Un gran legado; él es Ignacio Pichardo Pagaza

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Un gran legado; él es Ignacio Pichardo Pagaza

Domingo, 25 Abril 2021 00:20 Escrito por 

Pequeña narrativa de testimonios a un año de su partida físicamente; de una vida ejemplar sobre un gran mexicano y mexiquense singular; estadista, servidor público, gobernante y sobre todo excelente ser humano; pero dejando un gran legado; él es Ignacio Pichardo Pagaza; estos sintetizados testimonios son escritos por mi gran amigo el licenciado Humberto Benítez Treviño en coordinación con tres grandes mexiquenses el recién fallecido amigo maestro Gabriel M. Ezeta Moll (qepd), el profesor German Garcíamoreno Beltrán y el respetable licenciado Humberto Lira Mora.

 

carlos hank gonzalez



Humberto conoció al Pichardo Pagaza en 1969, al terminar la campaña (gubernatura) de otro mexiquense con perfiles de estadista, quien sería el mejor amigo que la vida le regalo; el profesor Carlos Hank González; en la campaña Benítez participó como orador de un grupo de inquietos jóvenes que coordino su maestro el licenciado Miguel Galindo Camacho qepd; (quien fungió unos años como Procurador General de Justicia durante la administración de Hank González), entre este grupo de jóvenes destacaron José Vera Guadarrama qepd; Luis Rivera Montes de Oca y Eugenio Zafra qepd.

Entre las elecciones de julio y la toma de posesión del profesor Hank, Pichardo Pagaza, se reunió con un grupo de jóvenes priistas que podrían ayudar en el equipo de trabajo que iniciaba el gobierno de Hank a partir del 15 de septiembre del año de 1969.

 

ignacio pichardo pagaza

LLÁMENME, NACHO

En el primer encuentro con Ignacio y este grupo que Humberto recuerda, lo formaban: Humberto Lira Mora, Gabriel Ezeta Moll (qepd), José Vera Guadarrama, Luis Rivera Montes de Oca, Mucio Cardoso Beltrán (qepd), Julián Salazar Medina, Roberto Gómez Collado, Enrique Collado López (qepd), Juan Maccise (qepd) y quien relata estos testimonios Humberto Benítez entre otros, desde luego que hubo empatía con Ignacio a quien le pidió desde ese momento que le hablaran de “tu como Nacho”; y Humberto desde ese momento le llamo así toda la vida. Nacho era un joven carismático de 34 años, inteligente, preparado y ya era diputado federal, egresado de la Universidad Autónoma de México (UNAM) como licenciado en derecho, con una maestría sobre finanzas públicas en la London School Economics en Inglaterra.

La primera impresión de Humberto sobre Nacho fue de admiración y afecto, que nunca se borraron de su mente, y es que estaban ante un líder preparado, educado, respetuoso, talentoso y valga el oxímoron: completo y a la vez sencillo, que invitaba al intercambio de opiniones, que siempre respetaba, y cuando se las compartía, les hacia saber con rigor socrático.

La existencia de Nacho, se apagó el 14 de abril del 2020, pero sin duda es ejemplo de altísima calidad intelectual y moral, un ejemplo de cómo deberían ser los políticos de hoy, arquetipo de hombre honesto, preparado, riguroso con los recursos del erario y poseedor de una visión de largo alcance.

Humberto tuvo el orgullo de trabajar a su lado, como asesor cuando fungió como Secretario General de Gobierno, como Director de Situación Patrimonial cuando fue Subsecretario de la Secretaría de la Contraloría General de la Federación SECOGEF 1983-1986, como Coordinador General de Asesores de la SECOGEF 1987-1992; en todos esos encargos, Humberto pudo constatar de vez en vez, e irrumpen como meteoros en la política, en la academia y en la administración pública.

La personalidad de Nacho fue polisémica: Embajador de lujo, académico reconocido de fama internacional, servidor público probo y ejemplar, político sistemático y como hombre; amigo a carta cabal, integro y siempre solidario.

Sus credenciales son reconocidas por propios y extraños; su amor por la naturaleza que heredo de su tatarabuelo don Joaquín Arcadio Pagaza y Ordóñez, Clearco Maonio, a quien Nacho le dedico su excelente libro editado por el Colegio Mexiquense; pero sobre todo, su amor a toda prueba por el Estado de México, la defensa de su territorio y, su soberanía, visión que compartía con José Luis Mora, El Santo Laico, autor de la primera Constitución del Estado de México (14 de febrero de 1814), documento que en su momento fue cátedra y parteaguas del liberalismo mexicano.

Nacho siempre sostuvo que, al Estado de México, solo tenía derecho a gobernarlo un hijo del Estado, que lo amara, que conociera su geografía física y humana, porque en montes y montañas sale y se oculta el sol. Al igual que Hank, no formaron parte del grupo Atlacomulco, pero siempre fueron cobijados e identificados con él. El añorado profesor Hank nació en Santiago Tianguistenco (28 de agosto de 1927) y Nacho en Toluca (13 de noviembre de 1935), aunque siempre se sintió vallesano (Valle de Bravo).

Con esta aportación personal en su recuerdo, Humberto no pretende caer en el lugar común de subrayar todas sus virtudes reconocidas de Nacho, por ejemplo como académico y escritor, sus libros: Modernización Administrativa, publicado por el Instituto Nacional de Administración Publica del que fue su presidente; Anatomía de un Gobierno Singular; Seis años con Carlos Hank González, un best seller editado por el Colegio Mexiquense y Porrúa que se agotó en un mes, o su ultimo libro Soy Joaquín Arcadio Pagaza.

Pero Benítez si quiere recordarlo con algunas anécdotas que dejaron calado en su corazón y su alma una huella profunda. Su presencia como amigo muy cercano, con el que tuvo el honor de disfrutar desayunos pedagógicos, comidas de amistad, y escuchar sus conferencias y platicas que siempre instruyeron y que describían su rica, vasta y completa personalidad.

QUERÍA SABER SI TENÍAS VOCACIÓN POLÍTICA

Humberto cuando fungió como asesor en la Secretaria General de Gobierno, a la sazón lo nombro representante del Gobierno del Estado en el fideicomiso en la Ciudad Nezahualcóyotl, FINEZA, que dirigía quien posteriormente fue su gran amigo; el educado y respetuoso arquitecto Miguen Ángel Cruz Guerrero qepd, a quien Nacho consideraba un funcionario intachable.
El 10 de mayo de 1975 el presidente Echeverría entregaría en un desayuno que les organizaron a las madres en ciudad Nezahualcóyotl, 10 mil escrituras, en el mes de abril se tuvieron varias reuniones que presidio Nacho en el fideicomiso para preparar el acto de entrega de escrituras, que garantizaban la certeza y seguridad de la propiedad de los lotes.

El 5 de mayo previo al festejo, Nacho le instruyo a Humberto trasladarse a Nezahualcóyotl para hacer un primer balance del avance de la escrituración con los notarios públicos, que Benítez monitoreaba diariamente por teléfono. (todavía no había fax ni teléfonos móviles), Humberto salió a Nezahualcóyotl a la 7 de la mañana y como en esa época no existían los ejes viales ni las anchas avenidas, el tiempo del viaje era de dos a tres horas según el tráfico; a las 10:30 am Humberto le marco a Nacho de acuerdo a sus indicaciones, le contesto a punto de iniciar el desfile del 5 de mayo (frente a Palacio de Gobierno), en forma cortes, pero ejecutiva, le instruyo que se regresara a Toluca a informarle personalmente, se regreso a las dos de la tarde y le informo puntualmente el avance de la escrituración; se preocupo mucho porque a cinco días de la entrega, no llegaban a cinco mil escrituras; Nacho le indico se regresara a Nezahualcóyotl a hablar con cada uno de los notarios de parte de él, y les urgiera redoblasen el paso; para cumplir su instrucción de inmediato; comprándose Humberto dos tortas de la Vaquita Negra (Toluca) que se fue comiendo en el camino.

A las 11.00 de la noche, Benítez le informó a Nacho que ya llevaban 6 mil escrituras con el ofrecimiento de los notarios que el día 8 procurarían terminar (terminaron la madrugada del día 10). Humberto estaba agotado, su entrañable y caballeroso amigo el ingeniero José Antonio Lozano qepd; quien fungía como secretario de la Comisión Estatal de Electricidad le tuvo que llevar su Ford Mustang a Benítez.

Obviamente, llego a Toluca en la madrugada del día 6, ya Nacho lo estaba esperando en su casa para recibir la información, al terminar, le dijo; “bien Humberto, vete a dormir unas horas y quiero que regreses y te acuarteles en la oficina del fideicomiso hasta el 10 de mayo; indicación que cumplió al pie de la letra. El acto de entrega de escrituras fue un éxito. Al concluir le comento a Nacho todas sus peripecias y él le contesto; “solo constatar que si tienes vocación política.”

EL COMPADRAZGO

Desde antes de finalizar el sexenio de Hank (1969-1975), la clase política del Estado apostábamos a que Nacho era el candidato mas viable para sustituirlo, sin embargo, el PRI escogió al doctor Jorge Jiménez Cantú, oriundo de la ciudad de México (27 de octubre 1914-10 de noviembre de l 2005), pero con una gran presencia en el Estado, ya que había sido Secretario General de Gobierno con el doctor Gustavo Baz Prada; además, lo unía una sólida amistad con el profesor Hank. Cuando se enteraron de su destape, sobrevino una tristeza generalizada en el equipo de Nacho, y algunos del propio gabinete de Hank, porque tenían, como la tiene Humberto, la convicción de que Nacho fue el gozne que aseguro el éxito rotundo del gobierno del profesor Hank.

Ese mismo día, Humberto le pidió a Nacho que le preguntara a su esposa July (Julieta Lechuga Maternach) si querían cenar esa noche con Rosalinda (hija del licenciado González Arguelles) esposa de Humberto y con el, en el restaurante Mediterrané, en la ciudad de México; en el momento oportuno de la cena, Humberto y su esposa les pidieron a los Pichardo Lechuga que si aceptarían ser los padrinos de bautizo de su hijo Beto, que tenía algunos meses de nacido (hoy flamante notario público 136, en Metepec, Estado de México). Nacho se conmovió y por supuesto que aceptaron, pero le dijo; Con mucho gusto Humberto, pero si yo hubiera sido el candidato, de todos modos, me invitarías ¿contestándole? por supuesto Nacho, pero lo hubiéramos bautizado de seis años.

Su compadrazgo fue por amor a la amistad y no fue un bautizo político. A partir de ese día, los hijos de Humberto siempre le dijeron a Nacho tío, y así lo quisieron y así lo admiraron, su partida ha dolido mucho, y continuamente lo recordarán con añoranza, cariño y gratitud.

LA COORDINACIÓN GENERAL DE ASESORES

Entre 1986 y 1986, Humberto fungió como Director de Registro Patrimonial de la SECOGEF; al renunciar Francisco Rojas Gutiérrez, como secretario, con quien desde entonces le une hasta el día de hoy una sólida amistad, el presidente Miguel de la Madrid Hurtado nombro a Nacho para sustituirlo. Cabe destacar que Benítez como director de área dependía del Director General de Responsabilidades y Situación Patrimonial quien, a la vez, dependía del Subsecretario Ignacio Pichardo Pagaza.

Su primer sentimiento fue de orgullo legítimo, por ver a Nacho convertido en Secretario de Estado, porque tenía los méritos y el trabajo realizado eficazmente para lograrlo; Nacho mando llamar a Humberto a su nueva oficina, lo recibió muy contento y le pidió que siguiera colaborando con él, ofreciéndole la Dirección General de Responsabilidades y Situación Patrimonial, (ya que era en ese momento el director Enrique del Val, su amigo, que, a la vez, Nacho lo había promovido a subsecretario).

Humberto le contesto: “Muchas gracias, Nacho, es un gran honor, pero espere mucho tiempo para que mi amigo llegara a secretario, queriendo colaborar directamente con él, pero no puedo aceptar y depender de un subsecretario, que, aunque es mi amigo, me alejaría de ti. Nacho, me contesto, es todo lo que te puedo ofrecer”.

Esa tarde Benítez, le hablo muy triste a su esposa Rosalinda, quien con su cariño habitual lo consoló y le dijo: “No te preocupes no nos faltara de comer, y como tu has dicho, te sabes ganar la vida en la calle”; saco sus cosas de la oficina y se fue abatido a su casa; al día siguiente le informaron que el secretario Pichardo lo estaba buscando a lo que contesto, “ya renuncie, ya no trabajo en la secretaría”; en la tarde su secretario particular el doctor Guillermo Ortíz Solalinde, se comunicó con él para comentarle que el secretario le esperaba en la oficina a las 8.00 de la noche para invitarle un café, cuando llego, platicaron y le pidió que lo acompañara a su casa en Bosques de la Lomas, Nacho iba manejando su coche y Humberto al lado, le comento que le había ido mal ese día, que Raquelita Cruz, su secretaria de toda la vida quería ser su secretaria privada; Juvenal Galeana su amigo, su alter ego quería ser director de área, y que él le había rechazado la Dirección General; Humberto le contesto que Raquelita y Juvenal tenían toda la razón, pues siempre se la habían jugado con él, sirviéndole con lealtad y eficacia, respecto a mí, que no se preocupará que nuestra amistad perduraría toda la vida. Bajando del coche en su casa caminaron unas dos cuadras de ida y vuelta por la banqueta y antes de despedirse de él, Nacho le comenta: “quiero que me hagas el honor de aceptar el encargo de la Coordinación General de Asesores de la Secretaría, la coordinación tiene el rango de Oficialía Mayor, depende y acuerda directamente con el secretario”; acepto gustosamente, al día siguiente, el mismo Humberto rindió protesta con el grupo interno de administración: Subsecretarios, Oficial Mayor, Contralor Interno y el flamante Coordinador General de Asesores.

DILE A NACHO, QUE TÚ SABES ALGO QUE ÉL NO TE QUIERE DECIR

Humberto había tomado posesión como el poderoso Director General de Administración de la Secretaría de Turismo que conducía con talento, carisma y brillantez, su añorado amigo el profesor Hank desde diciembre de 1988, pues la dirección general absorbió tres direcciones generales; Recursos Humanos, Recursos Materiales y Servicios Generales, así como nueve direcciones de área, donde pudo constatar una vez más, la atractiva y seductora personalidad de Hank, con quien era un deleite trabajar.

Aunque había un Oficial Mayor del cual dependía Humberto, (único Director General de la Oficialía Mayor), cuando Hank lo invito a esa posición, le comento; “Va a haber dos oficiales mayores, uno que nos mando el presidente de la República , y otro que nombro yo”, el profesor Hank le encargaba todo a Benítez,, lo que provocaba celos fundados del Oficial Mayor hacia Humberto, incluso estando andaba llamar a su oficina en acuerdo con él, el profesor Hank buscaba a Benítez por la red y lo mandaba llamar a su oficina para instruirle los asuntos.

Un día del mes de julio del año de 1989, Hank le hablo y subió a su oficina que se encontraba en el Pent-house del edificio de la Secretaría ubicada en la calle de Hegel, de la colonia Polanco, muy afectuoso como siempre, le invito un café y antes de que le informara sobre el cumplimiento de sus ultimas instrucciones, le pregunto ¿has visto a Nacho?, pues Hank sabia de la entrañable amistad que les unía, Nacho despachaba como Procurador General del Consumidor; Humberto le contesto “quedamos de comer para festejar su santo el próximo 31 de julio, días antes o después”; Hank le comento: dile a Nacho que yo dije “que él sabe algo que no te quiere decir”. Nacho va a ser el próximo gobernador del Estado México. Humberto le argumento con sobradas razones que seguramente lo seria, pero que faltaban cuatro años del gobierno del licenciado Mario Ramón Beteta Monsalve, el profesor le replico “No va a ser en los próximos días, ve y platica con él”.

Benítez no lo hizo por dos razones: la primera, porque yo sabia que Nacho le invitaría a colaborar con él, además Humberto estaba feliz trabajando con el profesor Hank, la segunda por prurito personal.

Estando en Cocoyoc en una reunión de delegados con el Oficial Mayor, a principios del mes de septiembre, Humberto recibió una llamada de su jefe inmediato Manuel Gurria Ordóñez, Subsecretario de Organización, a quien le une una fuerte amistad porque siempre le apoyo incondicionalmente, y sin mas le espeto: ¿ya hablaste con Nacho?, le contesto que no y le regaño por incumplir la instrucción del profesor Hank, ordenándole regresar de inmediato a la ciudad de México para buscarlo y entrevistarse con él; le recordó lo que Hank le había predicho: “te va a invitar a colaborar con él, y no le digas que lo vas a consultar conmigo, el Estado de México requiere de sus mejores hombres”.

De inmediato Humberto regreso a México, y busco a Naco, pero Raquelita Cruz, muy cálida y generosa le comento que estaba en acuerdo con el presidente De la Madrid, comentándole cuanto le quería Nacho, y que seguramente se reportaría, cosa que no hizo ese día. Al día siguiente estando en su oficina, Nacho se reporto cálidamente, como siempre contestándole con una broma: “me dormí como caballo, de pie esperando que te reportaras”, ambos rieron y le invito un café esa noche en su casa y le dijo “pues yo ya estoy desempleado, ya que el día de ayer le fui a presentar mi renuncia al presidente de la República. En la noche Humberto lo visitó, estaba legítimamente eufórico pues se cumplía su sueño largamente acariciado, verlo como gobernador del Estado de México.

Nacho le comento que tendrían mucho trabajo, pues harían un sexenio en cuatro años, comento muy serio; “No hay hombre, sin hombres”, quiero que me distingas como Procurador General de Justicia del Estado de México, la procuración y administración de justicia me preocupan de verdad. El 15 de septiembre de 1989, Nacho protestaba ante la legislatura como Gobernador sustituto, del caballeroso gobernador Mario Ramón Beteta, quien siempre le distinguió a Benítez, con subrayado afecto y amistad, hasta su muerte. Al día siguiente, Humberto rindió protesta con un flamante equipo de colaboradores que encabezaba su muy querido amigo como Secretario General de Gobierno Humberto Lira Mora.

Humberto Benítez, deja constancia que en los tres años cuatro meses que estuvo en el encargo, nunca tuvo un acuerdo formal con Nacho, pues le dio todo su apoyo político, económico y moral, cuando Humberto le pedía un acuerdo, siempre contestaba: “resuélvelo tu como me lo pides, cuentas con todo mi respaldo, además me ayudas porque me permites el espacio para otros asuntos relevantes del Estado”. Por esa razón Humberto declino ser candidato a Diputado Federal que le ofreció el partido En el año de 1991; renunciando a la Procuraduría General del Estado, en enero de 1993, por invitación del presidente de la República Carlos Salinas de Gortari, para incorporarse como primer subprocurador de General de la República, con quien después seria su entrañable amigo el inolvidable Jorge Carpizo.

SI HUBIERA SABIDO QUE LE IBAS A PONER MI NOMBRE AL AULA MAYOR DEL COLEGIO MEXIQUENSE, NO VENGO

El 1 de octubre del 2014, siendo Humberto, presidente del Colegio Mexiquense, la Junta de Gobierno determino previamente por unanimidad que el aula mayor llevara el nombre de Ignacio Pichardo Pagaza. A dicha reunión, no se convocó a Nacho que formaba parte de la Junta de Gobierno, pues se hubiera opuesto terminantemente a dicho legitimo reconocimiento que le rendía una institución de tanto prestigio, que se creo como un Centro Académico de Investigación y Docencia y de Excelencia, ubicado en Santa Cruz de los Patos, en el municipio de Zinacantepec, Estado de México, por decreto del entonces gobernador Alfredo Baranda García, quien le distingue con su cálida y generosa amistad.

En la ceremonia respectiva, estuvieron presentes todos los expresidentes del Colegio: Omar Martínez Legorreta, María Teresa Jarquín, Alfonso Iracheta Cenecorta, Carlos Quintana Roldán, Edgar Hernández Muñoz y Alejandro Vargas Castro; y el secretario general Antonio Álvarez Lobato. Antes de presenciar la ceremonia se le pidió a Nacho que develara la placa alusiva al aniversario del colegio, cuando recorrió la cortina se develo la frase: Aula Mayor; Ignacio Pichardo Pagaza. Nacho se volteo y muy emocionado le dijo: “Si he sabido que le ibas a poner mi nombre al aula mayor, no hubiera venido”. Humberto le contesto: “Sabia que me ibas a regañar, pero, aunque no te guste tu lo mereces”. Recordó lo que el profesor Hank siempre le comentaba “dile a Nacho que no sea tan modesto, el es un gran mexicano”; una vez mas lo acreditaba con su gran sencillez que siempre lo caracterizo.

Pasaron al interior del Aula Mayor al desahogo de una ceremonia muy emotiva y después convivieron en ese memorable día con su comida de aniversario.

LA ULTIMA LLAMADA

Nacho falleció el 14 de abril del 2020, Humberto tuvo el honor de desayunar o comer con el cada 15 días, a veces comían con sus esposas Julieta y Rosalinda, el miércoles 8 de abril desayunaron en el Alamillo, en la Plaza San Carlos, donde le gustaba, y siempre les reservaban la mesa numero 3. En el desayuno le comento que lo iban a operar de un aneurisma intestinal (ensanchamiento de la aorta, el vaso sanguíneo principal que suministra sangre al cuerpo, al nivel del abdomen). Humberto le comento preocupado que en plena pandemia del COVID 19 podría ser muy riesgoso, sin embargo, Nacho le contesto que podría morir si se le rompía, pero que no se preocupara, que los médicos le pronosticaban el 70% de éxito y el 30% de fracaso. Agrego: “Yo soy más objetivo 50%-50%, pero tu no te preocupes que volveremos a desayunar en nuestra mesa en los próximos días.

Al día siguiente Humberto le llamo, para comentarle que si se había preocupado y se lo quería comentar; Nacho le volvió a tranquilizar; el viernes y el sábado le llamo muy cariñoso para agradecerle un libro que el mismo Humberto le había enviado de su amiga Isabel Arvide, hoy cónsul en Turquía, y Nacho le comento que ya lo había comenzado a leer.

El domingo 12 Nacho le llamo para decirle que el lunes lo internaban y el martes a primera hora lo operaban, que Chencho (Ausencio Domínguez), su leal escolta y ya amigo personal, le estaría hablando como a las tres de la tarde para informarle del resultado de la operación. El martes 14, Humberto le marco a las tres, a las cuatro y a las cinco a Chencho no contestándole, entonces Benítez se preocupó muchísimo, hasta las seis de la tarde que le dieron la fatal noticia: “ya todo acabo, cumplo con las ultimas instrucciones del licenciado Pichardo en informarle”.

Para mi amigo Humberto fue un golpe devastador y para toda la familia que se habían citado para comer juntos en espera de la noticia del resultado de su operación, agregando Chencho: con usted fue su última llamada.

A meses de su partida física, se sigue extrañando mucho a Nacho, su plática, su plática siempre didáctica, cálida y constructiva. Humberto mi amigo, extraña al amigo entrañable, al compadre cariñoso, al hermano y al maestro generoso.

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Gerardo R. Ozuna

Toluca: Rescatando identidad