De acuerdo a estadísticas, la sociedad japonesa, destaca por ser una de las mejores en cuanto a su inteligencia innovadora y siempre a la vanguardia. Esto no es casualidad sino la suma de varios factores.
La educación es obligatoria. El gobierno hace todo el papeleo para que los alumnos puedan inscribirse a tiempo y asistir a clases. Al inicio del ciclo escolar, cada estudiante recibe en su hogar un calendario con todas las actividades que van a tener.
Las clases nunca se suspenden. En caso de que falte algún profesor, la clase no se suspende, un alumno está capacitado para darla, esto gracias a que todos tienen en sus manos el programa escolar.
Las escuelas no cierran. Los alumnos japoneses hacen tareas durante sus vacaciones, es por esto que las escuelas no cierran, permanecen abiertas para dar cursos de regularización, y por si algún alumno quiere asistir a la biblioteca.
Los padres no llevan a sus hijos a clases. En Japón se acostumbra que los alumnos caminen hasta sus colegios, esto lo hacen desde los 6 años, acompañados por alumnos de grados superiores. De esta manera aprenden todos a cerca de la responsabilidad.
No existe personal de limpieza en la escuela. En el país asiático, desde muy pequeños se les enseña a trabajar en equipo y a ayudarse mutuamente, es por eso que tanto alumnos y maestros limpian la escuela.
La educación comienza en casa. Los padres les enseñan a sus hijos, y enfatizan en el respeto a las personas de la tercera edad. Lo hacen principalmente para honrar su experiencia y sabiduría.
Modales antes que conocimiento. Bajo este lema son educados todos en la sociedad nipona. Por esta razón, en cuarto grado de primaria, comienzan los exámenes después de una larga enseñanza de valores y modales. Para ellos de nada sirve el conocimiento si un ser humano no cultiva primero la generosidad y el valor hacia los demás.
La familia está primero. En esta cultura el amor familiar es fundamental, ellos valoran a la familia por sobre todas las cosas. El amor, la confianza y el cariño deben prevalecer entre las distintas generaciones, desde los padres hasta los bisabuelos.
Los principios de la educación. Conocimiento, moral y cuerpo son los tres principios básicos de la educación. Esto se traduce en respeto y amor por la familia, honor por las tradiciones, cuidado de los animales y la naturaleza, y cuidado del cuerpo y la salud.
Los profesores son los más respetados de la sociedad. Bajo su responsabilidad está la educación de las nuevas generaciones, el gobierno asume que son de vital importancia, y constantemente los capacita, además de recibir excelente salario.
Así como lo han entendido los japoneses, en nuestros países deberíamos aprender mucho de ellos y su sistema educativo. Siempre debemos comenzar por la educación, es la base fundamental de la sociedad, uno de los dos grandes pilares.