Ante esta interrogante, la Universidad de Harvard inició un estudio en 1938, pues es una de las preocupaciones más frecuentes que tenemos los seres humanos, y a pesar de haber arrojado impresionantes resultados, aún está vigente. Dicho estudio reveló que el factor principal para conseguir la felicidad está en las relaciones.
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El estudio que realizó la Universidad de Harvard, es el más importante y con mayor rigor científico, que se ha hecho hasta ahora sobre este tema, pues lleva 85 años dando seguimiento a sus participantes. Inició dos años antes de la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos, cuando se transitaba por la Gran Depresión.
Comenzaron a estudiar a 268 jóvenes varones estudiantes de Harvard, en aquella época no había mujeres en esta Universidad. El segundo grupo de estudio lo conformaron 456 adolescentes hombres de barrios marginales con riesgo a delinquir de la ciudad de Boston. A través de entrevistas y exámenes, evaluaban su salud física, emocional y desarrollo académico y laboral, por cierto uno de los sujetos de estudio fue John F Kennedy, quien fue presidente de Estados Unidos.
El estudio fue avanzando, y logró abarcar a hijos, nietos y biznietos, incluidas mujeres, de los participantes originales. El resultado de seguirlos a través del tiempo, originó una enorme cantidad de datos de alto valor. Hasta el 2017, sólo 19 de los estudiantes de Harvard estaban vivos, mayores de 90 años. Los participantes se convirtieron en todo tipo de personas.
El estudio se plantea la pregunta, qué se necesita tener a los 50 años para ser feliz por el resto de la vida, y el secreto de la felicidad, según los resultados, tiene sentido común. No solo radica en gozar de buena salud, o una carrera brillante, o una economía boyante. El factor más importante para que una persona de 80 años perciba haber sido feliz, es tener un círculo de amistades y relaciones sociales que se cultivaron y conservaron a lo largo de la vida.
Así como haber tenido una vida en pareja satisfactoria, produce un beneficio en la salud mental. Los resultados arrojan que la soledad es un factor sumamente negativo para la salud física y mental, pues tiene la capacidad de aumentar el dolor físico, provoca trastornos en el sueño, debilita el sistema inmunológico y la memoria, aumentando en un 26% el riesgo de muerte.
