El próximo mes de octubre, en gran parte del mundo, se llevará a cabo una jornada de especial valía para el mundo de la ciencia. Existen esfuerzos que se han realizado para hacer posible que los hallazgos que se producen en distintas disciplinas científicas, se conozcan a través de Internet. De ahí que se hable del acceso abierto.
Si ya costó saber qué está pasando con: determinadas enfermedades y sus tratamientos; formas de vida saludable; mejora de la productividad; cuidado del medio ambiente; urbanización sustentable; ahorro de energía; calidad de vida; difusión de la ciencia; inclusión de grupos vulnerables; modelos educativos; tecnologías para vivienda, mejora de la nutrición y, tecnologías, entre otras ¿para qué regresar al punto de partida? No es necesario comenzar desde cero.
¿Qué tenemos que hacer? Estar atentos(as) a las propuestas de este Programa Internacional de Acceso Abierto. Por ejemplo, la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) seguramente tomará parte en esta semana de alcance global.
Algunos piensan que el acceso abierto tiene que ver exclusivamente con repositorios de revistas científicas colocados en determinado lugar, sin costo para los usuarios. Eso está bien. Pero ya se mueven otros resortes. Tal visión es apenas una parte de la globalización de la ciencia. Si no se entiende con oportunidad que se trata de un terreno más amplio y diverso, los países, las universidades y sus regiones de impacto, errarán.
Otros más entienden que se trata de digitalizar determinados documentos, para afinar o mejorar la gestión administrativa. Es significativa dicha óptica, pero insuficiente. Debe llevarse a cabo, como parte consustancial de una Universidad Digital, que se precie de serlo. Varias Instituciones de Educación Superior (IES) en México y en otros países, han lanzado como bandera crear: una Universidad Digital. Este tipo de proyectos requiere de expertos(as) que no siempre se tienen.
El acceso abierto, como hoy se entiende, incluye: I). Un paso diáfano a la ciencia o bien, a la producción en todos los campos del conocimiento, la cultura y el arte; II). Mejorar procesos administrativos y de gestión, sin papel y, III). Planes de estudio, programas y cursos, en su dimensión semipresencial y totalmente en línea, con todo lo que ello implica.
La UAEM, estoy seguro, tendrá mucho que decir en los tres rubros, las próximas semanas.
*Coordinador Internacional de la Red FAMECOM
