexicanas de narcotráfico tienen una alianza intolerable con el gobierno de México”. Éste señalamiento ha puesto de cabeza a la administración de Claudia Sheinbaum, porque no lo dice cualquiera, ni tampoco es una nota periodística de los clásicos adversarios de la 4t.

El mismo comunicado además, señala: “el gobierno de México ha proporcionado refugios seguros a los cárteles para que se dediquen a la fabricación y el transporte de narcóticos peligrosos, que en conjunto han provocado la muerte por sobredosis de cientos de miles de víctimas estadounidenses. Esta alianza pone en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos y debemos erradicar la influencia de estos peligrosos cárteles”. Sin olvidar que los mismos han sido calificados como grupos terroristas por su administración.

La respuesta de Claudia Sheinbaum rechazando “categóricamente” tal acusación; se aprecia débil, cuando se supone que ante una acusación de tal calado, sobre todo, si es, como asegura, una mentira, no contrarresta su impacto con un: “rechazamos categóricamente declaración de Estados Unidos de que México tiene vínculos con cárteles de la droga”.

La presidente se envuelve en la bandera nacional y llama a la unidad a todos los mexicanos para defensa de la soberanía, que de entrada, no se ve por ningún lado que esté amenazada, pero ¿llamar a la unidad?, ¿de verdad? ¿Quién se sumará al llamado de la 4t? No queda el clásico “masiosare” en esta ecuación, no es con el himno nacional o, la bandera o, el escudo como se logrará unir al pueblo.

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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio