Esta semana, después de una reunión de los representantes de la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales y el Comité de Desarrollo Deportivo, se anunció que se termina el llamado “Pacto de Caballeros”, un acuerdo no escrito entre los dueños de los clubes que prohibía que los jugadores firmaran contrato con algún club sin el aval de su último equipo, actividad ilegal pero que en México se seguía haciendo hasta diciembre pasado.
Es por eso que los futbolistas pusieron este punto como el primordial dentro de sus peticiones a los dueños de los clubes, ese derecho de contratarse con quien mejor les convenga, y no sólo en temas económicos, también por conveniencias deportivas y familiares.
Los dueños han cedido, incluso, ampliaron el lapso para poder negociar con los clubes, tiramos así el “draft” donde en un día se tenían que arreglar los jugadores y los clubes.
También está la promesa de más mejorías que se verán reflejadas en un nuevo reglamento de transferencias y contrataciones, tales como evitar dobles contratos, regular a los promotores, un seguro de gastos médicos mayores, evitar retraso en los pagos y mejorar el salario en la liga femenil.
Por ahora parece que los jugadores han ganado, aunque hay que esperar cómo se arman los dueños de los equipos para mantener a salvo sus intereses en las mesas de trabajo, pues está claro que son hombres de negocios que no cederán mucho, sólo lo necesario.
Le toca ahora a los futbolistas abrir bien los ojos, leer hasta las letras chiquitas para evitar que sus derechos se vulneren. El primer paso está dado, ojalá se siga caminado en buena línea hacia un mejor futuro para todo el balompié mexicano profesional, incluidas las divisiones menores.