No tienen candidato ni programa. Así se han referido dos de los más cercanos propagandistas de la derecha respecto a la oposición en México. Ni el PRI, ni el PAN ni el PRD han podido o no han querido generar una visión distinta de país, espetó el periodista Joaquín López Dóriga, quien con ello reconoció lo dicho por Andrés Manuel López Obrador, hace más de dos años, cuando afirmó que la derecha estaba moralmente derrotada.
En estos días ha habido un viraje, un cambio de timón en el seno del PRI que marcará el futuro político. Tanto sus diputados federales como sus senadores decidieron apoyar la propuesta de que la presencia del Ejército se extendiera hasta el 2028, lo que provocó una intensa discusión en el seno de la oposición en su conjunto. El PAN apostó a que el resto de sus aliados se mantuviera en la posición de votar en contra, absolutamente de todo lo que propusiera el gobierno o morena o, incluso, aquello que le pudiese beneficiar. Él no se había constituido en la columna vertebral de la política legislativa y en el medio de propaganda que para nada le había dado resultado ni a la alianza ni a ninguno de los partidos que la integran.
Por eso el golpe de timón. De cara a la elección presidencial resulta inconcebible mantener la ruta y la alianza que no han dado ningún resultado. Tanto Ciro Gómez Leyva como Joaquín López Dóriga saben, porque tienen información de primera mano y encuestas, en las que se observa la precaria presencia de la oposición y sus pingües resultados electorales. Por eso ese viraje del PRI, no se trata de un acuerdo de impunidad con Alito Moreno, se trata de un cambio de política de ese partido pues sabe que mantener la negativa irracional no llevará a nada. El PRI flexibilizará posiciones pues tiene enfrente el reto de mantener el gobierno del Estado de México y Coahuila. Los tricolores jugarán a atrincherarse en esos dos únicos espacios políticos que les quedan y apostarán fuerte en ello. Si el PAN los acompaña que bueno y si no irán solos. Esa es la definición que han tomado. Por eso no cedieron ante el chantaje de que su posición respecto a la iniciativa para mantener al Ejército en las calles, podría romper la alianza pues esa alianza resultó inútil.
