La mayoría de ciudadanos y ciudadanas sabe que el próximo domingo seremos ciber-testigos (¿y testigas?) del primer debate entre los cuatro candidatos, más una postulante a la presidencia de México. El bronco ha saltado a la escena y es el que tiene menos que perder. Esa será su oportuna ganga. En el imaginario social de la ciudadanía, el Bronco “conecta” con aquel Vicente Fox del año dos mil; pero ese ranchero ya dio palpables muestras de sus exiguas luces.
El que tendrá que acudir atrincherado a tan lustroso escenario será el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Según las encuestas (únicamente intenciones de voto) colocan en el primer sitio al dueño, patriarca o mesías morenista. Hasta ahora va en caballo de hacienda. Sus tres adversarios, más la ex-primera dama de México (Margarita Zavala de Calderón) buscarán lanzarle misiles fundamentados, falsos, veleidosos, sorpresivos, mañosos o postizos para tundirle con alegría, pues tratarán de ver cómo lo bajan del podio que ostenta, según 14 testarudas casas encuestadoras que lo reportan en primer sitio.
A los adversarios y a la contrincante de AMLO, les resulta perturbador que alguien que tiene menos clase social que ellos y ella, esté ondeando un sitio que no le corresponde ya que, además, ha perdido dos contiendas electorales por la primera magistratura del país.
AMLO y sus asesores(as), le insistirán o le llorarán para que no ceda a las provocaciones que recogerá desde cuatro flancos de ataque; que a los insultos haga oídos sordos; que sus adversarios no logren irritarle, porque entonces perderá votantes frente al imperio mediático, más todos aquellos que estén coludidos, según el morenista. Quizá también le insten a que no expele ocurrencias tabasqueñas porque podría malgastar algunos puntos valiosos con los que aventaja a sus adversarios ¿Qué hará AMLO a la hora de esta próxima primera verdad? Imposible predecir.
Acaso los ciudadanos más longevos dirán: Qué tiempos aquellos en que no había debates mediáticos ni sesudas encuestas, sino dedazo fuerte, seguro y límpido.
Entonces, todo mundo sabía un año o seis meses antes quién sería el máximo mandamás a lo largo y ancho de este país durante un sexenio. Décadas atrás, hubo candidato a la presidencia que venció a sus contrincantes hasta por arriba del 100 % de la lista nominal; eran otros tiempos, donde el dinero valía; tanto que los(as) muertos(as) salían de sus criptas para cruzar su boleta y se retiraban a sepulcral sitio, después de haber cumplido con la única responsabilidad ciudadana que tenían desde ultratumba.
¿Ustedes creen que el próximo domingo, por la noche, veremos debate de propuestas, ideas, argumentos y contra-argumentos entre candidatos y candidata, para ver cómo podríamos salir de este lastimoso atolladero neoliberal? Claro que no. Asistiremos a un show ¡Entiéndase de una vez por todas, eso no es posible a través de la (ciber) televisión, ni de la (ciber) radio ni de los ciber-medios que operan! La exposición que veremos será parte de la mascarada de la “democracia” mediatizada.
Coordinador Red Internacional FAMECOM