Rezando por 125 mil

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Rezando por 125 mil

Miércoles, 26 Marzo 2025 00:02 Escrito por 
Raúl Mandujano Serrano Raúl Mandujano Serrano Desde el Sótano

“Pobre gente. Saber que mataron a tu hija o hijo en un campo de esos de los criminales”, dice mi siempre amable waitress Brenda mientras sirve en mi taza de ese café americano sin azúcar. Ese tipo de campos –le digo-, evidencian a poderes malignos.

Mire usted, entre las historias de terror que dejaron los hallazgos y rescates del holocausto, se encuentran frases dramáticas escritas en papeles encontrados en los escombros, como el de Marcel Nadjari, un sonderkommando (judíos forzados a trabajar en las cámaras de gas nazis): "No estoy triste porque voy a morir, estoy triste porque no podré vengarme como quisiera", escribió en noviembre de 1944. Imaginable lo ocurrido si, hay fotografías, testimonios, videos… Pero inimaginable el sufrimiento o la perturbación mental de quienes debían palear para lanzar a sus amigos, a su familia a los hornos crematorios para deshacerse de sus cuerpos, los cuerpos que ahí estaban, nadie inventaba cadáveres, ahí estaban… Los llamaban campos de exterminio, diseñados para llevar a cabo el genocidio.

Entre 1941 y 1945, los nazis crearon seis campos de exterminio en Polonia: Chelmno, Belzec, Sobibor, Treblinka, Auschwitz y Majdanek. La Alemania nazi cometió asesinatos masivos en una escala sin precedentes. Adolfo Hitler, junto con sus aliados, el dictador italiano Benito Mussolini y el emperador japonés Hirohito, mataron a seis millones de judíos que no podían defenderse. Los exterminaron y el Ejército Rojo sólo encontró ropa, zapatos, cartas de despedida… Si, como en el rancho Izaguirre.

Dario Gabbai, un ex prisionero del campo de concentración de Auschwitz señaló: "Yo trabajé en los crematorios. Llevaba personas de las cámaras de gas a los hornos". Gabbai también fue un sonderkommando (eran comandos especiales obligados a transportar los cadáveres y buscar implantes como dientes de oro y objetos de valor ocultos en los cadáveres).

Rezando por 125 mil

Es difícil, muy difícil, siquiera comprender el dolor de 125 mil madres y padres buscadores. Son el número oficial de desaparecidos en este país, aunque en las altas cúpulas gubernamentales les parezca fácil culpar por esos eventos dramáticos a una campaña de desprestigio de sus opositores, pero, como citó el subversivo padre Alejandro Solalinde: “La desaparición de personas es la peor forma de violencia”. Lo que descubrieron esos colectivos fue una luz de esperanza, pero también fue un recordatorio de lo ocurrido en esos campos de exterminio nazis. No es exageración.

También ahí se encontraron vestigios no sólo de 400 pares de zapatos o prendas, también fósiles o huesos humanos. En documentos difundidos por Guacamaya Leaks, se resalta que el gobierno sabía que ese lugar existía. El documento cita que hace seis meses, el 20 de octubre de 2024 para ser precisos, “elementos de la Guardia Nacional y del Ejército ya habían acudido a ese rancho, en un operativo de intervención donde detuvieron a 10 presuntos delincuentes quienes portaban armas de fuego y rescataron a 2 personas que estaban maniatadas”.

Mire Usted, quizá en ese momento no se percataron que en ese lugar ocurrían crímenes como los que cometían los nazis pero, ya está. Existe. Se trata de un campo de exterminio y trabajo forzado aparentemente del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que ha enlutado a México y evidencia las crueles tácticas de grupos criminales para reclutar miembros. Y más aún, García Harfuch lo confirma al detener al “Comandante Lastra”, responsable de lo que ocurría ahí.

No creo que en este momento la paz se riegue en el país ocultando la verdad, mintiendo. Podemos caminar juntos pero sin estúpidos pretextos y absurdas declaraciones... Hasta otro Sótano. Mi X@raulmandujano>

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Raúl Mandujano Serrano

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