La complejidad social que vivimos se caracteriza por las inestabilidades, turbulencias, crisis y cambios que se deben afrontar cada vez con mayor frecuencia. Por ello, dirigir a la sociedad y a las organizaciones e instituciones -políticas, educativas, económicas- es una tarea cada vez más compleja.
Las transformaciones demográficas y económicas, además de los avances tecnológicos, el uso de las redes socio-digitales, los cambios políticos y la profunda alteración de las expectativas, los valores y las normas sociales; la migración, el cambio de costumbres y actitudes, así como las crisis como las que ahora vivimos por la pandemia, han provocado modificaciones en la manera como se dirige.
“La tarea de dirección de la sociedad se relaciona con el arte de gobernar, el cual es la suma de estrategias, habilidades y pericias que se aplican para construir y desarrollar sistemas institucionales con amplia capacidad de gestión pública, es decir, gestión de gobierno”, explica Ricardo Uvalle, experto de la UNAM en políticas públicas, quien advierte que “la calidad del orden institucional” se relaciona con “la calidad de vida en la sociedad”; es decir, cuando falla el orden institucional se genera zozobra en la sociedad, porque significa que los asuntos públicos no se atienden, procesan y solucionan “de manera eficaz”.
Ese fenómeno de permanente complejidad e incertidumbre, aunado a las transformaciones sociales han provocado -señala Moisés Naim- una tendencia de pérdida de confianza en los líderes políticos, así como en los “expertos”, en las instituciones públicas, los empresarios y los propios medios de comunicación.
En el más reciente estudio sobre “Confianza en Instituciones” elaborado por Consulta Mitofsky (diciembre 2020), nueve instituciones aparecen con evaluación de “confianza alta”.
Ejército, Universidades, Guardia Nacional, Iglesia, Redes Sociales, Estaciones de Radio, Medios de Comunicación y Presidencia (de la República), con calificaciones que van desde 7.1 hasta 8.0 en una escala de 10.
Al revisar la tabla comparativa que ofrece el estudio, se identifica que, de las 19 instituciones evaluadas, 18 registraron incrementos en su calificación y sólo los partidos políticos descendieron una décima en su puntaje. Incluso, el promedio general pasó de 6.4 a 6.8 de calificación.
Pero, ante un entorno en el que subsisten problemas y oportunidades al momento de dirigir una institución, “la tarea de gobierno” -como bien advierte el doctor Uvalle Berrones- no se finca únicamente en el carisma de los dirigentes políticos, sino que demanda eficacia en el logro de resultados (Artículo publicado en la Revista Convergencia de la Universidad Autónoma del Estado de México, núm. 55, 2011).
Sin embargo, señala que los problemas públicos carecen de soluciones únicas y definitivas, porque en ellos están involucrados actores, contextos, presiones, restricciones y reclamos, además de que intervienen preferencias, juicios, decisiones políticas y criterios institucionales, lo que conlleva la existencia de ganadores y perdedores en la toma de decisiones para resolver los problemas.
Así, en ese contexto, la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) se encamina a una nueva etapa con la designación de quien presidirá el Consejo Universitario para los siguientes cuatro años, a partir del 14 de mayo próximo, con una serie de circunstancias y problemas que no harán sencillo el recorrido: demandas vigentes -y crecientes- de colectivas universitarias por casos de acoso y hostigamiento; seguimiento a la recomendación emitida por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México por irregularidades en la sustanciación del procedimiento de responsabilidad universitaria de seis integrantes de la comunidad; nuevos procesos internos para cuidar el manejo de los recursos públicos a cargo del Órgano Interno de Control; el retorno a clases -presenciales o mixtas- de más de 90 mil estudiantes luego de más de un año de pandemia; mantener el equilibrio de las finanzas universitarias y recuperar la confianza plena de la comunidad, así como reactivar el diálogo con el Poder Legislativo de la entidad, por mencionar algunos.
El reto será de enormes proporciones y seguramente habrá el talento, la capacidad y el compromiso para superar esas circunstancias y las que surjan en el camino, porque ahora lo único permanente es el cambio.
PERCEPCIÓN
El proceso de vacunación contra el COVID-19 para personas mayores de 50 años en Toluca está bien organizado y es sencillo, si se llevan los documentos necesarios. Enhorabuena por el trabajo del personal que colabora porque atienden con amabilidad y de manera clara.
