El gobierno no es la víctima.

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Publicado en Opinión

El gobierno no es la víctima.

Miércoles, 26 Marzo 2025 00:04 Escrito por 
Alfredo Albíter González Alfredo Albíter González Lo bueno, lo malo y lo serio

De acuerdo a declaraciones de testigos, señalamientos de colectivos como el de Guerreros Buscadores de Jalisco, madres buscadoras y evidencias localizadas en el rancho Izaguirre de Teuchitlán, Jalisco, varias de las víctimas, que por desgracia cayeron en manos de la delincuencia organizada, que los llevaron a ese lugar en el que se presume que los capacitaban para engrosar sus filas criminales, fueron jóvenes, como se puede constatar con las denuncias de familiares que han identificado algunas de sus pertenencias.

Sin embargo, ante el hallazgo, surgieron declaraciones de diversas autoridades y políticos del actual régimen que lo primero que hicieron fue poner en tela de duda el horror que se sospecha ocurría ahí; nada puede ser más vil que minimizar el dolor y desesperación que causa a una familia que busca a uno de sus miembros, que calificarlos de una o de otra forma, eso es no entender el sufrimiento que viven a diario.

No es únicamente la desaparición en sí; que de entrada es lo que provoca que el corazón se les caiga a pedazos, sino la incertidumbre de no saber si están vivos o muertos, o si los tienen confinados en algún lugar, o son víctimas de las prácticas más obscuras de la tortura, o si fueron obligados a pertenecer a algún grupo y por supervivencia, han tenido que matar a alguien. La angustia constante apuñala el alma todos los días de esas familias.

Por lo mismo, salir a intentar desacreditar la labor de los colectivos de búsqueda y calificarlos a la ligera, queriendo relacionarlos con alguna ideología para acusarlos que con perversidad intentan desprestigiar al gobierno, o incluso, que son objeto de manipulaciones, es no tener progenitora; tanto para los que proponen esas versiones que los coloca como golpistas, como para los que las siguen.

Alejados de cualquier posibilidad de empatía, personajes impresentables como el presidente de la cámara de Senadores, no tienen empacho en deslizar la idea que todo se trata de un montaje para perjudicar al gobierno actual, y arremeten en contra de los colectivos, con declaraciones ofensivas e hirientes dejando al descubierto la mejor muestra de la miseria humana. Exponer que se duda si los zapatos hallados en el rancho pertenecen a desaparecidos, es de la misma forma que el personaje festeja el diez de mayo que, no por eso quiere decir que tenga. Esto debería ser motor que animara a miles de ciudadanos para tomar las calles en apoyo de los familiares de los desaparecidos.

No obstante, el pueblo de México está en otra cosa; en aras de un alto porcentaje en apoyo a un gobierno que hace mucho demostró en donde están sus prioridades, se hace de la vista gorda, intenta aceptar una versión oficial, en la que se pronostica será negada la existencia de los horrores que sucedieron en ese lugar, para tratar de esquivar lo que el mundo ya sabe, pero que aquí se niega sistemáticamente.

Aunque ya es imposible ocultar que en México existen campos de adiestramiento y exterminio; se quiera aceptar o no, las evidencias hablan por sí mismas, muy a pesar de que el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, esbozó el contenido y la dirección que tendrá “su investigación”, señalando una serie de omisiones por parte del gobierno estatal, sin aceptar, claro, que la Guardia Nacional intervino en septiembre del año pasado acompañando a esas autoridades y, con el descubrimiento de una pequeña parte de lo que ocurría ahí sería suficiente como para que, de oficio, debió la FGJ atraer la investigación o parte de ella.

No obstante, culpar a un ejército de bots para desmarcarse de la responsabilidad, demuestra no tener la menor capacidad de comprender el sufrimiento de un pueblo que ha sido mancillado por años a causa del crecimiento de la delincuencia común y sobre todo, la organizada. Sin dejar de lado que, recursos destinados a la búsqueda de personas desaparecidas o no localizadas fueron recortados por el expresidente al que piden dejar en paz, Andrés López Obrador.

Negar la existencia de esos lugares y sus prácticas, no ayuda en nada a resolver el problema; de la misma forma, insistir en una reducción de homicidios es querer tapar el sol con un dedo, no es posible aceptar estadísticas contrarias a lo que se vive en grandes zonas de la República, porque esas mismas advierten un crecimiento angustiante en el tema de personas desaparecidas o no localizadas, con más de cincuenta mil tan solo en el gobierno obradorista.

Hablar de campañas para desacreditar al gobierno, únicamente evidencia la indolencia y complicidad que ya fue calificada por el vecino del norte; la cual no han podido sacudirse; cada día cobra más vigencia. Tan incongruente como negar la existencia de laboratorios destinados a la elaboración de narcóticos; que, sin embargo, presumen que ya fueron desmantelados más de 300.

Por otro lado, el gobierno mexicano habla ex cátedra presumiendo que sigue atacando las causas que motivan el desvío de los jóvenes para la delincuencia, y tras seis años que iniciaron esos programas han dado muestra de que no surten los efectos que presumieron, aunque sí han reportado pérdidas de los recursos destinados para ese fin.

Entonces: ¿A cuántos jóvenes se ha rescatado de la delincuencia con esos programas? De acuerdo con lo que se ha venido recabando por parte de las víctimas que cayeron en las redes de los criminales en el rancho Izaguirre, jóvenes incautos perseguían el deseo de trabajar. ¿Cuál fue su pecado? ese mismo, querer ser de provecho y no únicamente quedarse en casa para recibir un programa social como lo es el de Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF) que no genera antigüedad y otras prestaciones que normalmente brinda un trabajo estable y formal.

La FGR tomó las riendas de la investigación, pero ya fijó su postura y tienen a los posibles culpables del desaseo de la investigación; por otro lado, la presidente Claudia Sheinbaum acusa una campaña en su contra, pero sin fundamento, lo que la hace ver cada vez más alejada de la posibilidad de aceptar que el problema existe. Se coloca de nuevo el gobierno como víctima, pero si la mandataria no quiere que sea su talón de Aquiles, tendrá que empezar por dejar de pelearse contra los comentócratas y llevar a cabo un verdadero acercamiento con las familias, madres buscadoras, y escucharlas, para formar un frente común, descalificando de antemano a los grupos de la delincuencia que han sembrado el miedo, roban vidas y sentencian a familias. De otra forma, será pan con lo mismo. 

Desaparición forzosa o desaparición por parte de particulares; sigue siendo desaparición. El gobierno es culpable por acción o por omisión. O ¿se deben convencer los familiares de los desaparecidos que uno es diferente al otro? Lo que no entiende la autoridad es que las madres buscadoras si no obtienen resultados continuarán con su labor en otro lugar; aún con el peligro que eso representa. Tampoco harán de su dolor una campaña para desprestigiar a éste o a cualquier otro gobierno. El gobierno NO ES LA VÍCTIMA. Y si la oposición utiliza este asunto, deberían recordar que cuando estuvieron del otro lado también lo hicieron; las cuestiones políticas y sus conflictos no tendrían que involucrar al verdadero dolor humano, que puede ser calificado con mayor severidad en el plano internacional.

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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio