Lo dicho, el famosísimo “Alito” Moreno, líder nacional del PRI, no tiene la más mínima empatía con el PRI de los estados. Me refiero al del Estado de México y al de Coahuila.
A punto de arrancar las campañas en las respectivas entidades, orquesta un golpe de estado contra el líder de los senadores, Miguel Ángel Osorio Chong, quien hasta el momento es el único que se ha opuesto abiertamente a las acciones que realiza Alejandro Cárdenas con el fin de perpetuarse como el presidente nacional de ese instituto político.
Este miércoles y luego de una reunión de el líder priista con los senadores del tricolor, decidieron darle las gracias y nombrar a Manuel Añorve como el nuevo líder de bancada.
Luego del movimiento estratégico, el propio senador Osorio Chong, quien primero dijo que no renunciaba a su militancia pero que no está de acuerdo en obedecer a Alejandro Moreno en cuanto al sentido de su voto; dijo, luego, que se asumía como senador sin partido, en lo que decide qué hará o si se suma a otra fracción parlamentaria.
Lo delicado de esta situación, es el mensaje de la fractura tan grande que existe en el PRI, y además deja ver que Alejandro Cárdenas insiste en ser comparsa de los propios morenistas, aprobando iniciativas propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Esto qué significa? Que sí, este fulano con tal de proteger su pellejo por tantas irregularidades sucedidas en su gobierno y ventiladas por la ahora gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román, está dispuesto a vender su alma al diablo.
Dicho de otra manera, todas las gubernaturas son sacrificables a cambio de que nadie le haga nada y la gubernatura que ahora está en juego, pues la del Estado de México que pretende ganar Alejandra del Moral, abanderada por la alianza “Va por el Estado de México”.
Pero ella, y el candidato de Coahuila, van solos; está visto que a “Alito” Moreno no le importa ventanear las diferencias del partido cuando debería enviar el mensaje de unidad y no divisionismo.
Así que, además de luchar contra el Plan “B” y el “C” del presidente AMLO para adueñarse del control total del INE que es el que califica las elecciones; habrá que lidiar con el fuego amigo interno, o por lo menos eso es lo que yo veo.
*Delfina Gómez no dice nada de nada
Y aterrizando a lo local, la candidata de la coalición “Juntos Hacemos Historia por el Estado de México”, Delfina Gómez Álvarez, se maneja con muy bajo perfil, tal vez para que nadie impugne su candidatura, pese a tener delitos electorales probados y sancionados.
Hay quienes dicen que ella no debería ser candidata porque no tiene la probada honestidad que se exige para ostentar dicha aspiración de manera legal.
Pues al momento, la candidata ha hecho oídos sordos a las llamadas de Alejandra del Moral para debatir sobre temas de interés para los mexiquenses; su equipo, porque ella no dice nada de nada, asegura que al debate llaman los que van perdiendo porque ya no tienen nada que perder, pero los que van arriba -refiriéndose a las encuestas que encabeza la morenista en todos los caso- no tiene porque enfrentarse con su contrincante. ¿Será que ella sí tiene mucho que perder en este caso?
Pues tarde o temprano tendrá que debatir, es por Ley y entonces sabremos a qué le tenía miedo.
Pues la verdadera lucha entre las candidatas está por empezar.
Alejandra del Moral deberá sobreponerse al divisionismo de su propio partido político; algo del PAN que también se rumora que algunos liderazgos importantes no apoyarán; el PRD también enfrenta luchas internas y hay quienes no quieren sumarse a la alianza; y ni se diga Nueva Alianza, que a merced del diputado sin partido Rigoberto Vargas Cervantes -la piedra en el zapato- que insiste en desestabilizar al partido turquesa, pues él prefiere sumarse a Morena.
Todo pareciera indicar que Delfina Gómez va en caballo de hacienda, pero las encuestas son engañosas, lo que cuenta son los votos y nadie ha ganado aún, la moneda está en el aire y todo puede pasar…