El periodista bebe de su café matutino. Un americano, sin azúcar. Así inicia su día. Lee en las noticias que fue asesinada en Sinaloa otra reportera, y piensa que la historia puede redactarse, tal vez, desde la visión de quien cree que la está escribiendo. No es así, el periodismo va más allá. Observa, analiza y opina. Lo hace a partir del hecho noticioso, cuando algo ocurre. Y debe escudriñar lo que no se ve, lo que no se dice y lo que no se redacta. Por eso ofende a muchos. Y es que al visibilizar las causas, revela nombres; datos, evidencia. Callar no es lo suyo. Eso les ha costado la vida a 156 periodistas en México, desde el 2000 a la fecha. De acuerdo con “Artículo 19”, son 144 hombres y 12 mujeres que escribían de política y nota roja.
“Aquí están los periodistas asesinados en el país”.
El 30 de mayo de 1984, Manuel Buendía, el periodista más leído e influyente de la segunda mitad del siglo XX, fue asesinado en Paseo de la Reforma. En “Red Privada”, su columna, denunciaba “cochupos” en los gobiernos de Echeverría, López Portillo y de la Madrid. Redactaba sobre la ultraderecha mexicana y sus vínculos con la CIA. Su muerte evidenció violaciones a las libertades de prensa y expresión. Su hermano, Ángel, publicó en 1999 “Mi Testimonio”, un libro en el que narró que la muerte fue ordenada desde “arriba”, al descubrir que el periodista revelaría vínculos entre autoridades y narcotraficantes con el gobierno estadounidense, para entregarle armas a la contra nicaragüense.
Otro caso del poder contra los medios, ocurrió con Carmen Aristegui, quien fue despedida de MVS Noticias, donde transmitía su noticiero. ¿La causa? revelar información de la casa de Angélica Rivera, esposa del entonces presidente Enrique Peña, valuada en unos 7 millones de dólares. "Este país vive un vendaval autoritario", afirmó la periodista. El caso, conocido como la “Casa Blanca”, fue un escándalo político.
Y mire, el 9 de mayo de este 2022, en la Ciudad de México, varios reporteros protestaron por los asesinatos de los periodistas Luis Enrique Ramírez, Miroslava Breach, Javier Valdés, Yesenia Mollinedo y Johana García. Apenas unos 30 asistentes. La mitad se manifestaba, la otra, cubría la nota. El grito que retumbaba era: “¡Aquí está Javier! ¡Aquí está Miroslava! ¡Yo soy Regina Martínez¡ ¡Aquí están todas y todos los periodistas asesinados en el país!”…
Porqué matan a los periodistas
Reporteros, cámaras de televisión, fotógrafos, micrófonos y grabadoras siempre están ahí. Dan testimonio de marchas, bloqueos, incendios, plantones, ejecuciones, discursos... En todo aquello que marca la historia, pero, cuando se protesta por la violencia contra periodistas, no pasa nada.
De acuerdo con la clasificación de “Libertad de Prensa 2022”, del organismo “Reporteros Sin Fronteras”, entre los 180 países que más atentan contra la libertad de expresión, México se ubica en el lugar 127, considerado como “el país sin conflicto armado más peligroso del mundo para ser periodista”. Sólo en este sexenio, 35 colegas han sido asesinados. El documentalista, Témoris Grecko, señala que, “si matan periodistas, es porque sus ejecutores tienen la certeza de que se pueden salir con la suya. Gobierno y la fiscalía especial, son ‘tumbas de la memoria’, donde cada asesinato es sepultado impunemente”.
Y es, justamente la impunidad, la respuesta a la pregunta de ¿Por qué matan a los periodistas? Griselda Triana, esposa del reportero Javier Valdez, asesinado 5 años atrás, decía que, “lo que más cala, es que siguen silenciando a quienes publican que aquí, en México, casi todo está mal”. Sólo digo... Mi twiter @raulmandujano