Alicia, para Lewis Carroll, en su novela inaudita e ilógica, confusa y angustiante, vivía la otra cara de la realidad demencial. Coincido con aquellos que piensan que la historia está llena de aventura, filosofía y lecciones de vida pero, también compromete la realidad de manera engañosa y absurda. Una gran frase –dice el periodista al beber su café americano sin azúcar- es: “De modo que ella, sentada con los ojos cerrados, casi se creía en el país de las maravillas, aunque sabía que sólo tenía que abrirlos, para que todo se transformara en obtusa realidad”.
Qué ironía. En México, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Guanajuato, Baja California, Michoacán, Edomex, Chihuahua, Veracruz y Jalisco, son las entidades más violentas del país, aunque son también las gobernadas por sus opositores, pero le doy algunas cifras de este país de las maravillas: el arraigo sigue siendo una figura legal utilizada por los agentes del Ministerio Público para detener a cualquier persona por hasta 40 días sin presentar cargos por delitos y, la tortura es, para policías o soldados, la herramienta para obtener confesiones de personas, de ambos sexos.
Al menos 105 mil personas están registradas como desaparecidas, según estadísticas oficiales, aunque datos fuera de lo que afirma la subsecretaría de Derechos Humanos Población y Migración, revelan que son más de 200 mil. En este actual gobierno, se tienen datos de más de 38 mil desaparecidos y 40 mil desplazados por el crimen organizado, es decir, que abandonaron su hogar y comunidades por amenazas de los cárteles, por el secuestro de sus hijas con fines de explotación sexual y de los hombres para reclutarlos a sus grupos.
Mire usted, en las Fiscalías de los 32 Estados, se tiene información, por apertura de carpetas de investigación, de que, hasta noviembre del 2022, 2 mil 831 mujeres murieron de forma violenta, 50 mil fueron agredidas físicamente, casi 2 mil violadas, 497 víctimas de trata, 120 secuestradas y 258 mil 700 por agresiones familiares.
A partir del 2020, con la pandemia, el sistema penitenciario sufrió considerablemente. En la CDMEX, del 2020 hasta el 2021, ocurrieron 250 fallecimientos en los 13 penales y reclusorios varoniles y femeniles. En su mayoría por enfermedades y COVID, y después, suicidios y asesinatos. Y luego están los alojamientos de criminales en el norte del país. En Ciudad Juárez, el primer día del año, en el Centro de Reinserción Social No. 3, ocurrió un motín con 14 reos ejecutados y al menos una docena de heridos. Las cárceles son punto clave para las redes de trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
Y mire, durante los dos primeros meses del año, de acuerdo con la propia Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, fueron ejecutadas 2 mil 236 personas; y sobre el turismo, sólo en el caso de gringos, desde 2019 a la fecha, al menos 122 fueron asesinados en ciudades fronterizas, donde operan traficantes de drogas; de hecho 124, con los turistas ejecutados por “los escorpiones”, brazo ejecutor del Cártel del Golfo.
"La imaginación es la única arma en la guerra contra la realidad"
“¿Por qué esa paranoia?", dice el presidente pero… tengo dudas. "México es un país más seguro que Estados Unidos" –insiste- pero, ahí están las cifras. Si las comparamos con los Unites, tal vez, pero para los mexicanos se volvió un país inseguro. Es duro pero, real. El maravilloso gato de Cheshire decía: "Sabía quién era esta mañana, pero he cambiado varias veces desde entonces"… ¿Deberemos seguir el juego de las imaginaciones de Alicia?... Mi twiter @raulmanduj