Toluca/Estado de México
Emociones y sentimientos no son lo mismo, las emociones aparecen de manera espontánea, muchas veces sin control como respuesta a una situación concreta y son temporales. Los sentimientos son un proceso de interpretación de estas emociones, pueden ser duraderos y se pueden ocultar.
¿Con qué frecuencia te lavas el cabello? La verdad sobre esto
Cuando las emociones negativas se prolongan en el tiempo, pueden afectar de mala manera los vínculos personales, pues al intensificarse, tanto sentimientos como emociones, producen problemas relacionales. Aunque la peor parte de la pandemia pareciera haber quedado atrás, las secuelas en la salud mental apenas comienzan a dar frutos, y expertos estiman que estas secuelas podrán durar, al menos, una generación.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista médica The Lancet, la depresión y los trastornos de ansiedad prevalecen en 204 países, como resultado de la pandemia por COVID-19. Mencionan que durante el 2020 la salud mental se vio afectada de manera drástica, con 76 millones de casos adicionales de trastornos de ansiedad y 53 millones de casos adicionales de trastornos depresivos. Afectando más a personas jóvenes y mujeres.
El informe anual sobre infancia y adolescencia del 2021, expedido por Unicef, habla de la preocupación por la salud mental de una generación de niños y niñas, como resultado de la pandemia. Esta preocupación ha impulsado a más personas a poner atención a sus emociones tomando medidas para sentirse mejor, pues a tres años de la pandemia y ante la nueva normalidad, a veces es difícil identificar cuándo es el momento de pedir ayuda profesional.
La licenciada en psicología Verónica Rial, miembro del departamento de Terapia Cognitiva de Fundación INECO, advierte poner atención si las emociones y sentimientos normales se tornan disfuncionales, y esto lo pueden notar si adquieren una elevada intensidad, persisten prolongadamente y son muy frecuentes.
Y aunque en la vida moderna, los momentos de tensión laboral, estrés, dificultad para relacionarse con los demás o incertidumbre económica son habituales, cuando la ansiedad, la angustia, el enojo o la tristeza generada por una situación traumática prevalece, es una señal de alerta.
La especialista de INECO señaló que “cuando lo que nos pasa interfiere con las actividades de la vida diaria a nivel social, laboral, con nuestros proyectos y planes, o en nuestros vínculos”, hay que tomar en cuenta consultar a un profesional.