Dr. Gonzalo Levi Obregón Salinas.
Yonatan Yair Díaz Sierra.
Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
Laboratorio de Derechos Humanos.
El Producto Interno Bruto (PIB por sus siglas) es posiblemente el indicador económico más conocido y difundido a nivel mundial. No es necesariamente el indicador más completo, pero es el más comprensivo y nos permite tener un mejor entendimiento sobre la actividad económica de un país, y de cierta manera, del tamaño de la propia economía.
La intención del PIB es contabilizar toda la producción de bienes y servicios finales durante un periodo determinado de tiempo al interior de un país. En palabras más simples, es el valor monetario de la producción de la economía de una nación en un periodo determinado de tiempo.
De primer momento podemos decir que es un indicador bastante amplio de cómo se encuentra una economía, pero lamentablemente carece de un enfoque social, puesto que nos indica el crecimiento de una economía, pero es incapaz de señalarnos el desarrollo económico de un país.
Mientras el crecimiento económico hace referencia precisamente a la expansión de la economía de un país (fenómeno que es perfectamente representado por el PIB), el desarrollo económico tiene implicaciones mucho más amplias, y un importante enfoque social: no solo se trata del crecimiento del valor monetario de la producción, sino también de un mejor nivel de vida para la población, con los aspectos cualitativos que esto implica.
De esta manera llegamos a un nuevo indicador económico: el PIB per cápita, que básicamente nos indica la cantidad de bienes y servicios finales que la población podría consumir a lo largo de un periodo determinado de tiempo. El problema de éste es que se hace bajo la consideración de que los ingresos nacionales se distribuyen de manera equitativa, cosa que es irreal, especialmente en México donde el 10% más rico de los receptores de ingresos en México gana 30 veces más de lo que percibe el 50% que menos gana[1].
Gonzalorena (2003) nos explica que el problema en la funcionalidad del PIB per cápita parte de las mismas limitaciones del PIB, pues es incapaz de incluir valoraciones más abstractas como el valor de la libertad, los derechos humanos o la participación, así como el valor mismo del tiempo libre.
Así que, aunque el PIB sea el rey de los indicadores económicos, es incapaz de indicarnos el desarrollo económico, y el PIB per cápita, aunque nos acerca un poco más a dicho concepto, aún carece de consideraciones esenciales para hablarnos de un aspecto básico como lo es el bienestar de la población.
Ahora toca el turno a los Derechos Humanos. Nos concretaremos a decir que son la regulación de las características de las personas por parte de la norma jurídica, así como a sus necesidades, pero más aun, ¿cuál sería su relación con el PIB? Recordemos que la dignidad es un elemento importante, para cualquier campo del conocimiento, ya sea una ciencia social o no, de manera transversal, así como desde la Tópica, vista como lugar de encuentro o de conexión, entre las ciencias, así como los comportamientos de la sociedad.
Con ello, ponemos en trabajo conjunto la perspectiva desde la economía y sus conceptos aplicados a la humanidad, con ello, encontramos coincidencias con el PIB per cápita desde la perspectiva de los derechos humanos, con un enfoque desarrollado a tratar de cumplir con las necesidades de las personas, es decir, de manera digna. De esta manera, pondríamos a la tecnología al servicio de la humanidad y no viceversa, como lo es que la tecnología sirva para disminuir las características del hombre.
Con ello, la aplicación de cualquier concepto así como técnica que permita medir la los ingresos, así como gastos, enfocados al incremento tanto de obligaciones o derechos del patrimonio, tiene que ser enfocado desde la idea de la perspectiva de los derechos humanos, ¿Cómo podríamos pensar que una persona no tiene posibilidad de cumplir sus necesidades, por el hecho que los indicadores matemáticos, estadísticos, o creados por algún tipo de visión económica, no considera que salgamos de un estado de necesidad? Aún más fácil, no perdernos en los indicadores, sino ¿cómo salimos de ese estado de necesidad a partir de la discriminación positiva de los individuos?
Para tratar de dar mayor respuesta al planteamiento del problema, mediante los objetivos planteados por programa de Laboratorio de Derechos Humanos promovido por la Defensoría Municipal de Derechos Humanos de Cuautitlán Izcalli se busca analizar la situación económica de la sociedad y saber hasta qué punto las personas tiene una vida digna, donde sus Derechos Humanos sean respetados. Por ello, aunque el PIB per cápita sea un primer acercamiento al desarrollo económico y social, carece del alcance requerido para analizar por completo el fenómeno.
Con ello, consideramos en la Defensoría abordar las necesidades desde identificar la oportunidad de activar un derecho humano que no es satisfecho, activando otro mediante la interdependencia de los derechos humanos, y que uno al ser impactado de manera directa tenga desarrollo y progresividad, como puede ser el caso del derecho humano de la consciencia, educación, y tiempo, y mostrar a la ciudadanía su aplicación así como efectividad para ese grado de carencia que puede ser medible pero también pronosticar mediante variables, el espacio tiempo en que podría dejarse ese estado de necesidad.
BIBLIOGRAFÍA
López Roldán, M. (2022, 20 de junio). Las desigualdades: el gran freno de México. El Economista. Recuperado el 17 de marzo de 2023 de: https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Las-desigualdades-El-gran-freno-de-Mexico-20220619-0008.html
Gonzalorena, J. (2003). Indicadores de Desarrollo Económico y Social. Revista Oikos, 15, 111-122.
[1] López Roldán, Mario. Las desigualdades: el gran freno de México. El Economista. Recuperado el 17 de marzo de 2023 de: https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Las-desigualdades-El-gran-freno-de-Mexico-20220619-0008.html