Falló la estrategia de la directiva del Club Deportivo Toluca en la venta de boletos para la final del fútbol mexicano. Intentó vender las entradas vía internet y de todos modos no pudo evitar que la reventa se quedara con el grueso de las entradas.
Por primera vez no hubo venta en taquillas, según, para evitar que los revendedores se quedaran con los boletos, pero no fue así: la oferta de acceso vía subpágina web pareció más una simulación para aparentar venta de boletos; al final casi nadie pudo adquirirlos.
Lo intrigante aquí es ¿cómo le hacen los revendedores para quedarse con fajos de boletos? Si comprar cuatro en línea era casi imposible le ya no digo comprar por decenas.
Está claro que hay un contubernio entre alguien de la directiva del Toluca con los revendedores, un grupo bien identificado hasta por la policía, pero que gozan de total impunidad pues la reventa está prohibida.
¿Por qué aseguró esto? Pues resulta que todavía no se ofertaban los boletos en la página de internet del Toluca y los revendedores ya los ofertaban afuera del estadio, muestra clara de la complicidad de la directiva roja con estos delincuentes que ahora ofrecen las entradas a más del doble de su precio habitual.
Muchos quieren estar en la final del futbol mexicano, pero es increíble que lleguen a pagar hasta 2 mil pesos por un boleto que en taquilla costó 400. Ojalá nadie lo hiciera, que el domingo el estadio presente huecos en la tribuna para que la directiva vea la gravedad de sus artimañas.
Está claro que el presidente del equipo, Francisco Suinaga, debe hacer una profunda revisión de quiénes tienen acceso a la imprenta de boletos, ahí está el inicio de esta práctica que deja dinero a muy pocos, hace enojar a los aficionados que desean estar ahí y pone en muy mal prestigio a todo el Deportivo Toluca.