No mueres en un día, mueres lentamente, hasta que Udana sale, existen procesos tántricos con los cuales, se cree que podrías revivir el cuerpo, por ejemplo quemar la ropa íntima, ya que de lo contrario se convertiría en un habitáculo de diversos tipos de fuerzas.
“Después de la muerte de mi padre, aún conservo varias de sus prendas de vestir, pero sé que en algunas tradiciones, se supone que no debes conservar la ropa del difunto.” ¿Cómo se debe manejar esto?
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Darshan de Sadhguru, del Instituto Isha de Ciencias Internas de la India dice que no nacemos en un día, aunque tenemos un cumpleaños fijo, tomó nueve o nueve meses y medio para que naciéramos, del mismo modo cuando morimos, no morimos en un día, morimos lentamente. Cuando alguien es declarado medicamente muerto, aún no ha muerto del todo.
Los cinco pranas comienzan a retirarse lentamente, paso a paso. La energía física vital a la que generalmente se le llama prana, tiene cinco manifestaciones básicas: SAMANA, PRANA, UDANA, APANA Y VYANA. Después de declarar muerta a una persona, durante los próximos 20 a 24 minutos SAMANA comenzará a salir.
Samana se encarga de mantener la temperatura del cuerpo, lo que empieza a suceder que el cuerpo comienza a enfriarse, la forma tradicional de comprobar si alguien estaba vivo o muerto era tocándole la nariz, si se había enfriado, entonces comprobaban que estaba muerto.
En un algún punto entre 48 y 64 minutos sale el PRANA. Después de eso, entre 6 a 12 horas sale UDANA, hasta que Udana sale, hay procesos tántricos con los que podrían revivir el cuerpo, pero una vez que Udana sale es imposible revivir el cuerpo. Lo siguiente es APANA, que sale entre las subsecuentes 8 a 18 horas.
El VYANA, que es la naturaleza preservadora del Prana comenzará a salir después de esto, y puede continuar saliendo durante 11 a 14 días, si es una muerte natural. Uno no muere en un día, es un proceso lento, de hecho está ocurriendo ahora mismo lentamente, al hacer yoga puede ser que pongas obstáculos sobre el camino de la muerte, pero no paradas, el yoga reduce su velocidad pero no la detiene.
Hoy en día sabemos que de la ropa vieja se puede tomar el ADN, incluso después de 100 años, nos pueden clonar, así que la física del ser se puede recoger de la ropa, por eso cuando los yoguis mueren, se prende fuego a la choza, esto lo programan ellos mismos antes de morir para que ninguna molécula de su ADN se quede por ahí viva. Es por esto que la gente quiere conservar el mínimo de posesiones físicas, en el camino espiritual.
Entonces en el mundo actual, cuando la gente ha reunido suficiente ropa y calzado como para tres vidas, quemar todo esto sería un desperdicio y de todos modos su forma de existencia y su forma en que parten es tal que invariablemente se tienen que arraigar en esta tierra una vez más, no tiene sentido quemar todo eso.
Por lo menos aquellas prendas que están muy estrechamente e íntimamente involucradas con el cuerpo, como su ropa interior y otras cosas deben ser quemadas, porque de lo contrario ese ser no se irá fácil, el no lo sabrá y no entenderá si debe estar aquí o allá, no puede tomar ninguna decisión, hay demasiadas cosas que pertenecen al cuerpo y que simplemente se quedan por ahí.
En el mundo occidental, debido al tipo de ropa y la estructura de la sociedad, puedes estar usando una chaqueta durante 6 meses y no lavarle porque es un país frío y tal vez no sudas, se usa y se vuelve a colgar. Eso no es posible en La India, cuando usas algo debes lavarlo inmediatamente, la naturaleza de la ropa, el ambiente y las estructuras sociales son así pero eso está cambiando de nuevo.
Estamos de tal forma en nuestras prendas, que hasta un perro puede olerlo, entonces cuando una persona ha partido y su cuerpo todavía anda dando vueltas por ahí en muchas formas, se convierte en un habitáculo para diversos tipos de fuerzas, no sólo para las energías de esa persona.
Esa chaqueta o prenda se convierte en un cuerpo sin ocupar, lo cual no es una buena forma de dejarla, así que o la lavan de inmediato después de morir y distribuyen la ropa con diferentes familias para que quede dispersa, o la queman, de tal manera que no haya presencia significativa del difunto en ellas, para que no permanezca confundido en cuanto a dónde debe ir.
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